«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La diócesis de Cádiz limita el gasto de las Cofradías

http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/1816376/obispado/limita/gasto/las/cofradias/nuevas/adquisiciones.html

De entrada ni alabo ni critico la medida. Sólo advierto del peligro de matar la gallina de los huevos de oro. Porque sin gallina no hay huevos. Ni de oro ni de hojalata. Aunque por principio me molesten las pretensiones de inmiscuirse en corrales ajenos. Las Cofradías, de entrada.  no son unos capitidisminuidos a quienes haya que privarles de la administración de sus bienes. No me creo que el delegado episcopal por principio, sea el genio, y los cofrades unos pobre hombres. Y más viendo algunos especímenes clericales de ese obispado como el que autorizó la publicidad de ropa interior femenina en la catedral de Ceuta. A ese sí que habría que limitarle sus facultades demaniales.

¿Estamos ante una pretensión, más o menos disimulada, de apropiarse de bienes ajenos? Y los de las cofradías son golositos.

Entiendo perfectamente la preocupación de una diócesis por que no se produzca antitestimonio eclesial desde la misma.  Tampoco desde las cofradías. Pero hagamos las cosas bien. Que es posible incluso en la Iglesia. Y como medida previa sería de desear que arreglaran la propia casa antes de meterse en otras más distantes y menos propias. Aunque por supuesto sean de competencia episcopal. Porque todo lo católico lo es. 

Hoy está de moda criticar a los obispos. Sale gratis. Y no pocas veces dan motivos sobrados. Cierto que mucho más por consentimientos de acciones ajenas que por maldad de las propias. Pero todo ello va incluido en el pack. Y hasta en la propia consideración que hemos hecho de nuestros obispos.

 A mí monseñor Zornoza me parece un buen obispo de Cádiz y antes un buen obispo auxiliar de Getafe. Con sus cosillas. Una buenas y otras no tanto. Yo con él, como con casi todos los obispos, creo haber sido consideradísimo. Me he callado no pocas cosas de Getafe. Que ahí están. Convencido además de que no todas son como algunos las divulgan. Tampoco le he criticado en Cádiz aunque el ordinario diocesano sea él. Y el responsable de todo. Por acción, escasa, u omisión, notable. Como en los demás obispos españoles. Gracias a Dios malvados hoy no tenemos o son muy escasos. Tragaldabas, nombradores de lo pésimo o al menos de lo muy malo, sostenedores de lo insostenible, unos cuantos. 

Me resisto a entrar en el universo cofrade, tan ajeno a mis raíces. Me constan actitudes vergonzosamente antieclesiales, Málaga por citar un ejemplo muy próximo, y una cordialísima adhesión a la Iglesia en incontables cofradías. Hoy me ha gustado poco lo de Cádiz. No me parece adecuado limitar a tres veces y media o cuarenta y cinco el salario mínino interprofesional como fijación de la cantidad que las cofradías pueden gastar. Esa cifra es civil y no tiene nada que ver con la Iglesia. Como el estipendio de una misa no debe ser la mitad o tres veces del precio del puticlub local. Son cosas distintas y ajenas.

Las cofradías hacen muy bien en tener sus tronos, pasos, varales, flores, mantos, luces… refulgentes. Y dando a la caridad lo más posible. Aunque no todo porque no son asociaciones como Cáritas sino dedicadas a otra consideración. No asesinen esa otra consideración. Porque ella es la que alimenta a la Caridad. Sin Macarena, Gran Poder, Esperanza de Triana…, por hablar sólo de Sevilla, todo lo demás ni existiría. Y vaya si existe.

Pues señor delegado gaditano, seguramente persona muy eclesial, cuide sus cofradías, transija, salvo que sea escandaloso, en sus devociones, no ponga límites, tres veces lo que gane una pilingui de mediano copete. las dietas de un eurodiputado, la jubilación de alguien que no cotizó en su vida pero que le han incluido en un ERE andaluz, a los gastos de lo que no es suyo, ni debe disponer de ello como dueño.

Sin chorradas publicitarias, que le dejan en mal lugar, y al obispo también, puede usted conseguir maravillas sin que sepamos su nombre. Que las cofradías suelen ser así. Les basta la alegría y la demostración de la calle. Puede arruinarse usted y de rebote al señor obispo. Pues yo no publicaré su nombre. Aunque en Cádiz todos lo conozcan ya. Tampoco tiene que darme las gracias por habérmelo callado. Tengo acreditadísima experiencia de que las gracias eclesiales no existen. Tal vez no figuren en el CIC.

Pero incluso aunque no figuren en el citado Código. Es de gente bien nacida el ser agradecida.  Pues a veces cómo para pensar que nadie nació bien en la Iglesia. Dar las gracias, y alguna experiencia tengo en no recibirlas,  constituye un auténtico milagro. Que deja reconocidísino a quien por casualidad las recibe y en la convicción de que abundan sobremanera quienes sólo se merecen coces. ¿Se extrañarán al recibirlas?

      

 

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