«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.

Óscar Maguila

24 de marzo de 2024

Soy un asiduo del AVE. Desde hace años. Y he sufrido la decadencia de un servicio que, como cualquier monopolio, acababa por olvidarse del cliente. La puntualidad caía, la atención empeoraba y la web era prehistórica. Acogí con alegría la llegada de la competencia, como pasó con telefónica años a. Estaba harto de pagar precios carísimos y sufrir un declive sin remedio. Justo antes de que llegaran OUIGO e Irio, Renfe bajó los precios. ¡A buenas horas! Y cuando esas dos líneas desembarcaron, tirando al suelo el coste de los viajes, me llevé un alivio. Todos lo hicimos. Bueno, todos no. Esta semana hemos sabido que el ministro de Transportes y faltas, el gorila del Gobierno de Sánchez, el mamporrero del espalda plateada de su jefe, está a disgusto. Y no sólo eso, sino que les amenaza por las redes sociales. Quizá una vida de coche oficial y los billetes gratuitos que otorga el Congreso influyan en su valoración de la competencia.

Puente, todo un ministro, tiene la sana costumbre de amenazar, insultar o bloquear en redes. A mí me llamó «mierda», entre otras cosas. Demuestra que todo es susceptible de empeorar. Tras Zapatero llegó Sánchez. Y Puente deja a Ábalos a la altura de un estadista. A Óscar se le pilló cuando salía de la ciudad de la que era alcalde en un coche de alta gama prestado por una empresa adjudicataria de su ayuntamiento. Con un par, y una moza desconocida. También le vimos en un yate. Con otro par. De mozas, digo. Vamos, que lo del transporte público como que no le va. En un país normal, un sujeto así no duraría en política. Pero ya no estamos en un país normal. Y a Sánchez le vale todo. Incluso desechos de tienta y casquería como este impresentable. Puente es la demostración de que la evolución del sapiens no es lineal. Hay tropezones. Retrocesos.

En pocos días hemos visto a Marisú Montero amenazar desde el escaño, a Puente hacer lo propio con empresas internacionales que invierten en España y a Sánchez haciendo gestitos a Feijoo anunciando que vienen «más cosas»… Es impresionante la degradación.

Puente decía que tiene derecho a creer en la culpabilidad del novio de Ayuso. Yo tengo derecho a un ministro que tenga claro lo que puede o no salir de su bocaza. Sánchez, que no le va a la zaga, suelta que «hay gente que miente y gente que tratamos de hacer de la verdad nuestra forma de hacer política». Y no se le cae la cara de vergüenza. Nauseabundo. Puente, el mafioso de pacotilla, amenazaba a OUIGO con una subida del canon que la empresa paga a Adif. Puente y Adif son los responsables de que cuando uno llega a Chamartín parece que se baje en Burundi. Él, todo un ministro, llamó a la pareja de Ayuso «testaferro con derecho a roce» y «The Ojete» o «contenedor de porquería» a un medio digital, The Objetive, que sacó varios de los chanchullos de su gobierno. Lo hacía para meterse también con Savater. Pero Puente no le llega ni al zurullo que pueda pisar una suela del zapato de Fernando. Y es tan torpe que, defendiendo a su hermana, destapa un caso de revelación de secretos. ¿Hay algo en lo que esté Puente y no sea turbio?

En un país decente, todo el ecosistema mediático daría la espalda a un zoquete como Puente. Pero Óscar tiene presupuesto. Y en España, la prensa del Parlamento le otorgó dos premios. Resultó ser la revelación del año y el azote de la oposición. Le habían nominado tres veces.

.
Fondo newsletter