«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Nací en Tui, (Galicia) el 14 de Septiembre de 1948. La sangre de mi madre viene de Covelo (Galicia) y la de mi padre de Allariz (Galicia). Así que ninguna duda acerca de mi pertenencia galaica. Estudié Derecho en la Universidad de Deusto y en 1973 ingresé en el Cuerpo de Abogados del Estado con el número uno de mi promoción y algunos dicen que con la mejor nota de toda la Historia de ese prestigioso Cuerpo Jurídico. Pero me atraía el mundo empresarial así que los tres años comencé mi andadura en Laboratorios Abelló S.A. y de ahí pasé a ser Vicepresidente y Consejero delegado de Antibióticos S.A., además de accionista con cerca del 25 por 100 del capital social. En 1987 lideré la venta de Antibióticos a Montedison, el poderoso grupo químico farmacéutico italiano. Nos pagaron 450 millones de dólares de aquella época, por el cien por cien de la empresa. A mi me tocaron 13.000 millones de las antiguas pesetas. Junto con Juan Abelló decidimos invertir gran parte del dinero obtenido con la venta de Antibióticos en Banesto, un banco con tradición industrial. En Octubre de 1987 fuimos nombrados consejeros y Vicepresidentes los dos; en Noviembre me nombran Consejero delegado y en diciembre Presidente. Creé la Corporación industrial Banesto y fui su presidente. Tambien presidí la aseguradora La Unión y el Fénix y la Fundación Cultural Banesto. El 28 de Diciembre de 1993, el Gobierno, con la anuencia y consentimiento de la oposición del PP (Aznar) decide intervenir Banesto. En 1994, Noviembre, el Fiscal por orden del Gobierno interpone querella criminal contra algunos miembros del consejo de Administración, pero no todos, sólo los mas próximos o cercanos a mi persona. El 24 de Diciembre de ese año 1994 me ingresan en prisión con carácter ”preventivo”. El 26 de Febrero de 1.998 me ingresan por segunda vez en prisión por apropiación indebida de 600 millones de pesetas en un caso llamado Argentia Trust. Cinco años después la Justicia Suiza envió los documentos que acreditaban sin la menor duda que no me apropié ni de una sola peseta de ese dinero, que fue cobrado por conocidos intermediarios en la sociedad española, que no fueron condenados, ni siquiera por haber mentido en juicio. En 2002, 29 de Julio, ingreso por tercera vez en prisión, ahora por condena del Tribunal Supremo que duplicó y elevó a veinte años la condena impuesta por la Audiencia Nacional por el caso Banesto. En 2008 me fue concedida la libertad condicional. El Comité de Derechos Humanos de la ONU, ante el que reclamé contra el Estado español, que fue defendido por el abogado del Estado, anuló la condena impuesta por el Tribunal Supremo por violación de Derechos Humanos. El Estado español no ha cumplido la anulación de dicho Comité, a pesar de haber suscrito y ratificado el Convenio de Derechos Civiles y Políticos. He escrito un primer libro llamado “El Sistema mi experiencia del Poder”, en 1994. Dicen algunos que tuvo que ver con mi ingreso en prisión... Tambien soy autor de “Derecho Penitenciario Vivido” (2006) , “La palabra y el Tao” (2008), “Cosas del Camino” (2009) y “Memorias de un preso” (2009) que al día de hoy (8/4/10) va por la novena edición. Por el momento esto todo lo que en síntesis puedo contar de mi trayectoria exterior, salvo aclarar que en estos momentos mi situación es de total libertad.
Nací en Tui, (Galicia) el 14 de Septiembre de 1948. La sangre de mi madre viene de Covelo (Galicia) y la de mi padre de Allariz (Galicia). Así que ninguna duda acerca de mi pertenencia galaica. Estudié Derecho en la Universidad de Deusto y en 1973 ingresé en el Cuerpo de Abogados del Estado con el número uno de mi promoción y algunos dicen que con la mejor nota de toda la Historia de ese prestigioso Cuerpo Jurídico. Pero me atraía el mundo empresarial así que los tres años comencé mi andadura en Laboratorios Abelló S.A. y de ahí pasé a ser Vicepresidente y Consejero delegado de Antibióticos S.A., además de accionista con cerca del 25 por 100 del capital social. En 1987 lideré la venta de Antibióticos a Montedison, el poderoso grupo químico farmacéutico italiano. Nos pagaron 450 millones de dólares de aquella época, por el cien por cien de la empresa. A mi me tocaron 13.000 millones de las antiguas pesetas. Junto con Juan Abelló decidimos invertir gran parte del dinero obtenido con la venta de Antibióticos en Banesto, un banco con tradición industrial. En Octubre de 1987 fuimos nombrados consejeros y Vicepresidentes los dos; en Noviembre me nombran Consejero delegado y en diciembre Presidente. Creé la Corporación industrial Banesto y fui su presidente. Tambien presidí la aseguradora La Unión y el Fénix y la Fundación Cultural Banesto. El 28 de Diciembre de 1993, el Gobierno, con la anuencia y consentimiento de la oposición del PP (Aznar) decide intervenir Banesto. En 1994, Noviembre, el Fiscal por orden del Gobierno interpone querella criminal contra algunos miembros del consejo de Administración, pero no todos, sólo los mas próximos o cercanos a mi persona. El 24 de Diciembre de ese año 1994 me ingresan en prisión con carácter ”preventivo”. El 26 de Febrero de 1.998 me ingresan por segunda vez en prisión por apropiación indebida de 600 millones de pesetas en un caso llamado Argentia Trust. Cinco años después la Justicia Suiza envió los documentos que acreditaban sin la menor duda que no me apropié ni de una sola peseta de ese dinero, que fue cobrado por conocidos intermediarios en la sociedad española, que no fueron condenados, ni siquiera por haber mentido en juicio. En 2002, 29 de Julio, ingreso por tercera vez en prisión, ahora por condena del Tribunal Supremo que duplicó y elevó a veinte años la condena impuesta por la Audiencia Nacional por el caso Banesto. En 2008 me fue concedida la libertad condicional. El Comité de Derechos Humanos de la ONU, ante el que reclamé contra el Estado español, que fue defendido por el abogado del Estado, anuló la condena impuesta por el Tribunal Supremo por violación de Derechos Humanos. El Estado español no ha cumplido la anulación de dicho Comité, a pesar de haber suscrito y ratificado el Convenio de Derechos Civiles y Políticos. He escrito un primer libro llamado “El Sistema mi experiencia del Poder”, en 1994. Dicen algunos que tuvo que ver con mi ingreso en prisión... Tambien soy autor de “Derecho Penitenciario Vivido” (2006) , “La palabra y el Tao” (2008), “Cosas del Camino” (2009) y “Memorias de un preso” (2009) que al día de hoy (8/4/10) va por la novena edición. Por el momento esto todo lo que en síntesis puedo contar de mi trayectoria exterior, salvo aclarar que en estos momentos mi situación es de total libertad.

No es crisis de valores, sino de personas

21 de abril de 2014

Esta madrugada, comentaba, vía mail, con Juan Armas, una idea que —creo— merece la pena constatar, sustancialmente para debate.

En el año 1992, en una intervención en el Vaticano, aireada por los medios de comunicación españoles, aunque distorsionando el mensaje con inexistentes aspiraciones políticas, propuse que nos dedicáramos como sociedad a la elaboración de lo que llamé un Código de Valores Compartido. No se trataba, obviamente, de elaborar ningún compuesto normativo de dimensión jurídica, sino de articular un debate en el seno de la sociedad civil para que estructuremos de manera clara nuestra arquitectura moral. Ya he escrito en estas páginas —y en otras anteriores— que la arquitectura moral es el verdadero soporte de una sociedad. Si nadie se ofende — y si lo hace lo siento por él— podríamos decir que configura el alma de la sociedad civil. Es, en terminología de que uso con frecuencia, el modo de pensar que condiciona el modo de comportamiento.

 

Era consciente de que la crisis de valores preñaba a la sociedad. Quizás en aquellos días mas que preñando estaba penetrando en su ser interior, pero de manera tan intensa y difusa a la vez que de no hacer algo acabaría impregnando toda su estructura moral. Precisamente por ello, en el 2007, y quizás un poco antes, cuando veía con claridad que se avecinaba la crisis derivada, entre otras cosas, del exceso del capitalismo financiero, denuncié que en el fondo era una crisis de valores por no haber elaborado a tiempo ese código de valores  compartidos que reclamaba en el ya lejano 1992. Desde entonces, esa idea —crisis de valores— se repite con fruición, aunque algunos de los que eso ejecutan no sepan bien de que se trata.

 

Esta mañana, como decía, con Juan Armas abordaba la cuestión: ¿es una crisis de valores o una crisis de individuos? Evidentemente es lo segundo. Quiero decir: hemos construido un tipo de hombre que se ajusta a los disvalores sociales actuales.  La arquitectura moral de la sociedad es el resultado de agregar las arquitecturas morales de los individuos que la componen. Es posible que el resultado de esa agregación tenga vida independiente de los agregados que la componen, esto es, de los propios individuos. Es posible que eso conforme lo que llamamos conciencia cuántica. Pero siendo esto posible, lo que es seguro es que el individuo que habita mayoritariamente en la sociedad actual tiene su esquema interior ajustado a los no-valores que presiden el comportamiento en el cuerpo social.

Por eso no existe ni rebelión ni nada parecido. Protestas mas o menos marginales. Pero el grueso social parece disponer de valores mas empíricos que otra cosa. Ese individuo no consume ni poesía ni utopía. Lo que realmente le interesa es una respuesta tangible, con peso y medida, a la única pregunta que le interesa: “¿de lo mío, qué? Es el puerto al que hemos llegado como consecuencia de ignorar nuestra realidad, de renunciar a reflexionar sobre lo que nos ocurría y sigue ocurriendo.

 

Ayer, tomé, movido por un impulso ajeno a este articulo, mis libros en los que anotaba mis pensamientos, reflexiones y vivencias en la época de Banesto. Lei a las personas que se encontraban conmigo algunos pensamientos fechados en !Septiembre de 1993!. Los transcribo a continuación:

Lo trascendente es que se ha desmoronado todo un modelo político-social. Ya no es sustentable en el largo plazo que los partidos sean los únicos vehículos para la acción política. Ya no es sostenible mantener que los empresarios lo que tienen que hacer es llevarse bien con el poder a cualquier precio. Ya no es sostenible que el poder político se pueda ejercer abusando de él para producir daño a enemigos que se han limitado a emitir opiniones.Ya no es sostenible que el Poder Ejecutivo controle al Legislativo y al Judicial. Ya no es sostenible que no exista un sistema de contrapesos entre el Estado y la sociedad civil….El problema no es de crisis económica, sino institucional, de forma de concebir la política, de manera de entender la dirección de un país, de criterio sobre prioridades, de recuperar la iniciativa personal, al individuo, de provocar una auténtica reforma política, una ruptura con métodos, conceptos, ideas, formas que han fracasado y que nos han llevado a un callejón sin salida. No se trata de imponer determinadas medidas económicas. Esto por supuesto, pero  dentro de un proyecto político-social global que es necesario explicar para que se comprenda y puedan ser eficaces las medidas que se adopten. Hay que romper con los viejos modos de entender la política. Dar protagonismo a la sociedad. Devolverle su  libertad. Integrarla en el proyecto colectivo. Recuperar a los intelectuales, o, mejor dicho, producirlos porque casi no existen. Este es el problema y es evidente que ninguno de los líderes políticos actuales está en condiciones de hacerlo”.

 

Esto, como digo, escribía en 1993. Hace mas de veinte años. Y seguimos en las mismas. ¿Por qué? Porque el Sistemaha ganado una batalla tremendamente importante: ha conseguido fabricar al individuo a su imagen y semejanza. La inmensa mayoría —creo— de los individuos que conforman sociedad actual son exactamente como el sistema ha querido que sean. Por eso no es una crisis de valores sino de individuos, de personas. Así que habrá que esperar a nuevas generaciones, pero con esta pregunta en la cabeza: ¿son los individuos de las nuevas generaciones diferentes a los anteriores? Quizás si. Quizas no. Es posible que quieran el cambio hacia ese nuevo horizonte. O es posible que se desentiendan de ese mundo. No lo se. Solo queda testar la experiencia el tiempo que tengamos para ello.

 

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