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la candidata del macrismo quiere convertirse en la primera presidenta sin el apoyo de un marido poderoso

Patricia Bullrich: candidata entre el rechazo a Massa y el temor a Milei

La candidata a las presidenciales argentinas, Patricia Bullrich. Europa Press.

Aunque algunos hablan del macrismo como continuación a senda política fijada por Mauricio Macri durante su legislatura al frente de la presidencia de Argentina, no se ha dado propiamente una expresión de fervor de esta corriente política. Patricia Bullrich es, sin embargo, la alumna más aventajada del macrismo, si es que eso aún constituye una categoría política.

La candidata de Juntos por el Cambio no es nueva. Exministra de Trabajo y exministra de Seguridad, fue también presidenta de Propuesta Republicana y ha jugado un papel clave en la oposición. Esta jornada electoral se juega, sin embargo, todo lo que un político se puede jugar. La carrera presidencial la ha recorrido rodeada de dos hombres: a su izquierda, Massa; a su derecha, Milei. Y ella confía en que la sociedad argentina apueste por el centro.

No en vano eligió como mano derecha a Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y perdedor de las pasadas primarias por su conocida tendencia socialista. Este ticket electoral equilibrado pretende llegar a la Casa Rosada desde el moderantismo entre Massa y Milei, desde la novedad de ser mujer y desde la sombra de Mauricio Macri. Ella está convencida de que la primera vuelta que hoy se celebra en Argentina tendrá como consecuencia un plebiscito entre Bullrich y Milei. El 19 de noviembre se verá.

Alejados del paradigma izquierda/derecha —atrofiado en Argentina por la corrupción de unos y otros—, Bullrich ha hecho un esfuerzo por situarse en el centro, recogiendo el rechazo a Massa, candidato de Kirchner, y el temor a Milei, tan tremendo en sus formas. Las críticas de Milei al Papa, por ejemplo, le han valido el apoyo de muchos católicos: Bullrich defendió sin complejos las relaciones con la Santa Sede, no tanto por convicción como por conveniencia.

Durante la campaña estuvo encorsetada por su propia brújula política, tratando de buscar su posición entre eslóganes artificiales. Pero Bullrich es veloz y audaz en sus respuestas y el esprint final de la campaña se desató: «¡Milei propone vender órganos! ¡Y liberar la venta de armas! Ustedes saben cómo termina eso, ¿no?», criticó durante un acto de campaña. «Me preocupan las ideas de Milei: son malas y peligrosas», sentenció.

Bullrich, sin embargo, se enfrenta a las elecciones presidenciales bajo la sospecha del peronismo: estuvo involucrada en la Juventud Peronista, pero no fue parte, como pareció acusarle Javier Milei, de la organización armada Montoneros. Una difícil relación entre los candidatos que se agravó con un tímido apoyo de Macri al candidato de La Libertad Avanza. Estos últimos días, no obstante, Macri comenzó a apoyar a Bullrich en los distritos donde Milei obtuvo una ventaja en las primarias.

La esperanza de Bullrich parece abrirse. La Nación, diario argentino, aseguró que «Bullrich cerró su mejor semana post primarias, después de muchos días de desconcierto y desánimo en su tropa». Bullrich puede convertirse en la primera mujer que llegue a la Casa Rosada sin el amparo de su marido. No lo consiguieron Isabelita Perón ni Cristina Fernández de Kirchner. Ella confía que sí.

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