«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
HA SUSCITADO UN RECHAZO GENERALIZADO

Jaguar destroza su marca con una campaña estridentemente ‘woke’

Anuncio de Jaguar. Red social X

Que el ‘wokismo’ sigue siendo dominante es un hecho constatable; que está perdiendo la guerra cultural, también. El mensaje antiwoke de Trump ha sido determinante en su espectacular victoria electoral, como lo es en el imparable auge de los partidos soberanistas en Europa.

Esta misma semana hemos asistido a un ejemplo evidente del declive de esta nefasta ideología en el Congreso de Estados Unidos, donde se ha prohibido al primer congresista transexual de Estados Unidos, Sarah McBride, usar el cuarto de baño de mujeres. Algo está cambiando, y muy deprisa. Pero quizá el caso más significativo de este radical cambio de actitud es el que podría llamar «Historia de Dos Anuncios».

Recientemente Jaguar, la firma británica de automóviles de lujo, decidió romper radicalmente con la imagen tradicional de la marca lanzando un anuncio que es un verdadero canto a la ideología woke con el lema «no copies nada». Lo que no deja de ser irónico, porque el mensaje de la campaña es una imitación absoluta de toda la publicidad progre que lleva años azotando al consumidor.

El anuncio es de vergüenza ajena. Todo estridentemente gay, trans, multirracial, como en una parodia diseñada por sus enemigos. Y el resultado ha sido un rechazo tan generalizado que su director general, Rawdon Glover, ha concedido una entrevista al Financial Times para tratar de controlar los daños.

Glover dijo que el «mensaje previsto» del anuncio se había perdido en «un estallido de intolerancia» en las plataformas de redes sociales y rechazó la idea de que el vídeo fuera una declaración «consciente»: «Si jugamos de la misma manera que lo hace todo el mundo, nos quedaremos fuera de escena».

«Necesitamos restablecer nuestra marca y ofrecerla a un precio completamente diferente, por lo que debemos actuar de manera diferente. Queríamos alejarnos de los estereotipos automovilísticos tradicionales», añadió. Glover criticó a algunos usuarios de las redes sociales y dijo que estaba decepcionado por «el nivel de odio vil e intolerancia» en los comentarios que aparecieron en el video.

Evidentemente, no han entendido nada. Como reconoce un veterano ejecutivo publicitario consultado por el diario, «se puede destruir en 30 segundos una marca que llevó toda una vida construir». Lo woke no vende, ya lo demostró Bud Light este mismo año. Se acabó.

Quienes sí lo han entendido son los responsables de otra firma automovilística, la sueca Volvo. «Volvo publicó un anuncio de 3 minutos y 46 segundos en Instagram, filmado por Hoyte Van Hoytema, el director de fotografía de Interstellar y Oppenheimer”, explica en X Guillaume Huin, director de marketing senior de McDonald’s. «Va en contra de todas las reglas que se puedan imaginar para un anuncio en redes sociales: duración, formato, sobreproducción. Todos los comentarios debajo del anuncio decían que inmediatamente ponían a Volvo en su lista de consideración. Es jodidamente fantástico».

Y tan antiwoke como se pueda desear.

El anuncio de Volvo cuenta una historia: una joven pareja en la que la mujer le dice al hombre que se ha quedado embarazada. Aunque no era algo planeado, el hombre acepta la responsabilidad, y su voz en off, en una conversación con su madre para darle la noticia, hace un alegato a favor de la vida, del compromiso, de la responsabilidad e incluso del sacrificio mientras se suceden imágenes del desarrollo de la hija futura. El anuncio ha tenido una acogida abrumadora.

Estados Unidos y tal vez todo Occidente está empezando a despertar de la pesadilla de ideologías suicidas a un futuro centrado en valores positivos como la familia y los hijos.

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