«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Carta de Hermandad de la Compañía de Jesús a Franco

Traer a Franco al Blog no tiene nada que ver con que mañana sea 20 de noviembre. Fecha que nunca he conmemorado en el Blog. Es otro el motivo. Un muy querido amigo acaba de llamarme para preguntarme si sabía yo si la Compañía de Jesús le habia otorgado al entonces Caudillo de España «Carta de Hermandad». Algo me sonaba pero no siendo un especialista en Franco ni en los años de la posguerra le dije que buscara en internet que seguramente diría algo. Y vaya si lo dice:

En noviembre de 1943, el P. Alessio A. Magni, Vicario General de la Compañía de Jesús (14 diciembre 1942 a 12 abril 1944), después de haberlo consultado con los asistentes, encargó a Severiano Azcona, asistente de España, que visitara a Franco y le entregara un documento en nombre de toda la Compañía, para agradecerle el inmenso beneficio de la devolución de todos los edificios que la revolución (?) le había arrebatado.
El 25 de marzo de 1944, en Madrid, el provincial de Toledo, Carlos María Gómez-Martinho, por ausencia del P. Azcona, entrega a Franco un pergamino, por el que se le comunica que se le hacía «participante de todas las Misas, oraciones, penitencias y obras de celo que por la gracia de Dios se hacen y en adelante se harán en nuestras Provincias de España». Franco escuchó esta lectura con viva emoción. Encontramos testimonio en las Noticias de la Provincia de Andalucía (agosto 1944, p. 16)
Esto equivalía a la Carta de Hermandad de la Compañía de Jesús con sus bienhechores, esta vez de la asistencia de España. Según The Woodstock Letters (Vol. LXXV nº 87 [1946]), se le había nombrado «an outstanding benefactor of the entire Assistancy»

¿Qué és una Carta de Hermandad?

Mis investigaciones

 

Asunto: Carta de hermandad
Fecha: Tue, 09 Jul 2002 23:33:14 +0200
De: Miquel Sunyol [email protected]
Para: yoldi@…

Josep Antoni Yoldi Rodríguez
Auxiliar en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús

Hola:
Soy Miquel Sunyol. Supongo que eres la persona indicada para hacerte la siguiente consulta.
Estoy haciendo un «estudio» (o una simple recogida de documentos) sobre las reacciones de Misión Obrera española ante la visita de Pedro Arrupe a Franco durante su viaje a España del 70. Naturalmente, me gustaría poder «encuadrar» bien este tema, supuesto que reacciones parecidas se suscitaron desde otros grupos de jesuitas.
Primera consulta: He visto que Franco tenía «Carta de Hermandad» con la Compañía. Me gustaría, pues, poder explicar didácticamente qué es esto de la «Carta de Hermandad», las condiciones para darla, de quién es la decisión, si la concesión sale publicada en alguna parte, cuánta gente podía tener esta «carta» en aquel tiempo en España… etc, etc…
[…]
Ya ves que soy de los pocos jesuitas que tengo tiempo para perder
Agradecido por lo que me puedas ayudar.
Miquel

 

Tarragona, 13 de julio de 2002
R.P. Antoni Borràs Feliu, SI.
Sant Cugat del Vallès

Asesor dirección Biblioteca San Cugat, Director Archivo del Palau Requesens, Vocal de la Comissión Coordinadora Generalidad-Iglesia de Patrimonio Cultural, Profesor Emérito de ITF i FEFC

Benvolgut Antoni:
Veo que eres un jesuita sin e-mail… Es una manera de seguir manteniendo alimentadas a las familias de los trabajadores de Correos
Supongo que como «hombre de biblioteca» y con fama de saber guardar, no te estrañará lo que voy a decirte, y menos si recuerdas que no hace mucho me viste en el Archivo de la Provincia. ¿Qué haría yo allí?
[…]
[…]
Quisiera hacer un estudio sobre las reacciones en el grupo de Misión Obrera a la visita del P. Arrupe a Franco, y me gustaría que el estudio fuera digno de la tradición histórica de la Compañía de Jesús…
He visto por un estudio de Alvárez Bolado, publicado en Estudios Eclesiásticos, que Franco tenía «Carta de Hermandad» con la Compañía de Jesús. ¿Podrías decirme alguna cosa sobre este tema?
Te agradeceré, pues, cualquier papel que me puedas pasar…
Muchas gracias
Miquel

 

Asunto: Recuerdos antiguos
Fecha: Mon, 08 Jul 2002 12:36:48 +0200
De: Miquel Sunyol [email protected]
Para: isalvat@…

Director del Centre Borja (Sant Cugat del Vallès) y del Seminario de Cine, Presidente del Consejo de Dirección de la Biblioteca Borja, Vicario Judicial Adjunto en el Tribunal Eclesiástico, Profesor Emérito a la FTC i a ITF (Y, entre otras muchas cosas, Provincial de los jesuitas de Catalunya en el período 1976-1984)

Hola:
No sé si sabes que, siguiendo las exhortaciones de la Compañía, decidí sumarme a las commemoracions festivas del Décimo Aniversario Arrupe. Mis muchas ocupaciones (y otras razones) me han ocasionado un cierto retraso.
Mi humilde contribución sería: «Misión Obrera y la visita a Franco de Arrupe» No creo que el tema elegido te extrañe.
[…]
[…]
Me podrías ayudar, además, en otro punto. Franco tenía «carta de hermandad de la Compañía», según dice Alvarez Bolado
¿Cómo podría explicar yo eso de las «cartas de hermandad»? ¿Me sabrías decir alguna cosa sobre eso? Ya sabes que a mí me gusta ser didáctico… ¿Cuándo comienzan estas cartas? ¿Están previstas en las Constituciones? Condiciones de la donación… ¿Todavía se dan? ¿Salen publicadas en algún lugar? ¿Cuánta gente podía tener esta carta en tiempos de Franco en España?
Si a pesar de tus doctorados no sabes responder a estas preguntas, ¿a quién podría consultar de los jesuitas de la Provincia?
Espero tu colaboración
Miquel

Las respuestas recibidas

 

Asunto: Re: Carta de hermandad
Fecha: Wed, 10 Jul 2002 09:36:35 +0200
De: «Jose Antonio Yoldi, S.J.» yoldi@…
Para: «Miquel Sunyol» [email protected]

Hola Miquel:
En el diccionario de Historia de la Compañía de Jesús (CJ) se dice que a Franco le dieron, no una «Carta de Hermandad», como la que se da a los (medianos y grandes) benefactores de la Comàñía, sino que le dieron un documento que «equivalía a una Carta de Hermandad». Muy posiblemente la superaba, pues pocos bienhechores habrá habido más grandes que Franco en cuanto a bienes devueltos. (Se puede decir que no es nada difícil ser generoso a cuenta de los otros o del erario público, y que los bienes devueltos no eran propiedad de Franco ni de su familia, etc…, pero esto no niega el hecho de que los devolviera, como al resto de todas o casi todas las otras órdenes expropiadas)
Como ves, es un tema controvertido, ya que hoy día, después de casi cuarenta años de dictadura, se ven las cosas diferentemente de como se podían ver en los años 1936-1939, en plena guerra e inmediata postguerra
Estaría muy contento de verte por roma y por el Archivo
Muchos recuerdos a todos
Tuyo,
Morrosko
Anexo con artículo «Carta de Hermandad» del Diccionario Histórico de la CJ

 

Lorsch, 26 julio 2002

Benvolgut Miquel:
Acabo de reibir tu carta del 13. Como puedes ver quedó detenida en Sant Cugat. Respondo.
[…]
[…]
Respecto al hecho de que Franco tuviera «Carta de Hermandad» es cosa conocida: El P. General concedía a «bienhechores» importantes esta carta que implicaba el ofrecimiento de misas y oraciones en agradecimiento. Recuerda que el dictador devolvió a la Compañía todas las propiedades que la República incautó y, además, todas las casas, etc. que tenía antes de la expulsión de Carlos III, bajo determinadas condiciones. Era, pues, lógico, que se le considerara un bienhechor. Desconozco el momento, pero sería inmediatamente después de la guerra, o con motivo de la construcción de Villagarcía o de la Casa Profesa de Madrid.
Más no puedo decirte.
Recuerdos y hasta pronto. Un abrazo.
Antoni

 

 

Asunto: Re: records vells
Fecha: Sat, 27 Jul 2002 12:00:43 +0200
De: «IGNASI SALVAT» isalvat@…
Para: [email protected]

Estimat Miquel:
[…]
[…]
He preguntado al P. Batllori sobre lo que sabía de las «Cartas de hermandad» y, después de una pequeña investigación, me ha telefoneado para decirme que recordaba que en 1740 se concedió la «Carta de hermandad» de la Provincia de Nápoles al Sign. Tanucci, un benefactor a quien se le concedió participar en los frutos espirituales de las obras de la Compañía. No sabía si en el nuevo Diccionario de la Compañía salía alguna cosa.
Un abrazo
Ignasi

¿Qué es, pues, una «Carta de hermandad»?
¿Qué es?
Se concede a los bienhechores y amigos de la Compañía de Jesús participar en las oraciones, buenas obras y sufragios de los miembros de la Compañía (Institutum S.I. 1:594s, nº 289).
¿Quién la puede conceder?
  • El P. General la puede otorgar a los bienhechores y amigos de la Compañía de Jesús
  • En 1927 el P. General Wlodimiro Ledóchowski declaró que los Provinciales tenían facultad ordinaria para conceder estas cartas de hermandad tras oír el parecer de sus consultores, pero no debían concederlas fácilmente (Acta Romana 5 [1927] 740)
¿Qué dicen las «Constitutiones» de la Compañía?
En el capítilo I de la IV Parte se habla «De la memoria [que la Compañía ha de tener con repecto] a los fundadores y bienhechores de los colegios», y, aduciendo, que «es muy debido corresponder de nuestra parte a la devoción y beneficencia que usan con la Compañía», especifica las diversas formas de este agradecimiento:

  • cada semana, y perpetuamente, se dirá una misa por el fundador y bienhechores, vivos o muertos, del colegio
  • cada mes, y también de forma pertpetua, todos los sacerdotes del colegio estarán obligados a celebrar una misa por ellos
  • cada año, en el día aniversario de «la entrega de la posesión del colegio», se dirá una misa solemne y todos los sacerdotes del colegio celebrarán igualmente una misa por las intenciones de ellos
  • este mismo día, se presentará «una candela de cera al fundador o a uno de sus deudos que más propinquo le fuere» Y se deja bien claro que «por esta candela se significa la gratitud que se debe a los fundadores, no ius patronatus o derecho alguno a ellos ni a sus sucesores al colegio o a sus bienes temporales, que no le habrá». Más claro, agua
  • el dia de la entrega de un colegio, el P. General avisará a toda la Compañía «para que cada sacerdote diga tres misas», y en el momento de su muerte («después que los llevare de esta vida a la otra») hará lo mismo para otras tres misas más
  • fundadores y bienhechores «se hacen specialmente participantes de todas las buenas obras dellos y de toda la Compañía»

Pero, los negocios son los negocios!

Lo dicho debrá observarse enteramente con los que hacen colegios cumplidos. Con los que dan solamente un principio, se hará la parte que el Prepósito General juzgare en el Señor

El origen de esta facultad
La constitución de Urbano V (1362-1370), que concedió a los Generales y Provinciales de la Orden de los Menores poder comunicar sufragios, indulgencias, oraciones y bienes espirituales a sus bienhechores.
Fundamento teológico
Francisco Suárez, al tratar de las indulgencias, explica como «impetración» esa aplicación de los méritos y buenas obras de la Compañía de Jesús a sus bienhechores y amigos, «pues así como por las obras buenas de toda la Religión (en este caso, la Compañía de Jesús) Dios concede especiales beneficios a sus miembros, también los concede a todos los que están unidos a esa Religión»

Comentario a la 3ª Parte de la Summa Theologica de Sto. Tomás, en la disputa 55, sección 5ª

Esto es lo primero que encontré y tampoco quise profundizar en la cuestión. Pero lo evidente es que a comienzos de los años cuarenta del pasado siglo la Compañía de Jesús estaba entusiasmada con Franco y le consideraba como uno de sus máximos benefactores a lo largo de su historia. Y eso era no sólo lo que los jesuitas pensaban entonces sino también el sentir de toda la Iglesia.

A algunos esto hoy les sabrá a rejalgar pero los hechos son los hechos. La Iglesia y la Compañía de Jesús vieron a Franco como el salvador de la Iglesia en España. Fue así y los testimonios son infinitos. De aquella gran tragedia nacional han pasado 78 años. Hoy, quienes no la vivieron, que fueron ya prácticamente la casi totalidad de los españoles, podrán tener sobre ellos la idea que quieran, como la que podían tener los españoles de 1936 sobre el general Narváez, puras construcciones mentales.  Los jesuitas que otorgaron a Franco la carta de hermandad tenían ante los ojos los hechos que acababan de vivir.

Hoy podrán lamentar la concesión algunos miembros de la Compañía de Jesús en España o tal vez todos. Pero ellos no jugaron aquel partido. Ni recogieron en las cunetas cadáveres de sus hermanos.Ni vieron sus iglesias incendiadas. Ni estaban disueltos en España teniendo que estudiar los que querían ingresar en la Compañía en el extranjero.

 

 

  

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