«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

La intolerancia golpea de nuevo

22 de enero de 2024

La intolerancia, en Francia, país de la libertad, igualdad y fraternidad, y de los derechos humanos, golpea de nuevo, en lo que viene siendo ya como un resorte de costumbre, y de hábito insoportable. Esta vez se trata del escritor y explorador, viajero, Sylvain Tesson

Hijo del periodista y geógrafo, Philippe Tesson (1928-2023), Sylvain Tesson, de 51 años ha hecho carrera propia con un éxito sumamente estimulante para sus lectores y para él mismo al recrear con su hermosa prosa un mundo de exploración mediante el viaje real y la reverberación de la palabra, de la imaginación. Su libro más reciente, que no más salir, se colocó en la lista de mejores ventas, lleva por título ‘Con las hadas’, lo que ya es una declaración iniciática de principios feéricos.  

Premio Goncourt de cuento en 2009, y Premio Renaudot de novela en el 2019, entre otras importantes distinciones literarias, Tesson resulta, en la mayoría de las veces, un sonado exitazo de ventas y aceptación general. Entonces, ¿de dónde surge el escándalo y la posterior crucifixión pública por parte de 1.200 personas que han firmado un virulento documento en su contra?  

Sylvain ha sido seleccionado como figura principal y padrino del Festival Primavera de la Poesía de París, mientras sus ventas también aumentan. La envidia, como sabemos, es el principal motor de esa izquierda rancia y oportunista. El abucheo mediático no se hizo esperar, aunque numerosas figuras de la izquierda le apoyan. Cuando escribo esto de «derecha» e «izquierda» me doy cuenta de cuán estúpido es hacerlo a estas alturas. Esa división de la sociedad entre los de la «izquierda» y la de «derecha» no sólo es obsoleta, además provoca que el nivel de discernimiento y racionalidad caiga todavía más bajo. Pero en los tiempos que corren, de wokismo y extremismos, el dislate prima por encima del pensamiento. 

A Tesson lo acusan de «frecuentar personalidades e intelectuales supuestamente de derechas, así como de prologar un libro de referencia del extremo conservadurismo, titulado Le Camp des saints de Jean Raspail», que esta gente califica de «distopia racista de la inmigración». A Tesson también le achacan el haber sido mencionado por el periodista François Krug como escritor asimilado  y encumbrado a «ícono reaccionario». 

Por supuesto, Sylvain Tesson respondió, aunque escuetamente, o mejor dicho, hizo alusión a lo que está ocurriendo. El festival Primavera de los Poetas todavía no lo ha hecho, al menos que yo sepa. El escritor se expresó con estos términos: «Ellos piensan que la literatura es otra forma de ser de izquierdas». Algún titular le ha defendido, porque aquí todavía queda prensa decente, con la definición más justa: El príncipe de los poetas en el país de los mediocres. Lo verdaderamente terrible es que no se trata de un fenómeno solamente francés, sino también mundial. El wokismo, este sí como movimiento de izquierdas, es una caldera planetaria en la que hierven los ánimos, ningunean el espíritu, entibiándolo, y rebajan el alma, crionizándola. 

Además, a Sylvain se le acusa de no escribir nunca un verso, como si no existiera la «prosa poética», definición de Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura. Como si ellos tuvieran el dominio absoluto de las clasificaciones acerca de las expresiones poéticas. 

No obstante, en mi opinión, este desecadenamiento soez tiene más que ver con el hecho de que el año anterior la madrina del festival fue la afrocubana (término de ellos) castrocomunista Nancy Morejón, entonces varios cubanos de París reunieron firmas entre compatriotas y franceses para ir en su contra, ella terminó por tirar la toalla y desistir. No estuve de acuerdo con ese método porque no creo que ningún festival poético puede juzgar a nadie por su posición política, y nadie es quién para juzgar la decisión de nombrar a quien sea; lo que hice fue no asistir, como he hecho con otros festivales, incluso si he sido, en este caso, de las que inauguró en los años ochenta este evento junto a Dámaso Alonso; en el fondo me alegré, porque a esta gente hace falta que les den de su propia medicina. Eso sí, sabía que ellos redoblarían su dosis en el festival siguiente, y así ha sido. 

Octavio Paz, quien en su tiempo también fue calificado de «extrema derecha», al igual que Jorge Luis Borges. Nobel el primero y cercano al Nobel el segundo (si no hubieran atravesado al macondiano plagiador de Faulkner), también fueron perseguidos por esa izquierda.  

Sylvain Tesson, gran escritor, lo es ahora. Reitero que el ser calificado de «extrema derecha» tiene que ver con la envidia y, por otro lado, pudiera contener su moña divina.  

De mi también lo riegan; en ese caso, y pensando en quienes han merecido semejante definición, sólo puedo sentir que es música para mis oídos y que voy bien acompañada. 

Mi apoyo total a Sylvain Tesson, que escribe como los dioses. Los demás, a la cola del pot-à-feu de cajita ultra comunista. 

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