«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Defensa

27 de febrero de 2022

Desde Felipe González hasta la actual calamidad de Pedro Sánchez, pasando por Aznar, Zapatero y Rajoy, la víctima de los Presupuestos Generales del Estado ha sido siempre el Ministerio de Defensa. Se han derrochado miles de millones de euros en chorradas y chiringuitos de amigos, en inutilidades, en robos y comisiones, y los militares han sido los que han soportado la humillación constante de la mengua. No obstante, a menos dinero, más entusiasmo, a salarios congelados, mayor servicio, y a material caducado, más decencia y vocación. No tenemos unas Fuerzas Armadas operativas por la cultura de Defensa de nuestros gobiernos. Las tenemos gracias a los sacrificios y la honestidad de los militares, los de Tierra, Mar y Aire. Con Leopoldo Calvo Sotelo entramos en la OTAN, el acuerdo se ratificó con Felipe González y el refrendo positivo, con Aznar se suspendió el Servicio Militar por orden de Jordi Pujol, y con Zapatero, Rajoy y Sánchez se mantuvieron las rebajas presupuestarias para Defensa. No cumplimos con los compromisos de inversión que exige la OTAN, y contamos -todavía-, con el valor, la honradez y la vocación de servicio de los militares, que son los que mantienen la esperanza. Estamos creando una venidera generación de vagos e indolentes, de jóvenes que lo han tenido todo sin aportar nada, ajenos a la educación y la disciplina, además del amor a España, que se enseñaba y se aprendía en los campamentos y unidades militares nutridos año tras año con 150.000 soldados y marineros procedentes de todos los rincones de España que servían sin desigualdades ni privilegios en un Servicio Militar donde nadie era más que los otros, y donde ninguno era menos que los demás. 

Los españoles dormimos tranquilos olvidando a los que nos procuran la tranquilidad, desde tierra, desde la mar y desde el aire

Las Fuerzas Armadas han constituido la institución más respetuosa con la Constitución, la ley, la democracia y la lealtad a España y por España, siendo maltratadas por una sociedad que no sabe agradecer su constante servicio. Hoy, con lo mínimo, siguen siendo los más grandes. Los españoles dormimos tranquilos olvidando a los que nos procuran la tranquilidad, desde tierra, desde la mar y desde el aire. No se quejan. Un General y un Almirante se jubilan con una cantidad ridícula después de 40 años de servicio a España. Van allá donde se les ordena y vuelven cuando son ordenados para el retorno. Los soldados y marineros profesionales son, en conjunto, excepcionales, pero la tacañería en los Presupuestos obliga a unas jubilaciones adelantadas absolutamente inaceptables. Mientras nos gastamos -o derrochamos- el dinero en asesores, chorradas, gastos innecesarios, bandas de amigos, subvenciones millonarias, obsesiones sexuales, abusos del dinero público y constantes concesiones económicas a quienes no han cotizado ni un día a la Seguridad Social, la defensa de España se la encomendamos a unas Fuerzas Armadas que nos dan muchísimo más de lo que reciben.

Ucrania nos recuerda desde su dolor la importancia que tiene para todos un concepto claro de lo que significa la Defensa, con mayúscula

España tiene que equilibrar su deuda con los militares, y con la Guardia Civil, y con la Policía Nacional, que no es militar, pero entra en acción como si lo fuera en situaciones extremas. En Ucrania se ha demostrado. Los GEO de la Policía se han jugado la vida custodiando convoyes hasta la frontera con Polonia y devolviendo la libertad a centenares de refugiados que huían de la destrucción. 

No se trata de gobiernos conservadores, socialistas o de la ultraizquierda separatista y terrorista. Se trata de todos los gobiernos. Ucrania nos recuerda desde su dolor la importancia que tiene para todos un concepto claro de lo que significa la Defensa, con mayúscula. El que no tenemos en España. Miles y miles de millones se tiran a las cloacas del amiguismo y la estupidez todos los años. Y encima pretendemos que nuestras Fuerzas Armadas nos defiendan. Y lo sorprendente es que lo hacen, mientras los españoles no sabemos agradecerlo.

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