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era el último bastión de resistencia frente a los intentos globalistas de diluir la identidad nacional de los países del Primer Mundo

Japón entra en una era de inmigración extranjera masiva ante el invierno demográfico

Japón
Foto de Jezael Melgoza en Unsplash

Japón era el último bastión de resistencia frente a los intentos globalistas de diluir la identidad nacional de los países del Primer Mundo mediante la inmigración masiva, pero el extremo envejecimiento de su población y una tasa de natalidad que aboca al país a la extinción a plazo fijo le obliga a rendirse.

Lo cuenta Bloomberg en un reciente reportaje, donde explica cómo el rápido descenso de la natalidad, el envejecimiento demográfico y la escasez crónica de mano de obra están impulsando la importación de millones de extranjeros que «están cambiando la cara de Japón». El número de trabajadores extranjeros en Japón ha superado los dos millones, un aumento del 12,4% con respecto a 2022. El país necesita al menos 647.000 inmigrantes en edad de trabajar por año para cubrir su escasez de 11 millones de trabajadores para 2040.

«Japón está entrando en una era de inmigración extranjera masiva«, dijo Junji Ikeda, presidente de Saikaikyo, una agencia con sede en Hiroshima que busca y supervisa trabajadores extranjeros. «Los ajustes incrementales no serán suficientes», añade.

Sólo en el marco de un programa , 820.000 inmigrantes entrarán a trabajar en los sectores de transporte y logística, el doble de la cifra previamente acordada, a fin de «lograr una sociedad inclusiva», según el secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi.

Si bien el proceso se está implementando bajo ‘visados de trabajadores calificados’, las funciones roles reales que desempeñarán los inmigrantes incluyen taxistas, conductores de autobuses y trabajadores de fábricas.

Un artículo aparecido en el Japan Times estima que el número de trabajadores extranjeros se ha más que duplicado en la última década, mientras que la comunidad extranjera en general, que incluye niños y estudiantes, «ha aumentado en un 50 por ciento», informa The Spectator. Se prevé que más del 10% de la población japonesa acabe siendo de personas nacidas en el extranjero, lo que pone al país en línea con el Reino Unido, Estados Unidos y Francia.

Las consecuencias, conocidas por todos, ya se están notando. A finales del año pasado, el gobierno anunció que la delincuencia había aumentado por primera vez en 20 años, una situación con la que los japoneses nativos podrían familiarizarse más en los próximos años.

Aun en su situación desesperada, Japón se propone dar este paso con orden e inteligencia, limitando y cualificando las entradas de extranjeros. Cuánto tiempo pueda Japón seguir siendo Japón es todavía una cuestión abierta.

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