«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
el teniente general Lavahun

El jefe del Ejército de Sierra Leona pide lealtad al Gobierno ante los rumores de otro golpe de Estado en África

Julius Maada Bio, presidente de Sierra Leona, en la ONU. Europa Press

El jefe del Ejército de Sierra Leona, el teniente general Lavahun, ha pedido a sus militares que se mantengan leales al Gobierno, advirtiendo de las «terribles consecuencias de cualquier plan para perturbar la paz del país», ante los rumores de un intento de golpe de Estado en el país africano.

Lavahun ha hecho estas declaraciones después de que la semana pasada la Policía sierraleonesa detuviera a oficiales del Ejército sospechosos de conspirar contra las instituciones del país después de más de un mes de inestabilidad política debido a posibles irregularidades en las elecciones generales del pasado 24 de junio.

Según ha detallado este domingo, los agentes han detenido por el momento a un total de 14 personas, que incluyen a seis altos cargos del Ejército, aunque se espera que el número de arrestos aumente «a medida que continúan las investigaciones».

Una investigación de las autoridades reveló que un grupo de personas, incluidos militares, se estaban preparando para usar las manifestaciones pacíficas programadas entre el 7 y el 10 de agosto para «desatar violentos ataques contra las instituciones del Estado y contra los pacíficos ciudadanos». Las detenciones no tomaron por sorpresa a analistas políticos, que ya habían advertido sobre la «relación rota» entre el Gobierno y los militares, que se encuentran «preocupados por la crisis política del país».

El presidente del país, Juliu Maada Bio, juró el cargo para un segundo mandato el pasado 28 de junio, horas después de que la comisión electoral anunciara su victoria en primera vuelta con más del 56 por ciento de los votos. Este resultado fue rechazado de plano por el principal candidato opositor, Samura Kamara, que aseguró que las cifras no eran «creíbles».

Los opositores elegidos como miembros del Parlamento han hecho una continua campaña de boicot político, absteniéndose de presentarse en sus escaños e incluso pidiendo una repetición de las elecciones bajo la supervisión de un nuevo jefe electoral.

Sierra Leona es un país dividido tanto étnica como regionalmente, una polaridad que se extiende «a todos los ámbitos de la vida pública, incluidos los militares y la Policía»; así, mientras el partido gobernante, el Partido Popular de Sierra Leona (SLPP), es apoyado principalmente en el sudeste, el opositor Congreso de Todo el Pueblo (APC) tiene su mayor fuerza en el noroeste.

Este intento de varios militares de atentar contra las instituciones del país se ha producido en un contexto de gran inestabilidad en África Occidental, sobre todo por el reciente golpe de Estado en Níger, contra el que se han posicionado la mayoría de los miembros de la CEDEAO, con excepción de los gobiernos militares de Malí y Burkina Faso, que aseguran que defenderán a los golpistas nigerinos de cualquier intervención militar. De la misma forma, Guinea alertó de los males que traería consigo un conflicto armado y anunció también que no se sumaría a las sanciones.

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