«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los rojos gritan pero bajito

29 de octubre de 2013

Son las diez de la mañana del martes 29 de octubre y todavía no ha comenzado la Revolución de Asturias… o la toma de la Bastilla, o la del Palacio de Invierno… Llevamos seis millones de desempleados, y 1,8 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro… pero no se ven ni barricadas, ni coches ardiendo, ni flamear de banderas rojas, ni descamisados esgrimiendo picos, palas y azadones bajo el balcón de la Moncloa.

Es increíble que ciertos banqueros digan que llueve dinero sobre España, con la misma alegría con la que Juan Luis Guerra pedía que llueva café en el campo, y la izquierda permanezca missing, sin provocar una catarsis de sangre y fuego, de las de toda la vida.

¿Qué se hizo de la famélica legión, los parias de la tierra y esa bizarra letanía, ahora que es cuando más falta hacen? ¿No les sorprende el obstinado silencio, el inexplicable mutismo de quienes tantos argumentos tendrían para hacer la revolución, o por lo menos la oposición al Gobierno, y se contentan con hacer la ola?

La anemia interna de un PSOE desacreditado y –casi– descabezado explica parte de esa pasividad, pero no lo explica todo. Hay otro factor menos visible y más sibilino de quienes, todavía en la UCI política, hacen de la necesidad virtud. ¿Para qué quemarse tontamente cuando el que está bregando con la mayor crisis desde el crack del 29 es Mariano Rajoy? No hay prisa por dejar la convalecencia en el pabellón de reposo de las encuestas del CIS… dejemos que los populares carguen con la impopular tarea de sacar a España del agujero y luego vayamos a mesa puesta y dediquémonos a lo nuestro: ingeniería social. Tal cual es lo que ocurrió en el 96, Aznar se comportó como la hormiga, y su sucesor, Zapatero como la cigarra despilfarrando su legado.

El guión es viejo. La derecha baila con la más fea, y la izquierda vive de las rentas deshaciendo lo que trabajosamente ha reconstruido la primera. Nada nuevo bajo el sol desde 1977. El pacto de Régimen, sellado al comienzo de la Transición, la famosa pinza Monarquía-izquierda para gobernar, dejando a la derecha como actor secundario. Fue el peaje pagado por el Rey para hacerse perdonar el pecado original de su designación por Franco. En el reparto de papeles, el PSOE se dedica a transformar España, y el PP a enderezar sus entuertos económicos. Con la brutal dieta de adelgazamiento a la que somete ahora a España, el PP se quemará y nos quemará. Y cuando pase esto y le haya hecho el trabajo sucio al Partido Socialista, éste volverá, con o sin UPyD. Eso explica que las banderas rojas estén arriadas, que la huelga universitaria y otras algaradas sean un picnic de congregantes marianos –comparados con mayo del 69–, y que UGT y CC OO protesten pero bajito… y desde las mariscadas.

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