«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Licenciada en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo y Máster en Periodismo de Agencia por la Universidad Rey Juan Carlos. Tras casi una década en el Grupo Intereconomía (La Gaceta, Intereconomía TV y Semanario Alba), es ahora jefa de Prensa del Grupo Parlamentario VOX en el Congreso de los Diputados.
Licenciada en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo y Máster en Periodismo de Agencia por la Universidad Rey Juan Carlos. Tras casi una década en el Grupo Intereconomía (La Gaceta, Intereconomía TV y Semanario Alba), es ahora jefa de Prensa del Grupo Parlamentario VOX en el Congreso de los Diputados.

Elecciones o moción

13 de diciembre de 2022

Dice el dicho que más vale caer en gracia que ser gracioso. Y, como casi todos los refranes castellanos tiene, además de razón, una oportuna aplicación práctica a nuestro presente político.

Leemos estos días titulares de «prensa» que enfrentan la moción de censura que pide VOX con el adelanto electoral que reclama el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, como si fueran dos opciones excluyentes e imposibles de armonizar: «Abascal rechaza el adelanto electoral», hemos llegado a leer, «e insiste en la moción de censura».

El bipartidismo es, no lo vamos a negar, cómodo para muchos. Tan confortable como el sofá de toda la vida

Podríamos aseverar, sin temor a equivocarnos, que en estas afirmaciones tan poco certeras hay más de generoso (entiéndase lo de generoso como el dinero que llega en forma de publicidad institucional a los medios –campañita por aquí, campañita por allá–) que de gracioso. Pero sí hay un punto de su graciosa majestad en todo lo que la prensa recibe de Génova (o de Ferraz). El bipartidismo es, no lo vamos a negar, cómodo para muchos. Tan confortable como el sofá de toda la vida o como llegar a casa a mesa puesta. No cuesta; todo son ventajas.

Pero, ay, cuando de contar la verdad se trata –con sus aristas, sus matices, sus razones, su camisita y su canesú–, la cosa se complica, y deja de tener gracia.

Por ejemplo: decir que es perfectamente compatible reclamar una moción de censura con pedir a gritos un adelanto electoral da pereza. ¿Por qué? Porque supone reconocer ante lectores y genoveses que lo de Feijóo suena, como mínimo, flojucho. Y eso, repetimos, da pereza. (Que si me quitan una campaña; que si me protestan…).

Que se sepa que, con prensa, titulares y campañas en contra, eligieron hacer el bien antes que caer bien

Pero la realidad -la tozuda realidad- es que VOX, el mismo VOX que hoy reclama una moción de censura para echar a Sánchez –o, como mínimo, retratarlo para la posteridad en el diario de sesiones–, lleva pidiendo adelanto electoral casi desde el inicio de la legislatura, cuando el inquilino de la Moncloa se sirvió de la más burda mentira para cambiar de colchón y dormir a pierna suelta a pesar del pacto con Podemos.

¿No lo creen? Hagamos un breve repaso al diario de sesiones del Congreso:

– 16 de diciembre de 2020. Santiago Abascal: «Señor Sánchez, les pedimos de nuevo que convoquen elecciones, que nos ahorren sus delirios, que nos ahorren sus torpezas, su sectarismo, y sobre todo que nos ahorren su infame pacto con todos los enemigos de España. Váyanse…». (Sigue, pero vamos a acortar que no llegamos al final)

– 12 de mayo de 2021. José María Sánchez, de VOX: «Si está tan rozagante, que tome la decisión de disolver las Cortes, convoque elecciones y vamos a ver lo rozagante que resulta después de celebrados esos comicios».

– 22 de noviembre de 2021.Inés Cañizares, de VOX: «Convoquen elecciones y devuelvan la voz a los españoles para que, democráticamente y sin engaños, decidan su futuro y lo pongan en manos de quienes les defiendan».

– 29 de marzo de 2022. Mireia Borrás, de VOX: «El único plan de choque que funciona en este país es que ustedes dimitan en bloque y lo hagan ya. Convoquen elecciones generales ya».

-27 de abril de 2022. Jacobo Robato, de VOX: «Dejen el Gobierno de inmediato, convoquen elecciones y dejen paso a un Gobierno que sí que sepa hacer las cosas, que se ocupe del bienestar real de los españoles».

-11 de mayo de 2022. José María Sánchez, de VOX: «Que dimitan la ministra y/o el presidente, y de este último lo más deseable de todo no es que dimita, es que disuelva las Cortes y convoque elecciones generales».

-25 de agosto de 2022. Iván Espinosa de los Monteros, de VOX: «España no puede esperar, y la primera estación es que ustedes convoquen elecciones y salgan del Gobierno cuanto antes por el bien de España».

-14 de septiembre de 2022. Rodrigo Jiménez, de VOX: «Dimitan por incompetentes porque cuanto mayor es su incompetencia, mayor es la miseria para los españoles. De verdad, dimitan, convoquen elecciones y permitan que los españoles decidan su futuro y sean dueños de su destino​».

Hay más, pero sirve como muestra. Parece que de pedir adelanto electoral, algo sabe VOX… Y sin embargo hoy leerán –queridos lectores de LaPrensaDeSiempre-– que ésa (la del adelanto electoral) es la gran apuesta de Feijoo frente a un Abascal empeñado en la antipática moción. ¡Con lo fácil que es enviar un whatsapp a Sánchez para lo del adelanto!

– Venga, Pedro, elecciones ya.
– Mañana si eso, Alberto; mañana. TQM

Ahora en serio. Desespera comprobar lo industrial de la información que llega a la gran mayoría de la sociedad. Si de comida habláramos, estaría tan refinada (en el peor sentido de la palabra), tan ultraprocesada, como un bollicao.

Y no es crítica porque algunos queramos que se sepa lo que hace VOX; es crítica porque vemos con tristeza cómo esta institucionalización bipartidista; esta falta de conexión con la verdad de los grandes medios es, al fin y a la postre, un síntoma más de la decadencia del sistema de pesos y contrapesos que asegura cierto rigor y dota de cierta seriedad a todo un sistema democrático.

La verdad ya no importa. Importa más caer en gracia que ser gracioso. Y seguramente no haya moción de censura que lo salve. Pero, al menos, que no se diga que unos cuantos valientes; que unos cuantos que creían en algo más que lo de siempre, no lo intentaron. Que se sepa que, con prensa, titulares y campañas en contra, eligieron hacer el bien antes que caer bien.

Y supieron, por otro lado, que confiar en que el lobo cuide las gallinas (o en que Sánchez adelante elecciones) es, como mínimo, de ingenuos; como máximo, de tontos y, seguramente, de aprendices del más genuino (e inútil) politiqués. Precisamente, el que no salvará a España.

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