«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó mÔs de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

BiografĆ­a

Nacido en Madrid, de madre inglesa, casado y padre de cuatro hijos, es un empresario, abogado y articulista que pasó mÔs de una década inmerso en el mundo de la política madrileña. Sus pasiones son escribir, la empresa y la política.

La devastadora deuda espaƱola

6 de noviembre de 2022

Una de los problemas mÔs terribles que tenemos es la deuda pública.  Tenemos mÔs deuda de lo que producimos, mÔs deuda que riqueza. La deuda pública de España es de un billón cuatrocientos mil millones de euros a fecha de hoy. Según lo presupuestado por Pedro SÔnchez y su Gobierno, acabaremos la legislatura, el año próximo,  con cien mil millones de Euros mÔs de deuda. Deberemos, entonces, la escalofriante cifra de un billón quinientos mil millones de euros.  Mucho mÔs que nuestro PIB y una deuda que llegarÔ a nuestros nietos y probablemente mÔs allÔ.

Hoy, la primera partida de gasto en el presupuesto nacional tras las pensiones es el pago de intereses de la deuda.  Son algo mĆ”s de treinta mil millones de euros. Mucho mĆ”s que lo que gastamos en Sanidad, Educación, Seguridad o Defensa.

La explosión de la deuda es bastante reciente. Hasta que llegó Rajoy al poder, España debía un sesenta por ciento de su PIB, algo menos de seiscientos mil millones de euros. EstÔbamos en niveles aceptables si comparamos con los países de nuestro entorno. Para llegar a este punto en el que nos encontramos hoy, Rajoy y Montoro iniciaron una escalada de deuda y se endeudaron en algo mÔs de cuatrocientos mil millones de euros. 

Nuestros polƭticos ayudaron muy poco a este esfuerzo que hicieron los espaƱoles

Partieron de una estrategia errónea. Subieron impuestos y nos endeudaron porque estaban convencidos que, para salir de la entonces crisis financiera del 2008, había que inyectar dinero en el sistema para que el consumo interno, la demanda interna, pusiera en marcha la economía. 

Pero se equivocaron, y lo que nos sacó entonces de la crisis fue la demanda externa, las exportaciones. El empresariado español, muchísimas pymes e incluso autónomos se subieron al avión con su maleta de muestras y se fueron a vender por el mundo. Le echaron coraje, talento y mucho sacrificio y consiguieron hacer un esfuerzo brutal para ser competitivos y eficientes, ganar mercados con precios atractivos y también con calidad.   Hicieron lo que se llama una devaluación interna de costes y salarios.  Se ajustaron el cinturón y adelgazaron sus empresas para conseguir la mÔxima competitividad. Y mientras, el Gobierno apenas hizo nada, casi ni se enteró. Nuestros políticos ayudaron muy poco a este esfuerzo que hicieron los españoles.

Luego llegaron Pedro SÔnchez y sus amigos y se estÔn endeudando como Montoro y Rajoy. A la misma velocidad. La deuda sigue completamente descontrolada. Si la cosa no fuera tan seria, podría tener hasta gracia que dos ministros de Hacienda, uno de izquierda y otro de derechas, se llamen prÔcticamente igual, Montero y Montoro, y que sus políticas sean casi idénticas.

Algún autor ya insinúa que se estÔ forzando la inflación porque los Estados han decidido que la deuda es imapagable

Ante esta fiesta irresponsable de deuda en la que los españoles somos campeones, un eminente ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, afirmó hace poco que vivimos una época en la que los bancos centrales han perdido el control del dinero, y los Gobiernos han perdido el control de los dineros públicos.

Urge saber dónde ha ido este dineral. Por ejemplo, las subvenciones a las energías renovables ascienden a doscientos mil millones de euros. Necesitamos saber cuÔnto, cuÔndo, cómo, por qué y a quién se ha dado este dinero, y así hasta el último euro gastado en estos años.

Cuando se debe mĆ”s de lo que se produce hay que preocuparse y mucho.Ā  Porque al final alguien lo va a tener que pagar. Bien con los ahorros, y serĆ”n muchas generaciones quienes lo tengan que hacer. O bien, y esto puede ser dramĆ”tico, una autĆ©ntica tragedia, con la inflación. AlgĆŗn autor ya insinĆŗa que se estĆ” forzando la inflación porque los Estados han decidido que la deuda es imapagable. Y serĆ” la inflación —devaluando el valor de las deudas— quien acabe pagando. Ya lo dijo Alfonso Guerra en una ocasión cuando de forma muy irresponsable consideraba injusto que las hipotecas se pagaran con dinero y no con la inflación.

Sin un marco monetario estable es muy difĆ­cil ser un paĆ­s del primer mundo, tan sencillo como esoĀ 

Hay que recordar la devastación que produjo en las clases medias españolas la inflación que se inició a finales de los años setenta y que duró muchos años.   Algunos países han tenido inflaciones ridículas por desorbitadas y es una tragedia. La economía se paraliza, las empresas quiebran, la gente se empobrece, y es una espiral de la que es dificilísimo salir. Se tarda muchísimos tiempo en salir, o incluso nunca se sale. Hay países que llevan generaciones peleando contra la inflación. Sin un marco monetario estable es muy difícil ser un país del primer mundo, tan sencillo como eso.

Abrir un debate sobre la deuda como esta haciendo VOX es necesario, urgente e imprescindible.

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