CanadĆ” avanza a pasos agigantados hacia la concesión de la eutanasia libre para cualquiera que quiera recibirla. Pese a que el primer ministro Justin Trudeau haya negado en varias ocasiones que la asistencia mĆ©dica para morir –asĆ se la conoce en CanadĆ”– (MAID, por sus siglas en inglĆ©s) se vaya a proporcionar a personas pobres o con problema mentales, los testimonios de algunos de los solicitantes que le desmienten ya han comenzado a salir a la luz.
El último de ellos el de Les Landry, un jubilado canadiense que teme quedarse sin hogar debido a sus circunstancias económicas y que ya ha recibido la primera aprobación de un médico para recibir la eutanasia.
El hombre, de 65 aƱos, presentó la solicitud para MAID a travĆ©s de internet y una semana despuĆ©s recibió la visita de un mĆ©dico que debĆa acreditar que cumple con las caracterĆsticas para recibir la citada asistencia que le dio su aprobación. Tal y como Landry ha contado a varios medios de comunicación, explicó al doctor que Ā«no quiere morirĀ», pero que no puede permitirse Ā«el lujoĀ» de vivir. Sorprendentemente, el mĆ©dico le concedió una de las dos firmas que son requeridas para que Landry pueda terminar con su vida, a pesar de que le hizo saber que son sus dificultades financieras, y no una enfermedad incurable, la razón principal de su decisión.
Ahora Landry estÔ esperando la decisión de un segundo médico que evalúe su elegibilidad. Si ese doctor rechaza la solicitud, Landry puede buscar un tercero que sà apruebe su muerte, algo que estÔ contemplado por la ley en CanadÔ.
El impactante caso ha puesto al descubierto el enfoque cada vez mÔs relajado de la eutanasia en CanadÔ, donde los expertos dicen que «elegir morir es mÔs accesible que apoyar a las personas con discapacidad«.
En la actualidad, la ley de CanadÔ permite que una persona con una «condición médica grave e irremediable» solicite la eutanasia, incluso si su enfermedad no es terminal. Pero este ni siquiera es el caso de Landry.
El hombre usa una silla de ruedas y sufre varias otras enfermedades como la epilepsia y la diabetes; pero hasta hace pocos podĆa seguir con su vida con tranquilidad. Sin embargo, las cosas van a empeorar en los próximos meses para Ć©l: sus ingresos se han visto drĆ”sticamente reducidos al cumplir los 65 aƱos y solo cuenta con 120 dólares al mes para pagar las facturas mĆ©dicas y recursos esenciales. AdemĆ”s, se prepara para afrontar un aumento de la renta de su piso en enero, lo que podrĆa significar que termine en la calle sin hogar.
Estas circunstancias le llevaron a solicitar MAID en un proceso que ha detallado al DailyMail.
Comenzar el proceso de muerte asistida en CanadƔ es muy sencillo. En varias provincias, los residentes pueden simplemente descargar un formulario a travƩs de internet.
Ā«La aplicación MAID en sĆ misma es extraƱaĀ», dijo Landry. Todo lo que tenĆa que hacer era Ā«marcar las casillas y firmar la parte inferiorĀ», y luego obtener la firma de un testigo.
Ā«En cuestión de dĆas recibĆ una respuesta que decĆa… Ahora vamos a pasar al siguiente pasoĀ», dijo. Ā«Me dijeron que esperara una llamada telefónica de un mĆ©dico. Y vino a mi casaĀ», ha contado Landry al citado diario.
Landry señaló irónicamente que las visitas domiciliarias de los médicos dejaron de ser la norma hace décadas, pero «estÔn dispuestos a hacer una visita a domicilio para matarte».
Dijo que fue sincero con los asesores de MAID durante todo el proceso, admitiendo que fueron sus problemas financieros los que lo empujaron a presentar la solicitud. «Se lo dije al médico, quiero vivir. No quiero morir», dijo.
AdemĆ”s, asegura que el mĆ©dico llegó a reconocerle que el suyo no era el primer caso en el que aprobaban la eutanasia por razones económicas. Ā«Ćl tampoco me ocultó nada. Dijo que ya habĆa admitido en MAID a personas basĆ”ndose en la pobrezaĀ», dijo Landry.
DespuĆ©s de esta visita, recibió la de un segundo mĆ©dico que le dijo que estaba Ā«indecisoĀ». A la pregunta de Landry de quĆ© podĆa ocurrir si un mĆ©dico no daba su aprobación el doctor le respondió Ā«que buscarĆan a otro mĆ©dicoĀ».
Landry estĆ” esperando ahora que se tome una decisión y, pese a que reconoce que es Ć©l quien ha solicitado la eutanasia, critica que la expansión de estas leyes en CanadĆ” se haya hecho sin que reformen los accesos ni se amplĆen los recursos para las personas con discapacidad.
«Cuando el Gobierno amplió el MAID para incluir a personas con discapacidad, también debió ampliar los beneficios y mejorar la calidad de vida de las personas a las que se dirige. ¿Por qué les costó 20 meses aprobar la ayuda para matarnos y les lleva una eternidad intentar mejorar nuestros beneficios?«, se preguntó Landry.
MĆ”s de 10.000 canadienses recibieron la eutanasia en 2021, diez veces mĆ”s que en 2016, cuando se legalizó la prĆ”ctica. En marzo, la ley cambiarĆ” para permitir que los pacientes de salud mental sin dolencias fĆsicas busquen MAID.