El atentado de Estrasburgo nos permite jugar al macabro juego de ver la palabra o palabras relevantes que faltan siempre en los titulares.
España tiene la tasa de natalidad más baja de su historia; no ya muy por debajo de la tasa de remplazo que asegure que la población no se contrae, sino incluso inferior a aquella que los demógrafos han identificado históricamente como mínima recuperable. Esa es realmente la noticia, la que debería abrir con un cuerpo de letra gigantesco todas nuestras cabeceras y hacer irrelevante cualquier otra. Pero como es en muy buena medida consecuencia de la visión del mundo que los medios han difundido y difunden con entusiasmo machacón, lo veo improbable.
Aparece, eso sí, en todas mis primeras, si bien como tema menor, eclipsada por asuntos del momento. Como el atentado de ayer en Estrasburgo, una noticia que nos permite jugar al macabro juego de ver la palabra o palabras relevantes que faltan siempre en los titulares. El atentado, por otra parte, y esa bajísima tasa de natalidad que afecta a toda Europa Occidental, por cierto, guardan una compleja relación que por ahora voy a obviar.
‘El Govern rectifica y afirma que los Mossos garantizarán la seguridad’. Cuando el Gobierno rectifica es porque ha cedido, y cuando lo hace el Govern es porque el Gobierno ha cedido. ¿Qué habrá sido esta vez? Temblemos.
‘Un tiroteo en el centro de Estrasburgo desata la alarma terrorista en Francia’. Ay, ese terrorismo sin apellidos ni causa. ‘Europa frena a May en su intento de lograr un pacto más favorable’. Que negocie la salida de Gran Bretaña de la UE quien siempre se ha opuesto a ella es ya bastante demencial; por lo demás, lo dijimos el primer día: Bruselas quiere hacer un escarmiento con Londres «pour encourager les autres». De la UE no se sale, y punto.
En El Mundo, una foto nada navideña de las calles de Estrasburgo y, abriendo, ‘El fiasco del plan de Sánchez en Cataluña enciende al PSOE’. Atribuirle a Sánchez un ‘plan’ es como pretender que ha escrito él solito una tesis; Sánchez no tiene un plan, improvisa sobre la marcha, a la desesperada, gritando al tiempo en la Moncloa a modo de Fausto: «¡Detente, instante; eres tan hermoso..!».
ABC saca un primerísimo plano del rostro de un mosso con gafas de sol en una de cuyas lentes aparecen reflejados Sánchez y Torra conversando. ‘Sánchez titubea ante el caos de seguridad en Cataluña’. Sánchez siempre titubea, titubea ante todo y ante todos. Sánchez es un titubeo enfático, un titubeo arropado por mentiras pronunciadas con una impostada contundencia.
Soldado armado para la guerra en las calles de Estrasburgo. Esa es la foto de primera de La Razón, que abre con un curioso y algo retorcido titular: ‘Sánchez agitará el Brexit para cerrar la vía a un referéndum’. ¿Qué quiere decir? ¿Está insinuando que salir del club europeo, que existe en su presente forma de conato federal desde hace unos pocos años, es lo mismo que secesionarse de España, de verdad? ¿O simplemente quiere insinuarles a los separatistas que a los resultados de un referéndum ya nadie les hace caso, que la élite ha aprendido que la gente vota mal y no hay que hacerle caso, sino castigarla cuando no aciertan con la respuesta?
