Pastor Cuquejo Verga, redentorista y arzobispo de Asunción, acusado de actos homosexuales por el obispo de Ciudad del Este, Livieres, no ha sido misericordieado en nada por el Papa Francisco. Con velocidad meteórica, al mes y medio de presentar la renuncia por haber cumplido 75 aƱos, estĆ” en la mismĆsima rue. De arzobispo emĆ©rito.
Tras las graves acusaciones de Livieres se podĆa pensar que el Vaticano le concederĆa una prórroga de alguna consideración para no alimentar bulos que respaldaran la denuncia del defenestrado obispo de Ciudad del este. Pues nanay del Paraguay, y nunca mejor dicho. Estaban deseando quitĆ”rselo de encima aun a costa de dar credibilidad a sus actos sexuales con personas del mismo sexo. Porque tanta celeridad no es la acostumbrada. Aunque la Roma eclesial no tenga nada que ver con la Roma clĆ”sica parece como si la conocida frase de que Roma no paga traidores se hubiera cumplido aquĆ. Porque a Pastor Cuquejo Verga, hasta los apellidos le comprometen, no le han dado ni un mĆnimo para salvar su reputación. Como si su fama, su mala fama,Ā hubiera sido cierta.Ā No digo que lo sea, no lo sĆ©, sólo que Roma no ha hecho nada para salvarla.
Creo que tambiĆ©n debo dejar constancia de que son varias las fotografĆas del arzobispo en silla de ruedas. Y que esa puede ser la causa de la aceptación de la renuncia pero volvemos a lo que tantas veces hemos dicho sobre la aceptación de la renuncia de los obispos. Si es por el 401.2, aceptación anticipada, deberĆan especificar si es por enfermedad o por otra Ā«causa graveĀ» y cuando la prórroga es tan insignificante, tambiĆ©n deberĆan decir si la enfermedad ha sido la causa de la premura porque en otro caso siempre cabe pensar que estaban deseando deshacerse de Ć©l.