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la onu pretende promover la «cocina no contaminante»

Los ODS no acabarán con la oscuridad: la Agenda 2030 contra la verdad (VII)

Paneles solares. Europa Press.

En el mundo hay mucha energía contaminante. Esta es la premisa con la que las Naciones Unidas plantea el séptimo punto de su Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según la Agencia para el Desarrollo de la ONU, «para el año 2030, alrededor de 660 millones de personas continuarán sin acceso a la energía eléctrica y casi 2.000 millones de personas seguirán dependiendo de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar».

Acabar con estas formas de energías, tan de toda la vida, tan contaminantes es, por tanto, el séptimo de los 17 desafíos que la organización internacional se ha propuesto resolver. Indagar sobre ello se ha vuelto urgente, ya que en España tenemos un Ministerio de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030, capitaneado por Pablo Bustinduy.

La ONU reconoce que la cosa no va mal. Lo que significa que realmente lo va para nosotros. Según la agenda política e ideológica que pretende implantar las Naciones Unidas, «el mundo continúa avanzando hacia objetivos energéticos sostenibles, pero no lo suficientemente rápido». Esta rapidez suya es lo que debería preocuparnos. Entre otras cosas, porque uno de sus principales objetivos pretende «aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas».

Los datos, sin embargo, refrendan la mejora en el acceso a la electricidad. Según la propia Agenda 2030, «el acceso a la electricidad pasó del 73% en 1998 al 90% en 2020». Además, no sólo ha crecido la cantidad de energía sino la calidad de la misma, asunto que tanto preocupa a la ONU: «En 2021, el 71% de la población mundial tenía acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar, frente al 64% en 2015».

Y aquí llegamos a la trampa del séptimo ODS de la Agenda 2030. Las élites de la ONU no pretenden que todo el mundo tenga un fácil acceso a la electricidad y a la energía, sino que ese acceso respete unos estándares no contaminantes que los gobiernos son incapaces de cumplir. Olvidando que China contamina más que la totalidad de países europeos juntos y por supuesto más que todo el continente africano, la ONU quiere fomentar la «cocina no contaminante»: «Las tendencias actuales continúan, solo el 77 % de la población mundial tendrá acceso a soluciones de cocina no contaminantes para 2030, por lo que casi 1.900 millones de personas quedarán rezagadas, lo que incluye a 1.100 millones en África subsahariana».

Precisamente por eso este precepto de la Agenda 2030 debería preocuparnos. Porque la ONU, siendo incapaz de meterse en los Gobiernos más contaminantes del mundo, prefiere colarse en nuestra cocina, invadir nuestro hogar. Tratando de «aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la tecnología relativa a la energía limpia», la ONU lucha por imponernos «menos contaminantes fósiles y más tecnologías limpias».

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