Naciones Unidas ha asegurado que, hasta el momento ha documentado el asesinato de más de un centenar de civiles católicos, drusos y alawitas en el marco de la persecución a manos del islamismo radical a finales de la semana pasada en el oeste de Siria. Desde la ONU han recibido varias denuncias contra las nuevas fuerzas de seguridad y grupos aliados a Damasco por abusos y crímenes contra la minoría alauí en las provincias de Latakia y Tartús.
El portavoz de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Thameen al Kheetan, ha indicado que el organismo «ha documentado hasta ahora el asesinato de 111 civiles», si bien ha recalcado que «el proceso de verificación sigue en marcha». «Se cree que la cifra de asesinados es significativamente superior», ha agregado, después de que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifrara en cerca de un millar los civiles ejecutados.
«Muchos de los casos documentados fueron ejecuciones sumarias. Parecen haber sido llevadas a cabo por motivos sectarios en las provincias de Tartús, Latakia y Hama, aparentemente a manos de personas armadas no identificadas, miembros de grupos armados que supuestamente apoyan a las fuerzas de seguridad de las autoridades interinas y elementos asociados al anterior gobierno», ha especificado.
«Según numerosos testimonios recopilados por nuestra oficina, los autores de los ataques irrumpieron en las casas y preguntaron a los residentes si eran alauíes o suníes antes de proceder a matarlos o perdonarlos, según el caso. Algunos supervivientes relataron que muchos hombres fueron asesinados a tiros delante de sus familias», ha manifestado. En este sentido, Al Kheetan ha apuntado que entre las violaciones y abusos registrados durante estos días figuran «saqueos de viviendas y tiendas», «principalmente a manos de personas no identificadas que se habrían aprovechado del caos sobre el terreno».