Una nota publicada el pasado sábado 12 de febrero en el diario El Mundo y titulada «América Latina: la izquierda rompe filas en busca de una alternativa al eje bolivariano» pretende vendernos que el presidente chileno, Gabriel Boric, no está de acuerdo con las autocracias de Daniel Ortega, Nicolás Maduro y el régimen cubano, al tiempo que señala que «el colombiano Gustavo Petro y el brasileño Lula critican los abusos del sandinismo».
Evidentemente, estas supuestas pugnas constituyen un teatro para fabricar una falsa imagen de moderación a Boric, Petro y Lula. Al primero, para que no obstaculizar sus planes marxistas en Chile, y a los otros dos para que los electores colombianos y brasileños voten confiadamente por estos candidatos del Foro de Sao Paulo.
Es cierto que Petro pidió a Maduro que diera un paso al costado. Es cierto que Boric criticó a Maduro, al sandinismo y a Cuba. También es cierto que Maduro les contestó, acusándoles de formar parte de una “izquierda cobarde”. Pero… se trata de un show, puro boxeo de sombra.
Si en realidad quisieran condenar a Maduro como corresponde, le acusarían de ser el jefe del Cartel de los Soles con una recompensa sobre su cabeza de 15 millones de dólares. Si en verdad esta pugna fuese en serio, Boric, Petro y Lula se comprometerían a sumarse a la acusación que cursa en contra de Maduro ante la Corte Penal Internacional por haber cometido crímenes de lesa humanidad.
Cuando los regímenes de Cuba, Nicaragua o Venezuela han estado en apuros, los izquierdistas light han salido corriendo a proporcionarles bombonas de oxígeno
La estrategia de desagregar a la izquierda entre «carnívora» y «vegetariana» es vieja, y los venezolanos la conocemos bien. Es un vil engaño que busca legitimar a los primeros para que así garantizar la impunidad de los otros. Prueba de ello es que cuando los regímenes de Cuba, Nicaragua o Venezuela han estado en apuros, los izquierdistas light han salido corriendo a proporcionarles bombonas de oxígeno.
El año pasado, por ejemplo, en medio de las protestas pacíficas del pueblo cubano que fueron reprimidas a sangre y fuego por el régimen castro-comunista, Gustavo Petro escribió en su cuenta de Twitter: “En Cuba como en Colombia se impone el dialogo social. Las sociedades vivas son las que se mueven y logran las transformaciones a partir de su diálogo y no de su autodestrucción”. Por su parte, Lula culpó al «bloqueo» estadounidense de ser el causante de las protestas.
Si Petro y Lula llegaran a triunfar en las elecciones de este año, serían los aliados más fieles de Diaz-Canel, Ortega y Maduro. Y si tuviesen la oportunidad, implementarían dictaduras similares
A principios de este año, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, formación liderada por Lula da Silva, calificó las cuestionadas elecciones en Nicaragua -en las que Daniel Ortega fue reelegido presidente ilegalmente- como una «gran manifestación popular y democrática». Y como estos dos, podríamos citar muchos otros ejemplos.
Los pueblos de Colombia y Brasil no deben permitir que estas cortinas de humo les nublen la mente. Si Petro y Lula llegaran a triunfar en las elecciones de este año, serían los aliados más fieles de Diaz-Canel, Ortega y Maduro. Y si tuviesen la oportunidad, implementarían dictaduras similares, inspiradas en el Socialismo del Siglo XXI.