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Denuncian que la reforma podría eliminar 100.000 puestos de trabajo

La reforma de Salud de Gustavo Petro empeoraría la calidad del servicio

El presidente de Colombia, Gustavo Petro. Europa Press

La Reforma de Salud propuesta por Gustavo Petro, que fue aprobada en su primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, ahora está esperando por una nueva discusión y una eventual aprobación.

En el segundo debate que se llevó a cabo este miércoles 8 de noviembre, se aprobaron 73 artículos y se eliminaron ocho de un total de 143 propuestas. Si la reforma es aprobada, pasaría a la Comisión Séptima del Senado de la República y luego a la Plenaria del Senado.

La reforma de Petro busca quitar la función de administración de los recursos a las entidades privadas para dársela al Estado; un texto que ha generado discordia, incluso en los miembros de su gabinete.

Y es que varias organizaciones médicas y de pacientes, así como de instituciones prestadoras de servicios, han manifestado su preocupación por la aprobación de una ley que en vez de mejorar la calidad del servicio podría empeorar afectando a todos los colombianos.

Gremios como la Asociación Colombiana de Empresa de Medicina Integral (Acemi) denuncian que la reforma podría eliminar 100.000 puestos de trabajo por el hecho de que podrían desaparecer las EPS en Colombia, o que, en su defecto, pierdan autonomía.

Uno de los temas que más preocupa es la seguridad fiscal de este proyecto, pues el Gobierno aún no ha expuesto cuánto costará reformar todo el sistema de salud y cuánto pesará esto en el bolsillo de los colombianos. Sobre todo, porque gremios asociados a la salud, principalmente aquellos relacionados con las EPS, dicen que si se llegara a aprobar podrían verse en graves problemas económicos.

La organización Aliadas, una alianza de asociaciones y gremios asegura que el principal problema es la escasez de recursos, lo que ha provocado una mora de cuatro meses, afectando directamente la atención médica de los colombianos.

Lo anterior tiene lugar porque los recursos económicos que se destinan a cada paciente a través de la Unidad de Pago de Captación registran un desfase que no garantiza la estabilidad y sostenibilidad del sistema de salud actual.

“Por cada 100 pesos que las EPS recibieron en el 2022, se gastaron 103 pesos. Pese a que es una de las cifras más bajas en comparación de otros sistemas de salud de América Latina, la insuficiencia en la fuente de financiación y el desequilibrio que hay entre ingresos y gastos, esto hace que las EPS acumulen pasivos, poniendo en riesgo el cumplimiento de sus obligaciones financieras”, aseguró Aliadas a la revista Semana.

Partidos boicotean para evitar la aprobación de la polémica ley

En las últimas semanas, el debate se ha puesto cada vez más difícil, debido a que algunas bancadas como las del Centro Democrático o del partido Cambio Radical se salen del recinto cada vez que se abre la votación rompiendo con el cuórum necesario para cumplir con el proceso.

La representante Piedad Correal del Partido Liberal dijo que el trámite de esta iniciativa genera muchas dudas y que el Gobierno de Petro no las aclara para poder seguir la discusión.

Asimismo, el Partido Conservador anunció que ni ha respaldado ni apoyará el proyecto.

“Es imposible predecir resultados distintos a un colapso irreversible del sistema. Como lo he mencionado, es necesaria una evaluación rigurosa de los costos a corto, mediano y largo plazo, teniendo en cuenta a todas las partes interesadas”, dijo el congresista conservador Felipe Jiménez.

“Mientras la reforma a la salud esté planteada de la manera en que el Gobierno y su bancada quieren, no contarán con mi apoyo en la Cámara de Representantes para aprobar el colapso inminente de la prestación de servicios y la garantía del derecho a la salud”, afirmó.

Queda esperar a conocer cómo se desarrollarán los debates hasta aprobar – o no – una reforma que genera más incertidumbres que respuestas y que de acuerdo con agencias calificadoras como Fitch Ratings aseguran que el golpe económico podría afectar el bolsillo de los colombianos, sobre todo, en medio de una inflación históricamente elevada.

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