«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.

Listas

14 de mayo de 2023

Un puesto en la lista electoral es uno de los premios más cotizados que puede otorgar un partido. Es un contrato de cuatro años y un mensaje a los votantes. Se elige a los afortunados por la labor que han realizado en la organización, por su capacidad para movilizar el voto. Que Bildu haya premiado a cuarenta y cuatro etarras —siete de ellos con asesinatos a sus espaldas— no debe sorprendernos. Un partido que tiene como líder supremo a un secuestrador que obligaba a su reo a jugar a la ruleta rusa es eso, basura.

Mandan un mensaje a sus votantes, si. Aquí estamos. Esto somos. Y sabemos que os gusta. Hay que tener unos valores morales muy desviados  para votar a esa basura. Doscientos cincuenta mil vascos y más de cincuenta mil navarros están en eso. En 1999, en Cataluña, tras hipercor o Vic, dieciocho mil dementes votaron HB. Era un aviso de lo que venía.

Las declaraciones del gobierno y sus socios al respecto son de risa. ERC lo respeta. Sin novedad. También respetaba a gentuza como Martinez Vendrell, o como Sastre, condenado a treinta años por la audiencia nacional tras hacer explotar una bomba que colocó en el pecho del industrial Álvaro Bultó. Sastre ha sido recibido como un héroe en el parlamento catalán. «Siéntase como en casa», le decía uno de Junts que presidía la comisión. «Hola, jefe», le saludaba uno de la CUP. Jefe. Qué ganas de vomitar.

Irene Montero declara que respeta a un partido que elige sus listas por los procedimientos que considera oportunos. No entra al meollo. Lo evita porque no quiere decir a las claras y en periodo electoral lo que su marido —hijo de un terrorista— ha repetido elogiando a los etarras.

A Patxi no le gusta nada. Vaya por Dios. Con qué dureza se expresa. Ya dijo que era preferible pactar con Bildu que con un Pp «sin sentido de estado». Ahí está todo, así que no vamos a sorprendernos a estas alturas.

La presidenta de La Rioja, socialista ella, ve populismo en decir que hay asesinos en las listas de Bildu. Chivite, presidenta de Navarra y socialista también, usa una expresión muy manida estos días: «Pasar de la violencia para imponer tus ideas a la palabra es un éxito de la democracia». Cómo vienen ellas. Indistinguibles de los maromos de izquierdas. Para que luego hablen de políticas feministas «con el corazón en el centro». Corazón tan negro.

Es un argumento genial. Imaginen un «ya no mata mujeres», «ya no las viola», «no ha vuelto a abusar de menores». Como si un asesino dejara de serlo tras cumplir su pena. Ex asesinos. Más éxitos para la democracia.

Una novedad esta semana. Dos etarras arrepentidos declaran contra la cúpula de la organización terrorista a la que implican en varias causas, entre ellas los asesinatos de Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez. Es sorprendentemente inusual. ¿A que no encuentran sitio en las listas de Bildu? A estos sí habría que premiarlos. Es lo que se pide desde los colectivos de víctimas: colaboración para los trescientos setenta y nueve asesinatos sin resolver. Ninguno de los etarras que se presentan en las listas de Bildu ha pedido perdón, se ha arrepentido o colaboró con la justicia.

La cuestión no es si debe sorprendernos que Bildu acoja en las listas a esos asesinos a los que homenajea en cuanto salen de la cárcel. Lleva años haciéndolo. Bajo esa marca, la batasuna o cualquier otra. Ya vimos etarras en el parlamento Vasco. Josu Ternera es un ejemplo. Llegaron a colocarlo en la comisión de derechos humanos. ¿Lo imaginan? A un carnicero como ese. Dos de los asesinos con los que cuenta ahora Bildu en sus listas se presentan en los pueblos donde mataron a sus víctimas.

La cuestión es con qué naturalidad el bloque de la izquierda y la derecha anti española —recoge nueces y tres per cent— ha naturalizado trabajar junto a estos miserables, blanquearlos… y la cantidad de españoles que les premian por ello.

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