«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

BiografĆ­a

Maura y la EspaƱa de hoy

12 de abril de 2017

Antonio Maura me parece una de las grandes cabezas políticas de nuestro siglo XX. Una de las grandes aportaciones de Antonio Maura, después del desastre español de 1898, es su crítica a la clase política nacida de la Restauración.

El polƭtico reformista, se quejaba del egoƭsmo de una clase polƭtica deplorable, de su pasotismo y su falta de vigor reformista ante los males que aquejaban a la patria, esos defectos evidenciaban una absoluta irresponsabilidad en el afƔn de mantener tal cual un sistema que se desmoronaba, produciendo un pasotismo en la mayorƭa de la sociedad que daba alas a los radicales revolucionarios.

Maura señalaba como uno de los grandes males de España, lo que el llamaba la clase neutra. La clase neutra era la gran parte de la sociedad española que se desentendía de la política, de los males de la nación, cuyo único afÔn era quedarse en una posición no destacable, sin implicación socio-política alguna, o en la medida de lo posible únicamente actuar, en su caso, para aprovecharse de un sistema en decadencia conscientes de no quererlo cambiar. Se puede resumir en una aptitud conservadora en la acción y egoísta en las formas.

La clase neutra era, y es, aquella que siempre dice «esto no tiene solución», y ante esa posición Maura consideraba que la única posibilidad de agitar esas almas eran las políticas reformistas vigorosas e ilusionantes.

AsĆ­ se expresaba Maura:

«Uno de los primeros y mÔs importantes orígenes del mal que aqueja a la patria consiste en el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo. Lo que digo es que no se ha hecho un ensayo para llamarlos con obras, que es el único lenguaje a que ellos pueden responder; llamarlos con obras vibrantes, para despertarlos y conmoverlos, para arrancarlos de su inacción y de su egoísmo».

Maura, comentando la Huelga General revolucionaria en Barcelona de 1902, expresaba que «…EspaƱa entera necesita una revolución en el Gobierno y que, si no se hace desde el Gobierno, un trastorno formidable la harĆ”; porque yo llamo revolución a eso, a las reformas hechas por el Gobierno radicalmente, rĆ”pidamente, brutalmente; tan brutalmente que baste para que los que estĆ©n distraĆ­dos se enteren, para que nadie pueda ser indiferente y tengan que pelear hasta aquellos mismos que asisten con resolución de permanecer alejados…Ā».

En relación a los polĆ­ticos que expresaban la prudencia y las polĆ­ticas mansas decĆ­a Ā«se nos hablaba tambiĆ©n de la prudencia, que es, en efecto, grande y excelsa virtud, pero cuyo manto usurpa a veces la pusilanimidad para sus tratos incestuosos con el egoĆ­smo; se nos hablaba de que la debilidad del Poder no consiente ciertas empresas, y yo respondĆ­a que en el gobernar la acción da la fuerza, la quietud es la debilidad y la decadencia; que cuantas mĆ”s dificultades se acometan, teniendo razón, se tiene mĆ”s fuerza, y que otra cosa no era gobernar, sino estar en el Gobierno, como decĆ­a un ilustre estadista…».

Ante la anterior aptitud polĆ­tica de la prudencia, Maura decĆ­a que, pensando asĆ­, nunca serĆ­a el momento idóneo para hacer la reforma vigorosa y brutal que necesitaba EspaƱa y queĀ finalmente la harĆ­an los mĆ”s radicales: Ā«(Con esa aptitud) Nunca habrĆ­a sido fĆ”cil la revolución desde el Gobierno, nunca habrĆ­a sido recomendable, si hubiera podido dividirse la facultad y esparcirse la obra en el curso del tiempo; pero cada dĆ­a que pasa, desde 1898, es mucho mĆ”s escabrosa, mucho mĆ”s difĆ­cil, y el Ć©xito feliz mucho mĆ”s incierto; y no estĆ” lejano el dĆ­a en que ya no quede ni ese remedio…Ā».

La situación actual de España

Es evidente que estamos ante un cambio de ciclo y como dijo en su tiempo Antonio Maura, si no se impulsan políticas vigorosas e ilusionantes, y reformas en profundidad desde nuestra realidad institucional no sabemos cómo puede acabar nuestra España Constitucional.

Después de que Antonio Maura se retirara de la política, fracasando en sus intenciones de reforma profunda del Sistema, tuvimos una dictadura, una republica caótica que fracasó, un levantamiento militar, una guerra civil y una dictadura. Los trastornos formidables de los que hablaba Maura se hicieron realidad.

Hoy en el siglo XXI es difícil que se reprodujeran desastres similares, no obstante es necesario recordar que la política con mayúsculas no es solo una cuestión de retorica huera sino debe ser una realidad palpable donde la improvisación, el apaño cortoplacista, la chapuza y el egoísmo no deberían tener lugar.

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