«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Psicopatía

18 de abril de 2021

La psicopatía es una enfermedad mental. Y el psicópata un enfermo de la chochola, al que hay que tratar para procurar su retorno, o su acercamiento a la aparente normalidad. La conducta social del psicópata se halla patológicamente alterada. La convivencia con un alterado patológicamente es un tostón para su familia y su entorno más cercano. Pero no un problema nacional. En España, la psicopatía es un grave problema nacional por motivos obvios. Nos levantamos cada mañana preparados para tragar cualquier barbaridad, indecencia o ridiculez. Sucede que poco a poco nos hemos ido acostumbrando, y ya no nos sorprende. El psicópata carece de sentimientos, es altanero y soberbio, no conoce el arrepentimiento, y por mantenerse en el poder es capaz de culminar la más insuperable villanía. Gobernar en España con los que quieren destrozar España y con los herederos del terrorismo etarra supera cualquier villanía.

La Historia se cambia y la Nación desaparece, mientras la psicopatía del ser supremo le proporcione más poder aún

El psicópata es un mentiroso compulsivo. Lo cierto es que su compulsión es discrecional, en la mentira, en los gestos, en las decisiones, en los pactos, en los negocios y en lo que sea menester. Si es falso, es un falso compulsivo, y si además es hortera, es un hortera a reacción, con turbo-hélice. Cuando un psicópata se deja aconsejar cariñosamente por una mujer sencilla o un amigo sensato, la curación no está asegurada, pero su psicopatía puede reducirse ampliando el espacio de la duda. El psicópata no duda. Y en España el entorno más próximo al psicópata le anima a desarrollar su anormalidad social, porque le ha ido bien hasta el momento. 

En una familia tan larga como la mía, también hubo algún psicópata. Uno de ellos, anciano tío, se admiraba tanto, se quería tanto y se consideraba tanto, que en la galería de retratos de sus antepasados, algunos de ellos firmados por maestros de la pintura, ordenó a un buen retratista que borrara los rostros de sus ancestros y los sustituyera por el suyo. De tal modo, que él era el Conde de los Meandros del Duero del siglo XVII, XVIII, XIX y XX, en cuya centuria falleció. Su hijo y heredero, borró el rostro de su padre de todos los retratos, puso el suyo, y cuando recibía invitados y mostraba la galería comentaba con forzada modestia. —Lo cierto es que me parezco a todos mis antepasados, no como los Alba o los Medinaceli, que no tienen nada que ver el uno con el otro y el anterior con el posterior—.

Su mayor alteración es la de terminar confundiendo, sin esfuerzo alguno, la verdad con la mentira

Como el psicópata no distingue el bien del mal de los demás, su objetivo en la vida es buscar afanosamente su bien personal a costa del mal del resto de los mortales. Y no se deja influir por los sentimientos, porque no los tiene. Lo mismo eleva a un imbécil o una analfabeta a las cumbres del poder, que los empuja al abismo cuando la imbecilidad y el analfabetismo, a su modo de entender las cosas, están amortizados. En tal caso, sustituye al imbécil por otro imbécil, y a la analfabeta por una burra de más empaque, y se queda tan fresco. Un psicópata con poder es un sembrador de cadáveres políticos y deslealtades permanentes. Pero su mayor alteración es la de terminar confundiendo, sin esfuerzo alguno, la verdad con la mentira, cuando a la primera la mantiene encarcelada en su mente enferma. 

Una nación con mayoría ignorante, analfabeta y torpe, significa la delicia para el psicópata. Y a ello vamos. Las patadas contra la Educación, la Justicia, la Libertad, el Respeto y la Honestidad a las que nos tiene acostumbrados y anestesiados este Gobierno, terminarán rompiendo no sólo mil años de Historia común asombrosa, sino la posibilidad de un quiebro que evite nuestra desaparición como Nación. La Historia se cambia y la Nación desaparece, mientras la psicopatía del ser supremo le proporcione más poder aún. Y la verdad, es que al cabo de tantas palabras y renglones, todavía no alcanzo a intuir a quién y quienes me he referido en este texto. Cosas de la edad.

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