No quiero ni pensar en la RepĆŗblica Catalana independiente y quĆ© clase de pandemónium serĆa, basada en el criterio de autodeterminación y la desobediencia jerĆ”rquica. Pero eso es cosa de Artur Mas. Lo que tenemos hoy sobre la mesa de autopsias es la desobediencia āpor unanimidad ā de los fiscales de CataluƱa (que son nueve) a la orden de su jefe jerĆ”rquico, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce. El desacuerdo, o la ruptura con los fiscales catalanes no se ha producido por diferencias de criterio sobre decisiones ordinarias de la Justicia, sino en un caso polĆtico: la desobediencia de Mas en el 9-N al Constitucional y al Gobierno.
La ruptura deberĆa llevarse por delante al actual Fiscal Jefe de CataluƱa, JosĆ© MarĆa Romero de Tejada, como antes ocurrió con el fiscal MartĆn RodrĆguez Sol, que tuvo que presentar la dimisión a Torres-Dulce Ā por sus opiniones polĆticas exhibidas en el ejercicio de su cargo. Por segunda vez, la dislocada FiscalĆa de CataluƱa produce problemas al Estado: cruje, o āgriƱolaā, segĆŗn el idioma. Los fiscales catalanes no aprecian delito alguno en la actuación de los convergentes que mandan en la Generalitat respecto a la āconsulta-referendilloā del 9-N. Los fiscales destinados en Madrid, en cambio, si aprecian cuatro delitos en la actuación de Mas, Joana Ortega y la consejera que prestó las escuelas pĆŗblicas al pseudo-referĆ©ndum.
¿Cómo es posible? Pues porque los fiscales catalanes no tienen vocación de mÔrtires y prefieren la ruptura con el amable Torres-Dulce a un enfrentamiento con la dictadura de guante de seda de Mas. ¿Es que no lo entienden? El proceso de abducción y el miedo a enfrentarse con el mono-pensamiento secesionista, no solo afectan a los ciudadanos, sino a los funcionarios, incluso a los altos funcionarios del Estado.  Especialmente a ellos y es que CiU lleva 30 años decidiendo de veras quien es el representante del estado, sea fiscal; o delegado de Hacienda; o director del Aeropuerto de El Prat, o Jefe de la Agencia Efe, o de RTVE, incluso Delegado del Gobierno.
El bipartidismo espaƱol (PP-PSOE) entregó el Estado a los nacionalistas de Pujol y luego de Mas hace 30 aƱos. El mecanismo de decisión de esos y muchos otros cargos del estado en CataluƱa era someter una terna a los nacionalistas quienes Ā –como el CĆ©sar- pulgar abajo se cargaban a los menos afines, de forma inexorable. La consecuencia de ese ejercicio es que los defensores del Estado en CataluƱa tienen mĆ”s sentido de dependencia de los del pulgar que del BOE que les nombra oficialmente. El poder lo han tenido Miquel Roca (antes) o Duran Lleida y Mas, en estos dĆas.
Advierto que cuando Torres-Dulce se decida a meter la querella en el Tribunal Superior de Justicia de CataluƱa (TSJC), donde CiU lleva aƱos incorporando magistrados agradecidos, afines, o simplemente temerosos de la āhostilidad previsibleā. Los āhijosā de aquellos magistrados que consideraron āexonerableā de la crisis de Banca Catalana a su interprete mayor: antes Honorable Jordi Pujol i Soley. Es lo que hay.
Es āamenaza silenciosaā que sufren algunos en CataluƱa por disentir del poder nacionalista. Especialmente cuando arremeten contra sus hombres sĆmbolo [recuerden las campaƱas contra Mena y Villarejo por el caso Catalana, con manifestaciones incluidas]. El mismo de los Ā āactos de oprobioā del castrismo cubano pero a la catalĆ”n. Dos ejemplos: la bala que recibió Albert Rivera, por hacer polĆtica contraria a la secesión; Ā o el simulacro de fusilamiento de un edil del PP en Cardedeu. Asuntos que los medios de comunicación catalanes pasaron por alto y que no merecieron el interĆ©s del Gobierno de Rajoy AsĆ las cosas, ĀæSe les puede exigir a los fiscales un comportamiento heroico? ĀæEso entra en el sueldo?
Es obvio que una querella contra Mas y su Gobierno no puede ser juzgada en CataluƱa. La bonhomĆa de Torres-Dulce ha hecho perder mucho tiempo, una semana y media, ahora tendrĆ” que resolver dos problemas: la querella y la propia āFiscalĆa Superior de Catalunyaā Ā que es como se autodenomina.