«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
el tercer ODS encubre el atentado contra la vida promocionando el aborto

Los ODS no acabarán con la enfermedad: la Agenda 2030 contra la verdad (III)

La exdiputada de VOX Alicia Rubio sostiene una guía de educación sexual para niños. A. Pérez Meca / Europa Press.

En el mundo hay muchas enfermedades. Esta es la premisa con la que las Naciones Unidas plantea el tercer punto de su Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según la Agencia para el Desarrollo de la ONU, «es necesario aumentar la inversión en los sistemas de salud para apoyar a los países en su recuperación y crear resiliencia frente a futuras amenazas sanitarias». Acabar con las enfermedades, por tanto, es el tercero de los 17 desafíos que la organización internacional se ha propuesto resolver. Indagar sobre ello se ha vuelto urgente, ya que en España tenemos un Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, capitaneado por Ione Belarra.

La ONU denuncia con atino algunas tragedias relacionadas con la salud, como la mortalidad maternal: «En 2020, aproximadamente 800 mujeres morían cada día debido a partos o embarazos en todo el mundo». El cálculo es desgarrador puesto que cada dos minutos muere una mujer. Según el tercer ODS, «por causas prevenibles». Esta realidad, sin embargo, esconde otra: los regímenes occidentales donde la libertad es mayor, donde la educación es buena y donde las políticas públicas fomentan la natalidad, dan seguridad a las madres. De hecho, como la propia ONU reconoce, «la tasa mundial de mortalidad materna disminuyó marginalmente de 227 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 2015 a 223 en 2020″.

Otra petición imposible, como reclamar que acabe la guerra en el mundo, el hambre de los pueblos y la envidia en España, que sería como pedir el fin del libre albedrío, pasa por conseguir la cobertura sanitaria universal, y así «garantizar que todos puedan acceder a servicios de salud de calidad sin tener que sufrir apuros económicos». Hasta aquí bien. ¿Quién se opone a la salud de todos? ¿Quién niega la importancia de una cobertura sanitaria adecuada? ¿Quién acaso objeta el valor del cuerpo como templo de algo superior?

¡La ONU! Porque este tercer dogma de la todopoderosa Agenda 2030 esconde un atentado contra la salud. El tercer ODS pretende colar, por la puerta de atrás, el acceso al aborto universal, libre y gratuito. Del juramento hipocrático del médico al juramento hipócrita de la ONU, este organismo pretende vender el aborto, esto es, la eliminación violenta de la vida humana, como «salud». De hecho, el ODS asegura que «la proporción de mujeres en edad reproductiva (15-49 años) que ven satisfecha su necesidad de planificación familiar con métodos modernos aumentó ligeramente, del 76,5 % al 77,6 % entre 2015 y 2023, y se proyecta que alcance el 78,2 % en 2030″. Los métodos modernos son las aspiradoras intrauterinas que acaban desmembrando el cuerpo humano de los bebés.

Pero la Agenda 2030 no se esconde. Uno de los muchos objetivos que se pretenden alcanzar es el control de la demografía. Un control —¡la reivindicación de los derechos sexuales!—, que pasa irremediablemente por los abortos. Así, el objetivo se concreta en numerosas metas, que incluyen: «Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales».

El fomento de la salud, la lucha contra las enfermedades, la petición de una cobertura universal, etc. Todo son máscaras del tercer objetivo de desarrollo sostenible. Un objetivo que busca educar en una moral sexual impuesta por las élites y consagrar el aborto como derecho universal y como norma de los Estados. Un aborto libre que el bebé no ha elegido; un aborto seguro, donde lo único seguro es la muerte del bebé; y un aborto gratuito, en el que miles de inocentes lo pagan muy caro.

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