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La gran mayoría de los palestinos apoyaron el ataque contra Israel

El reconocimiento de Palestina: un apoyo unilateral a Hamás y una bofetada a las víctimas del ataque masivo del 7-O

Terroristas de Hamás. Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este miércoles que procederá el próximo 28 de mayo en el Consejo de Ministros al reconocimiento de Palestina como Estado. La decisión ha llegado mientras quedan 130 ciudadanos inocentes (ancianos, mujeres y niños) que siguen siendo retenidos bajo tierra por la organización terrorista Hamás. Estas personas fueron secuestradas de sus hogares y llevan ya más de 230 días y noches en cautiverio.

El reconocimiento ahora a Palestina, pocos meses después de los asesinatos masivos, las violaciones y los secuestros a israelíes, sólo puede interpretarse como un apoyo unilateral a Hamás y un rechazo a la única democracia en Oriente Medio. Además, una acción así es una bofetada para las víctimas inocentes, los secuestrados, y los muchos civiles y soldados israelíes que se encuentran actualmente secuestrados en los túneles de Hamás.

La decisión está basada en la premisa de que la Autoridad Palestina (AP) es significativamente diferente de Hamás. Y es mentira. Después del 7 de octubre ni un solo alto funcionario de la AP condenó la masacre de Hamás. Muchos apoyaron y elogiaron la masacre. Jibril Rajoub dijo que la masacre fue una «respuesta natural» como respuesta a las «tierras palestinas ocupadas». Abbas Zaki elogió a Hamás y agradeció a sus miembros por la planificación y ejecución. El alto miembro de Fatah, Jamal Al-Huwail, expresó su esperanza de que «ojalá veamos más escenas así». Isa Qaraqi, miembro de Fatah, dijo «estamos eufóricos, hay una atmósfera de inmensa alegría». Y el principal clérigo, asistente de Abu Mazen en asuntos religiosos, Mahmoud Al-Habbash, llamó a los judíos «rebaños errantes parecidos a humanos, aquellos a quienes Dios maldijo, monos y cerdos».

Además, la Autoridad Palestina transfiere enormes sumas de dinero a las familias de los terroristas condenados. Se dice que la suma anual transferida para estos fines es de más de 1.000 millones de séqueles israelíes, alrededor del 7% del presupuesto total de la AP. Estos fondos están consagrados en la Ley de Prisioneros Palestinos, que establece que «la Autoridad Nacional otorgará a cada prisionero un salario mensual, sin discriminación».

Cabe señalar que el salario de los terroristas palestinos condenados a más de 30 años de prisión es de unos séqueles israelíes al mes, cuatro veces el salario promedio en la Autoridad Palestina y que los sistemas educativos de la AP continúan formando generaciones de jóvenes llenos de odio y sed de asesinato antisemita. Y que la gran mayoría de los palestinos apoya a Hamás. Una encuesta del Instituto Palestino de Investigación AWRAD realizada después del ataque del 7-O recogió que el 75% de los palestinos apoyó el ataque de Hamás y el 94% se sintió «muy orgulloso» de este ataque.

Dos estados para dos pueblos… ¿es la solución?

Esta propuesta no es nueva; se planteó por primera vez en la Comisión Peel en 1937 durante el mandato británico. El acuerdo fue rechazado por los árabes ya que rechazaban el establecimiento del Hogar Nacional Judío en Palestina. Una década después, el 29 de noviembre de 1947, la ONU propuso la solución de dos estados para dos pueblos. Mientras que el Estado de Israel aceptó la propuesta, el líder palestino de la época, el muftí nazi Amin al-Husseini, respondió con una guerra para destruir a Israel.

Un año más tarde (1948), Jordania conquistó los territorios de Judea y Samaria. Desde entonces y hasta 1967, nadie habló de un estado palestino. Pero luego llegó la Guerra de los Seis Días y de repente se acordaron de que había un pueblo palestino y una ocupación en Judea y Samaria.

En 1993 se hizo otro intento en el marco de los Acuerdos de Oslo. Israel entregó a la OLP Gaza, Jan Yunis y Rafah, así como Hebrón, Ramala y Nablus. Permitió que Arafat y sus hombres llegaran desde Túnez y recibieran armas para establecer una autonomía que viviría en paz junto a Israel. En realidad, en pocos años, las ciudades palestinas se convirtieron en bastiones de terror desde donde salieron cientos de atentados mortales, en los cuales murieron más de mil inocentes.

Doce años más tarde (2005), Israel evacuó a cerca de 10.000 de sus ciudadanos que vivían en comunidades dentro de la Franja de Gaza, evacuó esos asentamientos judíos y entregó la Franja de Gaza a Abu Mazen, presidente de la Autoridad Palestina. Desde entonces, Gaza se ha convertido en un estado terrorista —Hamastán—.

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