«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

La inmoralidad de la prensa

31 de julio de 2023

La inmoralidad de la prensa oficialista de izquierdas no viene de ahora, aunque cierto es que lo que sí ha sucedido con el paso del tiempo radica en que esa prensa conservadora o de derechas, también oficialista, se ha ido permeando de la bajeza de la de la izquierda, consumando la indignidad a la par.

Lo que ha venido sucediendo en Francia, Estados Unidos y España con relación a la información también lo vivimos en Cuba en los años 50. La revista Bohemia, editada en la isla, en su tiempo la revista más leída en Sudamérica, tomó partido por Fidel Castro, que convirtió todo cuanto tocaba en fidelismo, incluido el Partido Ortodoxo, y por consiguiente el resto de partidos políticos y hasta de periódicos. Fulgencio Batista y Zaldívar fue convertido en el malo de la película y hoy en día lo sigue siendo a ojos del mundo entero, aunque en los últimos tiempos para los cubanos esa narrativa ha ido cambiando.

La prensa ha estado por mucho en los resultados recientes en las elecciones españolas del 23J. Demonizar partidos constitucionales que no le son de su agrado se les ha vuelto en contra; no ha ganado su candidato, ni su apuesta les ha valido de nada. Pero eso sí, queda la estela de mala onda, de nefasta baba, de ninguneo y tachado.

Se atreven a tildar de fascistas, de ultras, a quienes no apoyen a los que de antemano eligieron. Todo el que no piense igual a sus intereses es señalado y linchado verbalmente. Pareciera imposible en pleno siglo XXI, pero lo es, ¡y cómo!

A propósito de linchamientos, recién el periódico Le Monde, mediante su propagandista Sandrine Morel, me entrevistó. El tema era mi candidatura al senado por VOX Madrid. Grabé la entrevista, menos mal, así se lo hice saber a Morel, he escrito acerca de esto antes… Sin embargo, la manipulación en el montaje de la entrevista no sólo fue burda, es odiosa. Pero de eso me estoy encargando…

En la entrevista Morel tildaba a VOX de extrema derecha, de lo que ya debiéramos estar habituados, si no fuera porque el peso del término ha destruido destinos y vidas, sobre todo en Francia durante la posguerra.

Enseguida vino lo de machista, y demás… Vamos, nada novedoso, en este caso el objetivo además de VOX era desde luego yo, todo probablemente fraguado en las arcas culturetas de otro periódico de ultra extrema izquierda. Eso se investigará y se comprobará.

El hecho es que Le Monde no siempre ha sido muy consecuente con el antimachismo del que ahora pretende hacer gala. El 27 de julio del 2003 me encontraba en Nueva York, junto a mi padre enfermo, cuando supe por la prensa que mi amiga Marie Trintignant había sido asesinada tras ser golpeada salvajemente en 19 puntos de su cuerpo, sobre todo en el rostro, podrán imaginar mi reacción, que ahora les ahorraré. Sin embargo, lo curioso fue la reacción de entonces tras el asesinato —que todavía no ha rectificado— de Le Monde. No he sido la única en repararlo y comentarlo entonces como ahora.

Le Monde, mediante algunos de sus periodistas, se situaron grosera e indecentemente del lado del criminal, Bertrand Cantat, cantante del grupo Noir Désir. Presentaron a este asesino como a un pobre muchacho de familia humilde mientras Marie, dijeron, era hija de un clan familiar cinematográfico adinerado. El clan, encabezado por su padre, el actor Jean-Louis Trintignant y su madre Nadine Trintignant, realizadora, fueron básicamente tratados como basura pudiente por el diario en cuestión. A Marie se le describió como una mujer conflictiva por el mero hecho de haber tenido varios maridos y cuatro hijos de esas relaciones. En una frase, la culpable en este caso era la muerta, y no su asesino, sólo por pertenecer a la izquierda furibunda.

Cierto, Bertrand Cantat iba de izquierdista, en cada concierto aprovechaba para arremeter contra los que le producían y pagaban los conciertos, los patrones que editaban con éxito sus discos. De los ocho años que la justicia le sentenció cumplió solamente cuatro años en inigualables condiciones, bajo las comodidades de una celda estudio donde le facilitaron escribir, componer, y mantenerse ocupado y comunicado con sus productores. Dio conciertos y nada más salir tenía ya planificado unos cuantos.

Tras ser liberado volvió con su antigua mujer, madre de sus hijos; un buen día, ella, que había comentado haber sido víctima de malos tratos y de violencia física por el artista en los primeros días del asesinato de Marie para enseguida retractarse, apareció ahorcada. Supuestamente se suicidó mientras Cantat dormía la siesta a pocos pasos de donde apareció, descolgada después por él y por uno de sus hijos adolescente, al que el padre le pidió le ayudara a descolgar a su madre antes de que llegara la policía.

Le Monde escribió poco entonces, o no tanto como cuando Cantat asesinó a Marie. Recuerdo que incluso usaron firmas de celebridades para apoyar al que era considerado de izquierdas y por ese mero hecho había que salvarle y lavarle la imagen, como podrán leer aquí.

Afortunadamente existen escritoras valientes como Anne-Sophie Jahn, que al presentar su libro Désir noir en un programa televisivo puso los puntos sobre las íes, acentuando que la prensa en general, no sólo Le Monde, debido a su dependencia ideológica no se situó del lado de la víctima de violencia machista, sino que por el contrario desacreditó y rebajó a una mujer exitosa como actriz que trabajó desde niña hasta su muerte, que cuando fue asesinada interpretaba a «Colette», escritora y figura del feminismo francés. ¿Quién era entonces de ultra mega extremo machismo, VOX o esa prensa corrompida mediante las recompensas del izquierdismo?

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