«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Licenciada en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo y Máster en Periodismo de Agencia por la Universidad Rey Juan Carlos. Tras casi una década en el Grupo Intereconomía (La Gaceta, Intereconomía TV y Semanario Alba), es ahora jefa de Prensa del Grupo Parlamentario VOX en el Congreso de los Diputados.
Licenciada en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo y Máster en Periodismo de Agencia por la Universidad Rey Juan Carlos. Tras casi una década en el Grupo Intereconomía (La Gaceta, Intereconomía TV y Semanario Alba), es ahora jefa de Prensa del Grupo Parlamentario VOX en el Congreso de los Diputados.

(Des)Invitados

19 de junio de 2023

Les cuento un cotilleo; casi a modo de terapia, para ver si juntos llegamos a una conclusión.

Érase una vez un programa de televisión que, ante la sorpresiva e inminente convocatoria electoral, decide alterar su agenda de final de temporada y hacer hueco a cuatro entrevistas políticas. Cuatro entrevistas, cuatro, para que sus espectadores puedan ver y escuchar a los «principales líderes políticos». Así que este programa contacta con los distintos equipos de prensa de los candidatos y cursa una amable invitación. Encantados, allá vamos. Y, como se nos había pedido, proponemos un par de fechas.

Érase una vez un programa que, después de reconsiderar la propuesta, de ver que «no cuadran los tiempos» y de recordar que es, al fin y al cabo, «un programa de entretenimiento», comunica la desinvitación de la invitación: «Gracias por la disponibilidad, pero finalmente no habrá entrevistas políticas. Nos limitaremos a la tertulia semanal».

¡Qué desilusión! Con lo bonito que parecía volver a ese programa en el que el presidente de VOX firmó una exitosísima cuota de pantalla (el tercer mejor dato de audiencia de toda la historia del espacio y el segundo con mejor cuota) allá por 2019. Con lo constructivo que se antojaba que los espectadores de uno de los programas de mayor audiencia pudieran escuchar a cuatro candidatos, cuatro, para luego decidir —la fiesta de la democracia y eso— cuál les convencía más.

Y así, cuando esos equipos de comunicación desinvitados seguían rellenando agendas y cuadrando calendarios… salta la noticia. «Sánchez se lanza a por las audiencias masivas». Los medios anuncian la asistencia del presidente a los espacios más conocidos, incluido ese que había invitado y luego desinvitado para dedicarse a ser sólo «un programa de entretenimiento».

¡Quietos todos! ¡Seguro que nos invitan de nuevo! ¡Han decidido que sí, que habrá entrevistas políticas!

Pero no, el cuento no tiene final feliz para los desinvitados, al menos no para todos. Nos dicen que, una vez confirmado el sí de Sánchez, se ha decidido dar cabida a los dos partidos «más representativos»… Dos candidatos, dos. No cuatro; dos. Ay, ese número…. Un dos maniqueo; un dos reduccionista; un dos bipartidista deseoso de hacer creer al espectador que no hay nada más allá del uno y el dos.

Decía al inicio de la historia que les contaba un cotilleo. Porque, sin pruebas concluyentes, no tendríamos ningún derecho a pensar que en realidad se trata de una jugada más política que televisiva que trata de dar foco a dos —y a ninguno más—. No hay nada que me permita afirmar que un programa está dispuesto a sacrificar una noche de buena audiencia en aras de algún otro objetivo menos confesable. No tendría por qué pensar que los dos elegidos trabajan, en este caso concreto y en otros similares, como perfectas y disciplinadas hormiguitas alineadas en el carril del bipartidismo.

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