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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

La naturalidad democrática

19 de mayo de 2023

Borja Sémper, quién si no, acabó ayer con la intriga que aun pudieran mantener algunos sobre la posición del PP respecto a Bildu. Lo que se le oye a Ayuso y su ejército de pelotas, es, como diría Gil, puro chau chau electoral, impostación de populismo.

La realidad la dijo Borja Sémper: «Nosotros defendemos la legalidad y, por tanto, aceptamos con naturalidad democrática que Bildu esté en las instituciones». Don Borja vino aquí a aportar algo importantísimo: la naturalidad democrática, y al hacerlo nos reveló la gran función de su partido: naturalizar.

El PP viene en este caso a normalizar, a dar carta de naturaleza, a asumir que los etarras estén en las instituciones. Al hacerlo dan conformidad, retiran la discordia, insuflan un aire de necesaria respetabilidad al asunto.

Naturalizar es hacer natural, es también dar al extranjero derechos nuevos, o introducir en un país como propias las cosas de fuera. Pues a eso es exactamente a lo que se dedican: institucionalizar etarras, normalizar las aberraciones legislativas, naturalizar toda la inmigración que las élites pretendan y aceptar como propias todas las imposiciones de fuera (2030). El PP, por boca de Sémper (el clave siempre bien temperado), se muestra dispuesto a colaborar. Si hay que naturalizar, que cuenten con ellos.

Así vemos que la función de este partido no es sólo el seguidismo o la herencia; también una segunda fase más compleja que exige algo así como un refrendo. Cuando el PSOE proyecta sus cosas, el PP no sólo las acepta sino que al aceptarlas hace una importantísima labor de normalización. Si alguien en la calle comete un acto extraño y los que están al lado no se inmutan, el acto ya parece menos raro. Pues el PP es ese sujeto encargado de no escandalizarse, de no objetar, de no llevarse las manos a la cabeza dando carta de naturaleza, es decir, naturalizando. Las cosas no son sólo así, de esta nueva manera, sino que ser así será la cosa propia de ellas…

El que realiza o ejecuta el acto raro y revolucionario se lleva siempre la fama, pero ¿qué decimos de los que colaboran a su naturalización? ¿No son más importantes? Así, el PP extiende en las cosas la valiosísima condición de ser absolutamente normales. Cualquier ‘avance’ del PSOE se ‘naturaliza’ cuando le llega al PP. El PP lo españoliza, lo populariza, lo desproblematiza… No es Partido Popular por nada, es por ser Partido Naturalizador.

Al hacerlo, el PP libra un acto definitivo en cualquier batalla cultural: la difusión silenciosa; dar a cualquier avance o novedad legal progresista un rasgo de naturalidad, una normalización sencilla. Es la mágica capacidad para hacer de lo escandaloso costumbre.

El PP es el partido que decide que, en un determinado momento, lo foráneo o lo artificioso o lo engendrado sean sencillamente lo nuestro y naturalmente nuestro. Son los que deciden, en un momento democráticamente significativo , que al vecino nuevo y excéntrico ya se le puede mirar como a uno más.

Nótese que el primer paso en la naturalización de cualquier cosa es que cese el señalamiento de la novedad o la exclamación ante ella, razón por la que la moderación resulta fundamental.

En resumen, la naturalización es como un sacramento político que administra el PP, algo así como el segundo paso en el proceso político. Su función es fundamental, y no menos importante que la del PSOE. Don Borja nos la revelado en declaración ya histórica: ante cualquier cosa que venga de la izquierda o del exterior, el PP será el que espolvoree por encima la ‘naturalidad democrática’, los polvillos del olvido y la aceptación.

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