Una estudio publicado en Polonia refleja que la mayoría de los ciudadanos del país preferirían abandonar la Unión Europea antes que acatar el plan migratorio de Bruselas.
Los resultados de esta encuesta fueron publicados un día antes de la visita de Donald Trump a Varsovia, donde ha respaldado las políticas del Gobierno europeo y donde ha alabado la defensa de las fronteras que exige Polonia.
La investigación, realizada por IBRiS y publicada por la revista Polityka, desvela que el 57% de los encuestados preferiría renunciar a los fondos estructurales aportados por Bruselas si eso conlleva no tener que acoger más inmigrantes de fuera de Europa. Los polacos defienden las conservación de su soberanía por encima de los euros que les pueda ofrecer la UE.
La soberanía no tiene precio
El quinto país más habitado del bloque, cuya economía no es especialmente boyante, es el más beneficiado de los fondos estructurales que reparte Bruselas. Además, el país cuenta con uno de los datos más altos (71%) de aceptación de la UE, según el Eurobarómetro de marzo.
Sin embargo, la encuesta que ha visto la luz esta semana también muestra que más de la mitad de los polacos preferiría verse fuera del bloque comunitario antes que renunciar al control de sus fronteras.
A la luz de los datos, para los polacos su soberanía no tiene precio.
El director de la agencia encuestadora, Marcin Duma, ha explicado a Bloomberg que la ‘’retórica anti-refugiados’’ del Gobierno ha provocado que los polacos secunden su postura de oposición a la acogida de más inmigrantes.
La resistencia de Visegrado
Polonia es uno de los países que más firmemente ha rechazado el plan de cuotas impuesto por la UE. Junto a Hungría, República Checa y Eslovaquia integra el conocido como Grupo Visegrado.
Ante su negativa de acoger más inmigrantes, Bruselas ha abierto expedientes contra estos países para sancionarlos. Entres esas posibles multas, la UE baraja la suspensión de los fondos estructurales a aquellos Estados que no acojan a los refugiados.
En un discurso pronunciado el pasado mes de mayo en el Parlamento polaco, la primera ministra Beata Szydlo urgió a Europa a que «se levante» porque de lo contrario estará «llorando la pérdida de sus hijos cada día».
Insistió además en su decisión de no acoger a más migrantes en los próximos meses pese a las presiones de Bruselas, que ha amenazado reiteradamente al Gobierno, porque «no tienen sitio en nuestro país, pues no cumplen con los valores para vivir aquí».
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