«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La guardería política

2 de febrero de 2017

Con múltiples variaciones en la redacción e importantes dudas sobre su autoría, esta frase atribuida a Winston Churchill acompaña la vida política de Occidente desde hace décadas.

El mensaje populista de Podemos está dirigido a los más jóvenes. Un mundo irreal, en el que el poder descansa directamente en el pueblo, sin intermediarios, donde se somete a las élites a la voluntad de la gente, donde la democracia encuentra razón de ser en la participación directa de la ciudadanía.

La vida real, puñetera, ha demostrado que el País de las Maravillas sigue siendo cosa de cuentos. En solo unos meses, los alcaldes del cambio han dado la espalda a sus votantes y han transformado los sueños de los electores en promesas incumplidas de una “neocasta” que parece haberse acomodado rápido al nuevo escalafón que le ha otorgado las urnas. Las imágenes de los plenos de Cádiz, con un Kichi en actitud caciquil expulsando a vecinos desesperados, resume a la perfección la cruda verdad que esconde el onírico podemismo.

Iglesias, conocedor de la capacidad de manipulación sobre los menores, ha sugerido que los niños, y niñas (usando el absurdo lenguaje progresista) de 14 años puedan inscribirse y participar en la toma de decisiones de Podemos. Rebajar tanto la edad de voto demuestra la profundidad del debate que pretende establecerse dentro del partido morado. Con 14 años, un chico tiene que estar más preocupado por los problemas típicos de su edad. Ya tendrá tiempo después, con la maduración, para resolver cuestiones vitales. Dejemos las urnas en manos de aquellos que ahora tienen el deber de llenarlas.

El objetivo de los líderes de Podemos es sencillo, atraer a los niños a los círculos para lavarles el cerebro y convertirlos en futura cantera política. La táctica, muy utilizada en los colegios de los regímenes comunistas, surge efecto a medio plazo. Todo, dentro del partido de Iglesias, está planificado.

Como ejemplo de estas pretensiones, Podemos Madrid ha organizado recientemente unas jornadas dirigidas a los mayores de 12 años, tituladas “Mi pequeño Congreso, aprendiendo democracia”, se enfocan como un espacio de aprendizaje asambleario dirigido a niños.

Podemos también ha propuesto en el Congreso que tengan derecho al voto todos los mayores de 16 años.

Dejar a niños sin experiencia la responsabilidad de elegir a nuestros representantes es un ejercicio de cinismo y demagogia política.

Mientras tanto, después de cada elección, los seguidores de Podemos manifiestan en RRSS su deseo de prohibir votar a los viejos, sin entrar en una edad concreta, y han sugerido la posibilidad de acabar con los mayores, porque son todos votantes del PP.

 Señor Iglesias, busque apoyos donde quiera, pero deje a los niños en paz.

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