«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Dime a qué colegio has ido y te diré quién eres…

11 de septiembre de 2015

Aunque a efectos académicos España no es la Gran Albión, se le parece. Si tú eres de Eton y yo soy de Harrow nuestro amor es imposible. Griffyndor vs Slytherin. Coincide que cada vez que me presentan a alguien antes de preguntarme siquiera el nombre o la edad, si soy soltera o casada, si estudio o trabajo o a qué dedico el tiempo libre me veo dando explicaciones sobre por qué mis padres en su más tierna paternidad decidieron llevarme al colegio de los hijos de Pedro Jota, de la asaltacapillas Rita Maestre o de la prole del capo de la telebasura. La pregunta no es baladí. Conocer el colegio de tu interlocutor puede aportar mucha más información que cinco incursiones en un Facebook abierto. El colegio, no así la universidad, configura nuestro carácter.

No es lo mismo citarse con un jesuita, del que ya sabes de entrada que tendrá lo menos una cuarentena de amigos del alma, lucirá polito de marca, zapatillas New Balance y flequillo beatleano, que hacerlo con alguien de Retamar: zapatos de cordones, camisa con iniciales, misa los domingos y lealtad en sus maneras y proceder. De los jesuitas una puede esperarse encontrarlos tan pronto en Garrigues como a los platos de una boda pinchando el último temazo de Coldplay o montando el garito de moda en la ciudad de la que procedan.

Serán los opusinos más dados a nostalgias y literaturas, noches bohemias de Chivas y Marlboro, amor pausado, silencioso, verdadero. Más picaflores los jesuitas sabedores de su éxito. Similares en sus hábitos y hábitat podrían encuadrarse los pilarinos, tradicionales y sensatos, los agustinos, responsables y discretos o los alumnos del Rosales, tan regios en compañía.

Costal de otra harina es el universo Estudio. ¿Qué puede esperarse de un pupilo que aprendió sin libros y cuyos compañeros eran la gauche divine del socialismo? Serán marqueses de camisa de franela, perroflautas asociados al Club Puerta de Hierro, y no sabrán si se casan por la Iglesia porque quieren o porque deben, si votan a Podemos porque creen o porque sienten. Si estudian arquitectura, diseño, matemáticas o filosofía. Destacan tanto por la indefinición de sus valores y creencias como por la superioridad moral y académica que les confiere haberse educado en el colegio de las élites progresistas. Alguien del colegio Estudio sabrá más que cualquiera de ciencias y letras, de arte y filosofía, será un atleta, un estudioso, un seductor inconstante, pero taaaan seductor.

Al Británico acuden en masa los hijos de las grandes fortunas y saben poco más que cazar, jugar a golf o hablar inglés, ni siquiera como nativos, eso sí, sus relaciones sociales brillarán en cualquier puesta de largo. Lo mismo puede decirse del San Patricio o el Kings College… En tema anglosajón a más poderío, otro continente, si la fortuna es muy grande irán al Americano, si la fortuna es ordinaria irán al ICS.

Si los colegios fueran castas indias los liceos serían los intocables: alemán, italiano, francés, europeo… menudo cacao: alternativos, progres, bohemios, vecinos del barrio, pijos cuyos padres/madres cayeron por ahí… en esa jaula de grillos hay que destacar: nadie les gana a competitivos. Serán activistas ecologistas, trendsetter, abogados despiadados, paisajistas despistados, ingenieros, drogadictos, creadores de una startup o políticos. Serán los mejores o no serán. Si lo que busca es un divertido niño malo entonces tendrá que ir a la puerta del SEK, al Efeso o al Cumbre. La que se decante por estos candidatos sabrá que en el pecado lleva la penitencia.  

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