«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
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La abuela de Ayuso

3 de abril de 2023

La presidente de Madrid ya no tiene oposición, o no la ve. Es muy posible que el éxito le haya dejado ciega. Dicen del matrimonio, pero en esta vida la convivencia más difícil es aquella entre uno mismo y su propio éxito. Es muy complicado evadirse del efecto distorsionador de la realidad que sobre cualquier ser humano tiene el halago permanente de propios y extraños. Y, al fin y al cabo, Ayuso es humana, aunque ya no se acuerde de que, con más o menos acierto, a lo largo de toda la legislatura ha tenido enfrente a unas decenas de personas que hacían las veces de oposición.

Siempre es un error ignorar al adversario porque, como las meigas, haberlo haylo. Pero la peor equivocación es llamar lastre a aquel que te ha ayudado a gobernar durante cuatro años. Como mínimo está feo. Y, si las cosas no van como tú crees, incluso lo puedes llegar a necesitar, lo cual puede llegar a ser un error garrafal que supongo que no sucederá jamás, porque la Sra. Ayuso está segurísima de todo. Con Vox —el lastre— se han aprobado veintinueve leyes, leyes relativas a la educación, supresión de impuestos propios, fomento de natalidad y conciliación etc. Como lastre Vox no está mal y eso que están en el no por el no, que dice la presidente madrileña. Los hay mucho peores, que se lo digan a Sánchez.

No cabe duda de que pactar es trabajoso y pesado. Que donde esté una mayoría absoluta que se quiten los plastas de Vox que pretenden hacer las políticas para las que le votan —cosa muy exótica en estos tiempos—, como derogar la dichosa Ley Trans de la Comunidad de Madrid, que no hay forma de que el Partido Popular de Madrid le meta mano. Es algo curiosísimo. Lo mismo, pensando así a lo loco, tan nefasto es el espíritu de esta ley en el ámbito autonómico como en el nacional. Qué terquedad en este asunto la de la Sra. Ayuso. Le lleva a una a pensar que el PP de Madrid no es tan diferente del nacional como tanta gente cree.

Sin embargo, en su entrevista de ayer al diario El Mundo, la presidente de la Comunidad de Madrid decía querer atraer al votante de Vox desencantado con el PP porque ella representa al Partido Popular de toda la vida. ¡Pero si ése es el problema, doña Isabel! ¡Si se han ido del PP de toda la vida! Es importante que asuma que hay personas que quieren votar a Vox porque es un partido distinto. No es la opción del desencanto. Vox tiene otro programa que no se puede ignorar siempre y pretender su apoyo a cambio de nada. Es comprensible que la señora Ayuso diga que con Vox hay un hartazgo. Claro, el suyo. Porque Vox quiere y debe hacer la política para la que le han votado y no ser el remolque eterno del PP. Si no fuera así, sus votantes lo harían directamente a Ayuso y no lo hacen. Sí, doña Isabel, hay gente a la que no le importa si le complica la vida a usted. Aunque, en realidad, a usted le da igual porque no tiene rivales. Ni abuela.

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