«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Amante cura

31 de octubre de 2021

Estaba casada la Duquesa de Alba con Jesús Aguirre, culto y vaguísimo exsacerdote. Dueño de un luminoso cinismo y de muchos pañuelos y abanicos violetas. En una comida, cuyo anfitrión era su amigo Matías Cortés, celebrada en Jockey, en el tiempo de los saludos le preguntamos por Cayetana. «Está bien – nos tranquilizó-, pero pesadísima. Lleva una temporada con un humor de perros. Siempre está protestando. Y se lo he tenido que advertir: ‘Cayetana, como sigas así y no cambies, me voy a ver obligado pedirte que te vayas de casa’”. 

Aguirre presumía de haber puesto en orden los bienes particulares, los campos y palacios y la Fundación de los Alba. No hizo nada. Todo se lo encontró hecho gracias a su antecesor, el primer marido de Cayetana, aquel gran señor que fue Luis Martínez de Irujo y Artazcoz. Un día, Cayetana invitó a comer en Liria a Don Juan De Borbón y Doña María, y fueron acompañados por mis padres. Mi madre se sentaba a la izquierda de Jesús Aguirre. Mi madre era una mujer muy creyente y devota, y le chocó el manejo del Duque consorte con el pan. «Cada vez que cogía un trozo de pan, parecía que se disponía a elevarlo como en la Consagración». 

Son gestos que quedan y no se marchan.

El obispo romántico, exobispo de Solsona, y separatista empecinado, el joven Xavier Novell, afirma que «seguirá siendo cura» aunque se case con su novia, causa de su dimisión y abandono de sus quehaceres episcopales. Se trata de un caso que roza con la extravagancia. 

Su novia se llama Silvia Caballol. Aunque lo parezca, la extravagancia no se origina en el nombre y apellido de su novia, aunque éste sea Caballol. 

No parece ser Lucifer el que se ha adueñado de la señorita Caballol, pero sí un diablo más local, independentista y de aldea: el ‘Luciferet’

Lo que se escapa de la normalidad es que la señorita Caballol es escritora especializada en libros satánicos y pornografía mefistofélica. Se enamoró del obispo y el obispo perdió la cabeza y la tiara por ella. Cuando acudió a la Santa Sede a informar al Papa de su situación amorosa, lo hizo con la altanería del enamorado. Y el Papa no tuvo otra salida que enseñarle la puerta de ídem de la Iglesia y desearle toda suerte de felicidades junto a la señorita Caballol. El exobispo Novell destacó pocos meses atrás por su catalanismo furibundo. Es hombre explosivo y los que han tenido la oportunidad de tratarlo intuyen que necesita de un exorcista. El Diablo adquiere toda suerte de disfraces y tonos. No parece ser Lucifer el que se ha adueñado de la señorita Caballol, pero sí un diablo más local, independentista y de aldea. Por ahora, el “Luciferet” que se mueve en los pensamientos y acciones de la novia de Novell, le ha convencido de que no es el momento de pedir formalmente el proceso de secularización. Que es más divertido y morboso yacer con un cura que con un excura, y que el fuego de la pasión lo tiene asegurado, que en eso del fuego los demonios tienen sobrada experiencia. Para colmo, Novell tiene una excelente puntería y su círculo cercano asegura que la escritora Caballol está embarazada de gemelos. 

Por su imagen, no parece la Caballol una mujer con capacidad para terminar con una gran trayectoria en el seno de la Iglesia. En una situación normal, no seduciría ni a un sacristán, y menos aún, a un monaguillo. Pero se ha adueñado de la voluntad de todo un obispo, y eso obliga a pensar que, efectivamente, el diablejo anda de por medio. Para mí que siempre es preferible el exilio al daño que se produce en el lugar mal habitado. Cataluña está mejor con Puigdemont en Bélgica. España más limpia con Monedero en México. Y la Iglesia mucho más tranquila con el exobispo de Solsona entregado a los deseos de la Caballol y no a los rigores de la Cruz. 

Un obispo más de sardana que de Solsona. Que lo aguante “Luciferet”. De momento, el «Barça» va el noveno de la tabla.

                                

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