«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¡Cuánto daño has hecho, Gisele!

2 de marzo de 2014

Nuestras tetas no son las de Gisele Bündchen. Etérea como una virginal madonna renacentista, corre como la pólvora por las redes sociales, una idílica imagen de la top amamantando a su hijo, mientras un estilista capilar mesa su melena Botticellesca y un maquillador cincela sus facciones a golpe de brocha. El bebé no es sólo atrezzo, es una imagen subliminal, perversa e intencionadamente pensada por el lobby de las madres talibán para avanzar en el sometimiento del género femenino mundial y convertirnos a todas en «walking dead moms«. Zombies sin voluntad subyugadas por la ideología de género feminista, naturalista y progre. Esto es así, pero ellas no lo ven. Quién piense que no hay mayor rivalidad que la de Blanca Cuesta con la Baronesa Thyssen, odio más arraigado que el de Zaldívar y Pantoja o enemistad más antológica que la de Jennifer Aniston y Angelina Jolie es porque no ha coincidido en una cena con una madre trendy-concienciada con la lactancia materna, una MTCLM, contra una madre trabajadora pro-biberón, una MTPB. La primera ejerce de anfitriona y nada más abrir la puerta pide a sus invitadas que dejen sus botas de agua Celine y sus glamourosos Louboutin en el descansillo para enfundarse unas estilosísimas pantuflas llenas de restos de papilla.

-«Es por los niños, no quiero que sufran la polución de una gran ciudad»

Humillada y en shock anafiláctico la MTPB sentirá la tentación de emular a Michael Jackson en el balcón germano. Aún tendrá que asistir perpleja al despliegue de un banquete inspirado por el icono de estas hooligans, Gwyneth Paltrow, consistente en patatas de tofu, chuches biodegradables, refrescos de Soja y alimentos libres de todo tipo de lactosas, carbohidratos, azúcares y colorantes.

Las madres trendy-concienciadas se creen en posesión de la verdad y por lo tanto, el resto de mujeres que no actúan tal y como dicta su manual son: MA-LAS MA-DRES. Estas mamis ortodoxas cuentan entre sus principales dogmas con la lactancia materna. “Dar el pecho te garantiza niños más altos, más guapos, más listos y sanos, les protege contra el cáncer e incluso reduce el riesgo de que en futuro contraigan el VIH”. Así lo afirma la Liga de las lactantes, que en contra de lo que cabría pensar, no está sólo compuesta por unas pocas hippies trasnochadas. Lo mismo es una prestigiosa abogada la que desenfunda en plena terraza de José Luis, que una modelo y destacada it girl la que destetada en mitad de la calle Serrano alimenta a su retoño de 5 años. ¿Hasta qué edad? “Hasta que el niño quiera”. ¿No quieres o puedes dar el pecho al futuro bebé hipotético que ni siquiera has concebido aún? Si de ellas dependiera, ya estarías esterilizada. ¿Comes jamón, carne cruda, sushi, bebes una copita de vino, te das mechas o te pintas las uñas durante el embarazo? Mereces parir un calamar. Una bruja de Salem en el Tribunal de la Inquisición obtendría más compasión. Si quieres formar parte de su grupo, si quieres vagar como una “walking dead mom” más, te tienes que meter una cosa en la cabeza, uno de sus eslogan más reveladores: “Puedes fregar los platos más tarde, porque mientras tú limpias, él crece.” Una vez asimilado este básico concepto podrás formar parte del rebaño y empezar a soñar con maravillosos Primark en los que esté permitida la barra libre de teta.

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