«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Historiador de formación y periodista de profesión, todo un clásico del intrusismo que engrandece a este oficio. Primera autoridad nacional en perroflautología, es autor de ocho libros: tres biografías, cuatro ensayos sobre historia de España y una enciclopedia, perdón, enziklopedia que reúne todo el saber perrofláutico acumulado en la primera generación Logse. Tras un esfuerzo intelectual semejante sólo le han quedado ganas de conducir Negocios.com a buen puerto.
Historiador de formación y periodista de profesión, todo un clásico del intrusismo que engrandece a este oficio. Primera autoridad nacional en perroflautología, es autor de ocho libros: tres biografías, cuatro ensayos sobre historia de España y una enciclopedia, perdón, enziklopedia que reúne todo el saber perrofláutico acumulado en la primera generación Logse. Tras un esfuerzo intelectual semejante sólo le han quedado ganas de conducir Negocios.com a buen puerto.

Liquidación por Cayenne

3 de septiembre de 2013

Leía ayer que España importa petróleo pero exporta carburante. Saberlo es reconfortante, especialmente para los refinadores de crudo, que así aportan valor a la materia prima que previamente han importado. No siempre ha sido así, en los tiempos de pisito en Sanchinarro y Porsche Cayenne en el garaje las refinerías nacionales no daban abasto y era necesario importar gasolina y gasóleo, que los Cayennes malditos son muy pintureros pero consumen como diablos. Conforme los haigas han ido retirándose de nuestras calles, las refinerías, que siguen refinando la misma cantidad, ven que tienen remanente para dar y tomar. De ahí lo del superávit y las exportaciones históricas.El caso de la gasolina tal vez parezca anecdótico, pero refleja con fidelidad cuál es el estado de la economía nacional y por el camino por el que habrá de discurrir si alguna vez quiere salir del marasmo. Los de la industria petrolera han optado por producir lo mismo dando salida exterior a una parte creciente de la producción. No han sido los únicos. Algo similar sucede en la industria automovilística, en la alimentaria y, en general, en prácticamente todos los sectores que fabrican bienes muebles. Los pisos, por desgracia, son inmuebles y no se pueden sacar de Sanchinarro. Las empresas se han hecho, en definitiva, más eficientes y eso a la larga deja buenos frutos. Quizá ahora no podamos comprarnos a crédito un Porsche Cayenne –que, quitando políticos y barandas de los sindicatos, no podemos–, pero a cambio fabricamos cosas que el resto del mundo desea.Llegados a este punto muchos dirán por qué, si estamos haciéndolo tan bien, no se termina de salir de la crisis. Básicamente porque bien, lo que se dice bien, sólo lo hacen las empresas privadas… y no todas, sólo las que no viven del contratazo público, la prebenda y el BOE. En España aún quedan un montón de empresas públicas y casi tres millones de funcionarios, auténticos carpantas del presupuesto que dan poco pero cuestan mucho. El coste de ese lujito son los seis millones de parados que tienen francamente difícil encontrar un empleo y la sensación de liquidación por derribo que se vive a lo largo y ancho de todo el país.No hay más que darse un paseo por Madrid para comprobar que la ciudad se ha transformado en una suerte de mercado persa donde todo está a la venta. Para comprar un coche, por ejemplo, no hay que ir al concesionario, sino mirar los parabrisas de los de alta gama y recoger las ubicuas octavillas de “compramos coches” con su número de teléfono debajo y el recordatorio obligado de “tenemos todas las marcas y modelos”. Más de uno se ha hecho con un Cayenne sanchinarrero por cuatro perras. Así con todo. Donde antes había flamantes agencias inmobiliarias hoy proliferan las casas de empeño. Claro, que nadie dice que va a empeñar nada, los empeñaores prefieren utilizar la fórmula “bajo un momento al Cash Converters” sin precisar más detalles. Ya se sabe, españoles todos, Quijotes hasta el final.

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