«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

De repente, los contrapesos

3 de marzo de 2024

La sensación es desconocida, novedosa… sospechosa. Es como si de verdad hubiera separación de poderes, como si un poder frenara a otro poder, aunque ¿de qué poderes hablamos? Hay quien piensa que la Guardia Civil, harta de humillaciones y desprecios, ha decidido mover ficha por la Patria (pronto alguien hablará de una mezcla de Tejero y lawfare); otros creen que los jueces han dicho basta con la Amnistía, a la que dirigen los últimos estertores del Estado de Derecho

Que desde dentro del Estado se opere contra el gobierno es tan raro que puede ser visto hasta como un deep state, o una alianza interna de parte del Estado contra otra parte, una especie de matanza del día de San Valentín pero en legalista o, de otra forma, una lucha interna entre el sistema inmunitario y un virus demasiado extendido. Así, en nuestro Estado se estaría librando una batalla como la que nos contaban en los dibujos de Érase una vez el cuerpo humano, dondeBolaños daría el tipo de Canijo, el pelirrojo.

Habrá quien se ilusione con esta reacción, pero rápidamente surge la pregunta: ¿y dónde han estado estos poderes hasta ahora? Después de la crisis del felipismo llegó Aznar, lo que también invita a moderar el optimismo.

Pero está claro que algo sucede, y que le sucede a eso que han llamado sanchismo. A Pedro Sánchez le llega el fuego desde dos flancos: por un lado, la UCO ya señala la existencia de alguien sobre la trama de Koldo y Ábalos, lo que los tertulianos llaman «corrupción burda». ¿Quién podría ser esa persona por encima de Ábalos que conociera todo? Hemos visto la X, las MR… El 78 podría ser perfectamente un sistema de ecuaciones con varias incógnitas.

Otra amenaza contra Sánchez viene por las andanzas de su mujer. Se reunió con Wakalua, africanista, shakiriano y globalista nombre del hub de Globalia (hub hay que pronunciarlo como lo haría Chiquito). Aquí la cosa ya sube de nivel; Koldo no sería capaz de ponerle ese nombre a nada. Globalia recibió luego ayudas públicas, así que además de la Primera Dama aparece en el plano Javier Hidalgo, uno de nuestros infatigables entrepreneurs,  amigo y socio de otro fantástico, Rosauro Varo, consejero de Movistar+ y antes de PRISA. Hay un contacto evidente, pues, entre cierto pijerío y el PSOE. No todo son koldos, también hay un socialismo de melenitas. El País, ayer, con ese talento para convertir la propaganda y desinformación en elegante desdén, hablaba de García Márquez, de ARCO y del dinero de un cuñado de Rita Barbera, que es como contraprogramar la final de Champions con una de Paco Martínez Soria.

Estamos muy escarmentados, por eso muchos piensan, sin hacerse ilusión alguna, que la lucha entre poderes se da en el mismo PSOE, que estaría fabricando algo así como su banco malo, colocando en un PSOE corrupto (jaja), dejado a su suerte incluso por Ferreras, a todos los activos tóxicos. Claro que, son muchos activos tóxicos…

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