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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Declaraciones del portavoz de los obispos sobre acontecimientos recientes

Gil Tamayo está situándose en su verdadero papel

El sacerdote secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Gil Tamayo, pasados unos primeros días de prima donna absolutamente sin sentido, ha recuperado su papel, que no es el de darnos sus opiniones sobre todo lo divino y lo humano, que por otra parte no interesaban demasiado, y, motu propio o debidamente instruido, se ha evaporado bastante de la actualidad mediática. 

De su persona interesa mucho lo que nos diga por encargo de la Conferencia Episcopal y bastante menos sus opiniones particulares sobre lo que sea. Esta últimas podrán ser inteligentes o necias pero, sean unas u otras, comprometen de algún modo a la institución que portavocea. Asumiendo, naturalemente un plus de confianza episcopal en lo que diga cuando no se limite a trasmitirnos un texto de la Conferencia o un mandato de la misma. Quien está constituido como secretario y portavoz de los obispos, con inevitable presencia mediática, no puede dejar de manifestar opiniones propias. Pero deben ser coherentes con el episcopado y pienso que alejadas de un protagonismo sumamente peligroso. Secretario alude a secreto y portavoz a la voz de otros. No a la propia.

Creo que Gil Tamayo ha comprendido ya su papel y hemos dejado de tenerle como perejil de todas las salsas. Y hay salsas que no precisan perejil y otras en las que no conviene exagerarlo.

Ya en su papel, y después de algún tiempo sin aparición mediática, acaba de hacer unas declaraciones que tomo de la revista Ecclesia. Nada dudosa por ser también ella una revista del episcopado. Así dicen:

«Declaraciones del secretario y portavoz de la CEE, Gil Tamayo, a la Agencia EFE

Nota de la nunciatura sobre declaraciones del abad de Montserrat, el informe de la ONU sobre la Iglesia y los abusos a menores y el ataque de Femen al cardenal Rouco, principales temas de esta entrevista.

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el padre José María Gil Tamayo, subrayó este domingo la llamada de atención de la Nunciatura Apostólica en España al abad de Montserrat, Josep María Soler. En una entrevista concedida a la agencia Efe, el portavoz de los obispos tildó de «puntualización seria» el inédito comunicado que el nuncio Renzo Fratini emitió el pasado martes para desmentir que«un eventual Estado catalán sería reconocido por el Vaticano»,como había asegurado el el abad benedictino el pasado día 23 en un coloquio en Barcelona.

«Yo no tengo más elementos que lo que dice la literalidad del texto», comentó Gil Tamayo, quien, sin embargo, tachó de «inusual» el comunicado. Sin entrar en valoraciones personales, el portavoz se limitó a recordar lo que decía el breve documento de la Nunciatura, pero apostilló que no le corresponde al abad «vaticinar» ni «hacer elucubraciones» sobre una hipotética postura de la Santa Sede.

Polémico informe

Con respecto al polémico informe de la ONU que critica el tratamiento dado por la Iglesia a los casos de abusos sexuales, el secretario general advirtió de la aparición de una «inquisición laica» con unos dogmas «ideológicos» establecidos al amparo de Naciones Unidas como «universales para todo el mundo». «Benedicto XVI ha dado pasos importantes, valientes, de tolerancia cero, y eso se ha destacado muy poco en el informe de Naciones Unidas, que ha obviado la tarea que desarrolla la Iglesia con cambios en su legislación y la asunción de acuerdos y convenciones internacionales». Para el portavoz, el informe aprovecha, en cambio, para entrar «en cuestiones claramente ideológicas en las que la Iglesia ha tenido un punto de vista distinto al de sus autores, como en temas de salud reproductiva, en cuestiones que son innegociables para la doctrina cristiana».

Sobre el ataque que sufrió el cardenal Rouco Varela a las puertas de una parroquia de Madrid la semana pasada por parte de un grupo de activistas de Femen, Gil Tamayo explicó que «la Iglesia no va a poner una guardia suiza, ni se va a militarizar» para proteger a los obispos. «La Iglesia no ha hecho ninguna denuncia porque no es nuestro estilo, pero pedimos a la ciudadanía un respeto a la libertad religiosa y a las autoridades una vigilancia y una protección», dijo».

Dos breves observaciones, no a Gil Tamayo sino al redactor de Ecclesia. Me parece inapropiado el verbo tildar tal como lo usa y llamar inédito al comunicado de la nunciatura sobre el abad de Montserrat es no saber lo que significa inedito. ¿Habrá querido decir insólito?

Lo que según la revista del Episcopado es atribuible al portavoz es que la nota de la Nunciatura es una «puntualización seria». A mí tambien me lo parece. Coincidencia pues con Gil Tamayo y si en ello fuera portavoz de los obispos, también con ellos. Nuevo sopapo pues al abad Soler aunque no nos conste si es sólo del portavoz o también de los portavoceados. O de la mayoría de estos.

Nada que añadir, ni objetar, a lo que el portavoz manifiesta sobre el contencioso de Naciones Unidas y el Vaticano. Sólo faltaba que fuers la ONU quien dijera  a la Iglesia lo que tiene que decir y enseñar. 

También me parece acertado lo que manifiesta respecto al vergonzoso ataque al cardenal de Madrid por las «despechadas». Sí eché en falta que no incluyera en su protesta, o que Ecclesia no las haya reproducido si las incluyó, los ataque al cardenal electo Fernando Sebastián por expresar lo que la Iglesia piensa sobre la homosexualidad. 

Pues después de haberme preocupado no poco por la incontinencia verbal de Gil Tamayo en sus primeros días me alegra mucho verle ahora tan en su lugar. Esperemos que siga así.

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