«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
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Pianos de Guerra

21 de agosto de 2021

Durante la Segunda Guerra Mundial el gobierno americano procuró que sus tropas desplazadas dispusieran de pianos para que los soldados disfrutaran de ratos de diversión en los que evadirse de los horrores de la guerra. Se trataba de que mantuvieran la moral alta para poder seguir luchando. Llegado el momento en que materiales básicos como el hierro, el latón o el cobre empezaron a escasear, estos tuvieron que ser destinados a la industria armamentística de forma exclusiva. Por esta razón, el gobierno decidió que no se enviaran más instrumentos a las zonas de guerra a pesar de conocer su importancia para el estado de ánimo de los combatientes. 

Contrasta este espíritu combativo con la inanidad de los tiempos que vivimos, con la falta de inteligencia y con ese buenismo estúpido que encubre la ceguera y la cobardía que caracteriza a la Europa actual

Así surgió el proyecto de la compañía Steinway & Sons, que fabricó un piano especial llamado «Victory Vertical” con materiales ligeros y fáciles de trasladar. Este modelo se podía lanzar incluso en paracaídas en los lugares más lejanos. Se conocieron como los pianos de la guerra, una guerra necesaria para que Europa y medio mundo no cayera en manos de Hitler. 

Contrasta este espíritu combativo con la inanidad de los tiempos que vivimos, con la falta de inteligencia y con ese buenismo estúpido que encubre la ceguera y la cobardía que caracteriza a la Europa actual. La salida de las tropas occidentales de ese estado imposible que es Afganistán ha dejado una foto tristísima de nosotros mismos. Triste, vergonzosa y muy preocupante. Los del no a la guerra están que no saben si buscar criada o ponerse a servir. Ni que decir tiene que si hubiera sido por ellos ahora hablaríamos todos alemán. 

Occidente no ha perdido, se ha rendido. Se ha cansado de luchar. Hemos olvidado el valor de la resistencia

A Pedro Sánchez no se le conocerá con el apodo de María Prisas. No es diligente ni para huir. No es su trasero el que corre peligro. Decenas de españoles y sus colaboradores afganos esperan a ser rescatados del horror y este ser, incapaz hasta de vestirse en condiciones, manda los aviones tarde y mal. Los españoles desplazados a esa zona llegan a cuentagotas. Como siempre, a Sánchez todo le da igual. Es verdad que todos los países han llegado tarde, pero España ha sido la última. Igual que con la pandemia. 

102 víctimas españolas hemos dejado en Afganistán, igual que dejamos 850 muertos a manos de ETA, para al final ceder todo el camino andado. Occidente no ha perdido, se ha rendido. Se ha cansado de luchar. Hemos olvidado el valor de la resistencia. Quien resiste, gana, y aquí los únicos que han resistido -ETA y los talibán- son los malos. 

Borrell -ese tipo soberbio que llamaba turbas a los que pedíamos cárcel para Puigdemont un 8 de octubre en Barcelona- salió manso y sumiso para reconocer de hecho al gobierno talibán en un acto de terrible sinceridad, quizá el único que le conocemos: “los talibanes han ganado, tendremos que tratar con ellos. Es la derrota de Occidente”. La claudicación ante la maldad y el terror. Los propios talibán no se creen que esto haya sido tan sencillo.

Esperamos ansiosos el plan de reeducación para los talibán del Ministerio de Igualdad (…). A nada que se dialogue con ellos, permitirán las chochocharlas que empoderen a la mujer afgana

Pero el colmo de la idiotez que representa el sentir de los nuevos tiempos, lo protagonizó -cómo no- la ministra de Igualdad: “Las mujeres afganas llevan décadas viendo sus derechos fundamentales vulnerados, una violación de Derechos Humanos que ahora se ve duramente agravada. Ninguna intervención militar ha servido para evitarlo…” Cuánta ignorancia, qué infantilismo nos gobierna. Montero lo desconoce todo. Para ella, suponiendo que sepa lo que pasó allí, Normandía no sirvió para nada. En estos veinte años las mujeres afganas han podido trabajar, formarse y acercarse algo la vida, cosa imposible para ellas a partir de ahora. Es comprensible que estos conceptos -formación y trabajo- no le suenen a la ex del exvicepresidente. Esperamos ansiosos el plan de reeducación para los talibán del Ministerio de Igualdad en coordinación con el de Asuntos Exteriores que supongo que continuará con la política exterior feminista que puso en marcha la inolvidable, a nuestro pesar, González-Laya. Los talibán, a nada que se dialogue con ellos, permitirán las chochocharlas que empoderen a la mujer afgana.

Pero no se preocupen, la pacífica, progre y muy feminista Europa, cuando se produzca el siguiente atentado islamista en cualquier ciudad del continente -que llegará-, sacará el piano a la calle y cientos de sentidos europeos llenarán todo de velas y cantarán con sus manos entrelazadas el Imagine, deseando muy fuerte que el mal desaparezca del mundo. 

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