«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

El mediador

6 de marzo de 2022

En el decenio de los 80 se extendió el rumor de que el Rey Juan Carlos I estaba entre los favoritos para ser premiado con el Nobel de la Paz. Nunca lo consideré posible. La Internacional comunista dispersó la basura y ésta se depositó, fundamentalmente, en los países escandinavos. La basura calumniaba a España y al Rey. No se le podía conceder el Nobel de la Paz al Rey y Jefe de Estado que “encarcelaba y torturaba” a los miembros de un movimiento de liberación. Ese movimiento se llamaba y se llama ETA. A los nórdicos se les engaña fácilmente. Quizá no les informaron que la ETA, además de una banda terrorista con ochocientos asesinatos a sus espaldas, era una organización criminal comunista que pretendía convertir tres provincias de España en una Albania incrustada en los Bajos Pirineos. Y escribo que los nórdicos son fáciles de manipular porque su existencia es diferente a la del resto de los europeos. Viven el 70 por ciento de su pasar por este mundo en la oscuridad, el 30 por ciento restante en la luz permanente. En Suecia y Noruega, naciones ricas y desarrolladas, se suicida mucha gente porque no termina de entender su situación en la vida. 

El ministro ruso de Asuntos Exteriores Lavrov, manifestó que su modelo de Jefe de Estado había sido siempre el Rey Juan Carlos

El pavor se refleja hasta en las miradas de sus ovejas. Más al norte, en Islandia, la nación de los hielos y los auténticos viquingos, las ovejas miran con una tristeza infinita. Cuando tuve la oportunidad de vistar Reikiavik experimenté la suerte de comprender a los nórdicos. En las casas entre Keflawik donde se halla el aeropuerto civil y militar, puerto de mar con aroma a ballena descuartizada, y la capital,  de los troncos de los árboles de los yermos jardines colgaban unas etiquetas. En las etiquetas se especificaba la fecha de su plantación. Si a los diez años desde su plantación el árbol había sobrevivido los vientos gélidos de la mar, el Gobierno premiaba a los propietarios del arbolillo con una cantidad de dinero considerable. Reikiavik, la Capital, era la ciudad más segura del mundo. Apenas se registraba un asesinato por año, pero los suicidios eran frecuentes. Son los escandinavos gente muy civilizada, avanzada, moderna y magnífica, pero confusa. Me ha salido excesivamente extenso este preámbulo. 

El Rey no recibió el Nobel. Es un hecho. Por impulso del Rey se vieron las caras en Madrid Yasir Arafat y el primer ministro de Israel. El presidente de Colombia, Uribe, afirmó que el Rey, en América, representaba la “Auctoritas”. Y en enero de 2017, en una entrevista en el diario “Le Monde”, el ministro ruso de Asuntos Exteriores Lavrov, manifestó que su modelo de Jefe de Estado había sido siempre el Rey Juan Carlos, del que se consideraba su amigo, y que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el caso de cualquier conflicto, siempre atendería las recomendaciones del Rey. En marzo de 2017, durante un fin de semana en el maravilloso “Horcajuelo” de Luis y Graciela de la Peña, el Rey padre confirmó la existencia de esa amistad. No se vislumbraba la barbaridad que cinco años más tarde protagonizarían en Ucrania Putin y Lavrov, ni tampoco el vergonzoso alejamiento de su Patria que el Rey Juan Carlos sufrió para no perjudicar a su hijo y a la Corona, sin imputación penal alguna y señalado como un delincuente responsable de unos delitos que, a pesar del empeño de Sánchez, la fiscal general, una mujer y algún miembro de la Casa del Rey, han sido desestimados. 

El Rey jamás hubiera aceptado sentarse a quince metros de Putin para hablar. Ni Putin se habría atrevido a ello

No se trata de un testimonio histórico. Pero sí de una fallida posibilidad de mediación positiva, si bien la brutal actitud del Putin comunista que ha surgido del Putin que fue amigo del Rey alejado, pone en serias dudas cualquier intento de hacerle ver con palabras su acción devastadora contra la heroica Ucrania. Pero al menos, el encuentro de Putin con el Rey no habría reunido la antiestética y ridícula distancia que la establecida por el invasor comunista en sus las conversaciones con Macron. El Rey jamás hubiera aceptado sentarse a quince metros de Putin para hablar. Ni Putin se habría atrevido a ello, en recuerdo de una vieja amistad.

Todo son cábalas y juicios de valor, Lo que está claro es que, si el Rey Juan Carlos hubiera permanecido en España, habría sido el único capaz de plantear una mediación seria entre la barbarie y la libertad. 

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