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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Joaquín y Nicolás

9 de mayo de 2021

De muchos años atrás estimo y admiro a Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. Joaquín es montañés, de Guarnizo, del mismo lugar que los Gento. Fue un buen presidente de la Comunidad de Madrid durante tres legislaturas. El único socialista que lo ha logrado. Anunció una desmedida subida de impuestos. Supo retractarse. Antes de dar el paso atrás, le escribí unos versos festivos en los que le llamaba “Joaquinqui” Leguina. La Comunidad de Madrid me demandó. Me llamó Leguina: “Como comprenderás, he ordenado retirar la demanda interpuesta contra tiEstoy rodeado de aduladores y gilipollas”.

Nadie como Leguina, con tan pocas palabras, ha resumido el desastre del psicópata que hoy gobierna en España y en el PSOE

Una tarde de domingo, los ladrones entraron en mi casa. Se llevaron todo lo que encontraron de oro. Saqueraron mi colección de plumas estilográficas, muchas de ellas relacionadas con los sentimientos. De casi 200 plumas me dejaron dos, que no eran de oro ni de plata. La pluma con la que escribió mi abuelo don Pedro Muñoz-SecaLa Venganza de Don Mendo”, y una pequeña Mont Blanc negra de principios del siglo XX que me regaló Antonio Mingote y perteneció a su padre. No tenían oro y los ladrones las despreciaron, afortunadamente. Su verdadero oro no lo supieron encontrar.

Lo comenté en Antena-3 de Radio, y al día siguiente llegó a mi casa un paquete con una pluma Parker y un tarjetón. “Para que reinicies tu colección. Un fuerte abrazo, Joaquín Leguina”. Y entre comillas, el rasgo de su humor socarrón montañés. “Joaquinqui”. Después nos hemos visto en numerosos actos y siempre con la alegría del reencuentro y el abrazo de los amigos. Dicen que Sánchez ha ordenado que tanto él como Nicolás Redondo sean expulsados del PSOE, cuando el uno como el otro han sido ejemplares, valientes y honestísimos socialistas. Joaquín ha respondido que “Me la suda. Si me echan, cuando echemos a Sánchez recuperaré mi militancia”. Nadie como él, con tan pocas palabras, ha resumido el desastre del psicópata que hoy gobierna en España y en el PSOE. “Ahora vamos a tener la culpa Nicolás y yo de la estrepitosa derrota que han tenido en Madrid estos imbéciles”.

Un resentido, una analfabeta y un chulo de piano-bar expulsando del PSOE a dos socialistas ejemplares

Y Nicolás Redondo. Su nuca fue diana soñada por el terrorismo etarra durante muchos años. Otegui deseaba su muerte, por su condición de vasco y su honda vinculación a la España común. Hoy Sánchez quiere expulsarlo del PSOE mientras gobierna con el apoyo de los que querían asesinarlo. Paradojas de la vida. Nicolás Redondo fue acusado por el lamentable Pachi López y un buen número de militantes del PSE cuando pactó con Jaime Mayor Oreja su infranqueable respeto a la Constitución. Sí, Pachi López ese tonto que alcanzó la presidencia vasca – “Lendakaritza”- con el apoyo de los escaños del Partido Popular. Su etapa como “Lendakari” fue un clamor de groserías políticas, ingratitudes y sometimientos al PNV y Herri Batasuna. Redondo representaba lo contrario. El socialista vasco inadaptado para humillarse ante el nacionalismo y el terrorismo

Pensar que chuflas como Sánchez, Adriana Lastra o el de las maletas de Delcy se atrevan a poner en duda la lealtad de Joaquín Leguina y Nicolás Redondo al Partido al que han dedicado sus vidas puede tener hasta gracia. Un resentido, una analfabeta y un chulo de piano-bar expulsando del PSOE a dos socialistas ejemplares. Al único expresidente socialista de la Comunidad de Madrid durante 12 años, y al vasco que escondió la nuca y miró de frente a los terroristas que deseaban su muerte, hoy cómplices de Sánchez y Marlasca en el Gobierno de la desfachatez.

Si los expulsan, volverán. Los que no volverán son los árbitros de la ingnominia.

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