«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid
Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid

La Argentina que arde

18 de marzo de 2023

Hace calor en la Argentina. Explotan los termómetros. Es inusual para estas fechas. Hasta el clima parece jugarle en contra al desgobierno del títere Fernandez. No les sale nada. 

La Argentina está que arde. Pérdidas agrícolas millonarias por la sequía, cortes de luz, una inflación que se disparó a más del 100% anual, al presidente le duele la espalda y tuvo que internarse en una clínica privada porque los hospitales públicos están colapsados, y la semana pasada se dieron a conocer los fundamentos por los que un tribunal oral federal encontró culpable a Cristina Fernández, viuda de Kirchner, del robo de fondos públicos. 

Entretanto, la ciudad de Rosario está asediada por los narcos y como la Policía no actúa, la gente hace justicia por mano propia. En pleno centro de Buenos Aires balearon a un jubilado de 83 años para robarle su Rolex, sin percatarse de que era una pobre imitación. Ese es hoy el valor de una vida en la Argentina. Esa es la actualidad argentina. Ya no se dice «no llego a fin de mes». Apenas cobrado el sueldo, ya no se llega siquiera al final de la semana. 

La siniestra local sigue haciendo de las suyas, aprovechando los últimos meses de vacas gordas para llenar, con trigo ajeno, los silos expropiados a uno de los últimos sectores productivos de la Argentina: el campo y su gente que vienen manteniendo con cuantiosas «retenciones», que son en realidad imposición disfrazada, el circo kirchnerista

Saben Fernández y sus secuaces que se les acaba el tiempo y que la próxima elección está perdida. Dentro del zoológico peronista la que puede aún reunir más votos es… Cristina Kirchner. Parece ello increíble, pero es así. Sin embargo, el odio que ha sabido generar fuera de la estructura de su partido le hace imposible ganar la presidencia en un ballottage.

La oposición local, la derechita cobarde argentina, tiene consciencia de que tal vez sea su momento, pero está dividida. El triste Horacio Larreta, parecido a Mr Burns de los Simpson, lanzó ya su candidatura a presidente esperando tomar a los demás por sorpresa. Macri, cuya popularidad no despega pues nadie olvida los yerros de su gobierno que hicieron posible el regreso del kirchnerismo, multiplica fotos con Messi y otros famosos y junto con su grupo de chicos de buenas familias y educaditos deja planear la incógnita sobre una eventual candidatura. En tal caso deberá competir con su delfín Larreta, el que fuera otrora su mano derecha. También mueve sus peones la ex-montonera Patricia Bullrich con ganas de dar el zarpazo en la carrera presidencial. 

El escenario es confuso y aún queda mucho tiempo antes de que las candidaturas se oficialicen y las oficializadas se mantengan y acomoden para internar recuperar fueros y poder. Vendrán las alianzas de circunstancia, las que combinan agua con aceite, para que cada uno recupere algún cargo en el futuro gobierno. 

A todos les preocupa la plata, a ninguno les desvela el futuro de la Patria. Aman la plata, más que la Patria. Son todos, sin excepción, artífices y cómplices de la decadencia argentina. Sus intereses son sus privilegios. ¿Cómo es posible que la jubilación de la que beneficia Cristina Kirchner sea más de 100 veces superior a la de la mayoría de los jubilados argentinos? 

En tal desmadre, existe una voz disonante, la de Javier Milei. Milei no es un político del sistema, en el sentido de que no es ni deudor ni funcional al sistema. Es un ovni. Lo tildan de excesivo, de loco, de sionista, de fachista. Pero llena estadios. La gente le reconoce su valor. Su voz no es ni mielosa ni edulcorada. Es una voz rugiente que dice verdades y no todas las verdades son agradables. Dice cosas simples que la gente simple entiende. Su voz es libertadora y nos invita a esperar en el futuro. No de la manera en la que se espera un tren en el andén, sino construyéndolo. 

Para que los argentinitos que nacen hoy puedan ver otra Argentina, la que todos los que amamos nuestra Patria queríamos ver.  

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