«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El espejo griego

7 de enero de 2015

Europa contiene el aliento -ma non troppo- ante la decisiva convocatoria electoral que el próximo día 25 forzará a los griegos a decidir entre suicidarse o continuar por la senda de los sacrificios, dura pero inevitable, como único remedio para conservar la esperanza de salir un día del caos económico en el que los sucesivos gobiernos, primero conservador y socialista después, hundieron al país.

Resultan llamativas las declaraciones, más o menos altisonantes, en las que en los últimos días algunos políticos y opinadores profesionales de la izquierda acusan al Gobierno alemán de chantajear a los griegos por limitarse a poner sobre la mesa un argumento tran aplastante como que, si triunfa con mayoría suficiente la izquierda de Siriza, los griegos podrían quedar fuera del euro. Pero…¿no era eso lo que quería la extra izquierda de aquel país hasta hace no más de un año? A menos que, ahora que tal cosa se vislumbra como una posilidad real, se venga a reconocer que sería una catástrofe, muy superior para los propios griegos que para el resto de ciudadanos europeos ya que, al fin y al cabo, el país heleno no supera más allá del 2 por ciento del PIB de la eurozona.

El caso griego servirá de ejemplo inmediato, sobre todo para España, país que afronatrá unas trascendentales elecciones legislativas en menos de un año, amén de otras locales y autonómicas en la mayor parte del territorio nacional. El auge de una fuerza populista, de extrema izquierda y, en muchos casos, aún confesadamente antisistema como es ‘Podemos’ guarda notables similitudes con el movimiento del griego Alexis Tsipras y 

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