«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense (Madrid). Siguió estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (New York). Ha sido profesor visitante en las Universidades de Texas (San Antonio) y de Florida (Gainesville). Ha sido investigador visitante en la Universidad de Yale (New Haven) y en El Colegio de México (DF). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. El último libro publicado: Una Vox. Cartas botsuanas (Madrid: Homo Legens, 2020). Su último trabajo inédito: “La pasión autoritaria de los españoles contemporáneos”.
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense (Madrid). Siguió estudios de postgrado en la Universidad de Columbia (New York). Ha sido profesor visitante en las Universidades de Texas (San Antonio) y de Florida (Gainesville). Ha sido investigador visitante en la Universidad de Yale (New Haven) y en El Colegio de México (DF). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. El último libro publicado: Una Vox. Cartas botsuanas (Madrid: Homo Legens, 2020). Su último trabajo inédito: “La pasión autoritaria de los españoles contemporáneos”.

El conocimiento de los españoles sobre Hispanoamérica

1 de marzo de 2022

Eso de hablar el mismo idioma es un motivo de satisfacción. No es solo que el castellano sea la lengua común de una veintena de países con todas las variaciones que se quieran; más bien, una riqueza. Da la impresión de que muchos de los hechos significativos de la sociedad española son muy parejos a los que ocurren al otro lado del Océano Atlántico. Realmente se ha convertido en otro mar mediterráneo por la parte que nos toca.

Ahora proliferan en Madrid las llamadas «bandas latinas». Son realmente cuadrillas de jóvenes arriscados, provenientes de la inmigración mal ajustada de los países hermanos. Reproducen la historia de los puertorriqueños en Nueva York de la generación anterior, idealizados en el brillante musical West Side Story. La actual versión madrileña es menos lírica y más zafia, como corresponde al fenómeno de la delincuencia grupal metropolitana.

Más enjundia presenta la similitud ideológica entre el actual Gobierno español (socialistas y comunistas, con la anuencia de los antiguos terroristas) con otros de la América hispana. Por lo mismo se aproxima el novedoso fenómeno de Vox, en España, con el de otros partidos de la Iberosfera de carácter tradicional o conservador.

Me gustaría saber cuántos estudiantes españoles del actual bachillerato sabrían decir dos palabras sobre los mitayos peruanos

Permítaseme una queja. Hace tres o cuatro generaciones era común que los intelectuales españoles publicaran sus artículos periodísticos en cabeceras de Buenos Aires y otras localidades de la región hispana. Ahora, con muchos más medios técnicos, ese trasvase se ha hecho bastante raro (La Gaceta de la Iberosfera es una excepción, como lo es el periodismo digital). Yo mismo, modestamente, cuando empecé a publicar artículos hace más de medio siglo logré que algunos se imprimieran en ciertos periódicos de la América hispana. Hoy, esa colaboración continua resulta impensable. Algo funciona, rematadamente mal para que se produzca tal vergonzante aislamiento. Quizá tenga la culpa la actual situación de las universidades españolas, que no atraen tantos estudiantes de los otros países de habla castellana. No será por falta de medios. Cuando yo estudié Ciencias Políticas en la Universidad Complutense (era la única Facultad del ramo en toda España) había solo una docena de universidades en el país. Ahora se aproximan al centenar. Con más cantidad, ha descendido la calidad. 

Ya que estoy con nostalgias rememoro mi época de estudiante de bachillerato. En el último curso, dábamos una asignatura entera sobre la historia y la geografía de Hispanoamérica. La seguí con auténtica fruición. En el curso final, llamado preuniversitario, los alumnos debíamos pasar por un examen en la Universidad. La prueba era oral y ante un tribunal de tres catedráticos universitarios. Los examinandos debíamos desarrollar un tema sacado al azar. Me tocó disertar sobre “La organización de la mita en el Perú de los incas”. Estuve hablando sin parar no sé cuánto tiempo hasta que el presidente del tribunal me paró y me felicitó. Obtuve la máxima calificación de la prueba. Lo digo con el natural orgullo, pero también con la pesarosa consideración de que hoy sería imposible un nivel comparable de enseñanza. Me gustaría saber cuántos estudiantes españoles del actual bachillerato sabrían decir dos palabras sobre los mitayos peruanos o sobre otros aspectos de las sociedades de Hispanoamérica. Bueno, de entrada me conformaría con el hecho de que pudieran pasar exámenes orales de cualquier materia.

Fondo newsletter