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Buscan indultar a corruptos vinculados a su partido

La sociedad hondureña reacciona contra los planes de impunidad y corrupción de Xiomara Castro y Manuel Zelaya

La pareja presidencial hondureña: Xiomara Castro y Manuel Zelaya. Reuters

La pretensión de la presidenta izquierdista Xiomara Castro y su marido, Manuel Zelaya, de indultar a corruptos vinculados a su partido y de imponer un modelo populista y totalitario -similar al de Cuba, Nicaragua y Venezuela-, ha suscitado una serie de reacciones en diversos sectores de la sociedad civil hondureña.

Este miércoles el Claustro de Profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), publicó en su blog un comunicado en el que critica la decisión del oficialismo de amnistiar a funcionaros que formaron parte del gobierno de Manuel Zelaya (2006-2009) y que fueron señalados por delitos de corrupción.

“Al analizar el Decreto, se observa que alcanza delitos cometidos contra la administración pública y que su perdón constituye un manto de impunidad, que no es congruente con la propuesta de restauración del Estado de Derecho… se está creando un precedente para que los futuros gobiernos legislativos perdonen arbitrariamente a sus partidarios con el famoso ‘borrón y cuenta nueva’, a pesar de que sus actos empobrecen al pueblo, terminando por quedar sin culpables y en total impunidad”, reza el remitido.

El comunicado señala además, que el decreto fue sancionado con “evidente carencia de legalidad en el momento en que fue aprobado”, puesto que había dos congresos sesionando simultáneamente.

Por su parte, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) condenó este miercoles 9 de febrero en rueda de prensa, la medida populista del gobierno de Xiomara Castro de derogar la “Ley de Empleo por Hora”, puesto que, de concretarse, dejaría sin empleo a casi 700 mil trabajadores.Por cierto que la semana pasada la Cohep había denunciado que la amnistía sancionada ilegalmente por un grupo de diputados del partido de gobierno perdonaba delitos comunes y propiciaba un manto de impunidad.

Por su parte, la Iglesia Católica a través del portavoz de la Conferencia Episcopal Hondureña (CHE), padre Juan Ángel López, hizo una pública “reflexión”: “Nadie puede escudarse, incluso teniendo la voluntad popular de su lado, para actuar promoviendo una vez más la ilegalidad y la impunidad. Si la razón está de su lado no necesitan proceder de esa manera”, en alusión directa al nuevo gobierno encabezado por Xiomara Castro de Zelaya.

El sacerdote López dijo más: “Si se va a conceder amnistía hay que revisar bien lo que el término implica. Generalizar e impedir que se investigue y se judicialicen casos de manera indiscriminada no hace sino generar más inestabilidad social y lanza una sombra de sospecha que no es necesaria que cubra a gente honorable. Hagamos las cosas bien, por favor”.

Desde Bolivia, el escritor Emilio Martínez identificó similitudes entre las acciones de Xiomara Castro y del presidente boliviano Luis Arce. En una de sus columnas escribió: “La presidenta electa Xiomara Castro había hablado durante la campaña de impulsar una reconciliación nacional desde el gobierno. Sin embargo, tras imponerse en el proceso electoral, su partido prepara una iniciativa para judicializar a los titulares de los poderes del Estado (Legislativo y Judicial) que hace 13 años separaron del gobierno a su marido, el expresidente Manuel Zelaya, cuando éste intentó llevar adelante una Asamblea Constituyente ilegal. La repetición del guion boliviano parece evidente”.

Como se observa, la sociedad civil hondureña está atenta y vigilante.  Si además respalda la acción contralora de los diputados opositores en el Congreso Nacional, a los esposos Zelaya les será muy difícil imponer –como pretenden- un modelo dictatorial.

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