José Ruiz-Gallardón Utrera, hijo del ministro de Justicia del mismo nombre ha salido al padre. ¡De tal palo, tal astilla!, se decía antes. Ahora los jóvenes han puesto de moda eso de “lo siguiente” que si se añade a algo feo, carga la prosodia y llena la boca al ser pronunciado. La versión actual de “Usted no sabe con quién está hablando”, sería chocar con otro coche hacerse un selfie muerto de risa y salir pitando a casa de Papá para que los escoltas, que pagamos todos, te saquen del lío.
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Somos lo que aprendemos. No es que el chico (que se casó en septiembre de 2012) le haya salido raro al ministro, es lo que ha mamado. Primero: conduce fatal, porque su padre lleva tantos años en coche oficial con chófer que no pudo aprender. Segundo: no dio la cara porque dar la cara no está de moda y Papá [José Ruiz-Gallardón Jiménez] lleva muchos años sin darla y le va muy bien. Tercero: se escondió bajo las faldas de su Papá ministro, porque si no ¡pa’ que sirven los privilegios! Una mezcla Cuarto: hizo salir a los escoltas paternos y ganó tiempo. Quinto: todo este embrollo le evitó pasar controles de alcoholemia en el momento clave. Un positivo por alcohol en sangre de hijo de ministro de Justicia hubiera sido más noticia que lo de Enrique López sin casco buscando su casa para volver con RH sanguíneo “Chivas positivo”. En eso Josito Ruiz-Gallardón podría copiar a Papá con aquello de muuy buueeeennoooo” arrastrando vocales.
Creo que al llegar a casa de los papis, apenas le hicieron caso. Papá ex-verso suelto del PP estaba indigesto con la Justicia y su próxima reforma: reparto político de secretarios y oficiales (tantos PP; tantos PSOE); las vistas judiciales a los platós de La Sexta; con jueces showman y con la audiencia sustituyendo a los jurados populares.
¿Seguirá Josito el modelo paterno en lo vanidoso, maniático, engreído y tuercebotas?
