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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La razones de Podemos

27 de enero de 2016

Las revoluciones se alimentan de verdades, lo sentenció la pasada semana el director de La Gaceta, Kiko Méndez Monasterio, en El Gato al Agua de Intereconomía televisión. Se debatía analizando lo que sucedía y podría suceder en España. La oportuna frase me ha dado que pensar… No se está comprendiendo bien, en ciertos ambientes, a qué se debe la presencia de tantos diputados comunistas en nuestras Cortes. Por si fuera poco, las críticas que se hacen a Podemos, desde esos ambientes, acaban por resultar ventajosas a los chavistas.

Me explico: que critiquen a Podemos Camps de los trajes  -decía que la extrema izquierda tiene éxito porque llega un momento en que se aburre de la democracia-, o Villalobos del caldo –que hablaba de piojos-, es una ventaja para los chavistas. Si además lo hacen con frivolidad y sin argumentos sólidos, mejor para Pablo Iglesias. Continuamente intentan dañar a Podemos señalando su relación con el mundo etarra y separatista, como si gran parte de la izquierda, incluso una parte de la moderada, no hubiera sido siempre demasiado comprensiva con el nacionalismo y con la ETA desde la Transición. Más aún: se intenta atacar a Podemos sacando ahora –precisamente ahora- informaciones sobre su financiación ilegal, como si el resto de partidos del régimen no apestaran a corrupción. Y esta misma semana hemos conocido un nuevo escándalo alrededor de la poderosa vicepresidenta del Gobierno…

El bajo nivel de los analistas y de los políticos, que suman a su desconocimiento sobre lo que se escucha en las calles de España, les impide comprender y argumentar contra el neocomunismo, que no ha dejado de crecer gracias a un peligroso juego que buscaba dividir a la izquierda para volver a ganar las elecciones… ¿De qué si no tanta presencia en unas cadenas de televisión favorecidas directamente por el Gobierno de Rajoy?

Observemos, para entendernos mejor, ciertas críticas a Podemos: un solvente intelectual vasco, distinguido por analizar el racismo separatista, patinaba al declarar a un semanario católico que los de Pablo Iglesias son unos descerebrados sin relato; una periodista que tiene columna en el diario monárquico sostenía que Podemos es peligroso porque no cree en las reglas del juego del sistema y un vehemente locutor de radio les compraba con el Frente Nacional francés, por ser ambos antieuropeos… Analicemos estos tres puntos que sirven como ejemplo de los pobres argumentos que acaban por beneficiar a los chavistas:

¿Descerebrados sin relato?

Que el relato sea tramposo no quiere decir que no sea tal. No comparto ninguna simpatía intelectual por la estafa comunista, pero Podemos sí tiene un potente cuento contra este sistema podrido, contra cierto mundo empresarial corrupto que vive de una clase política corrupta y esa historia ha enganchado a muchos españoles indignados o desesperados, por más que niegue los hechos el mundo de la derecha que cree que basta con proteger lo suyo y cerrar los ojos para que todo vaya bien. Lean, por poner un ejemplo, los informes de Cáritas y comprueben cómo las están pasando muchos compatriotas…

No creen en las reglas del juego

Ni yo; y estoy en las antípodas de Podemos. El sistema del 78 está agotado y aguanta con estertores pidiendo legitimidad porque se ahoga en su propia corrupción. La mezcolanza de apaños oscuros de las élites para repartirse el poder, controlar la justicia, intervenir en nuestras vidas y hacerse con los principales negocios, ha acabado con la posibilidad de una democracia seria desde el mismo origen del régimen. De las concejalías a la Corona, la corrupción todo lo ha ensuciado, incluso manchando ya a los nuevos partidos. Es lamentable, pero es así. Es más, antes de que existiera Podemos, cualquiera que criticara nuestro defectuoso sistema institucional era automáticamente clasificado como extremista fascista franquista, aunque esas denuncias además de venir del mundo de la derecha con principios, provinieran también de intelectuales y periodistas independientes, liberales comprometidos y serios… No se puede pretender regenerar el sistema considerando que la Transición y sus resultados han sido ideales. Toca reformar en serio: postergar la regeneración democrática e institucional ha sido el caldo de cultivo de una indignación aprovechada por una ultraizquierda frívolamente favorecida por el poder.

Son antieuropeos

No; se oponen a la UE, que no es lo mismo. Nada es más europeo que el marxismo, fruto del racionalismo ateo moderno… Y no se oponen a la UE por las mismas razones que el Frente Nacional francés o la nueva derecha europea que defiende nuestras raíces cristianas, como es el caso de los gobiernos de Polonia y Hungría.  Porque hemos visto cómo en Bruselas callan respecto a la amenaza del islamismo –aliado de la ultraizquierda, por cierto- pero se reúnen para castigar a los gobiernos legítimos de Polonia y a Hungría por defenderse de las intromisiones de la UE. La UE reproduce a escala continental los defectos de la democracia española: falta de representatividad, corrupción y clientelismo… Y conviene recordar que muchos nos oponemos a esta UE de burócratas y corrupción porque defendemos nuestra libertad y nuestra identidad, principios lejanos de cualquier totalitarismo y más lejos aún del comunismo.

Por tanto, seamos serios. La frivolidad de los argumentos de partido que repiten muchos tertulianos en las televisiones –doy fe de que algunos se llevan los textos que les son entregados en la sede del partido al que representan– solo contribuyen a empobrecer el debate y a esconder las verdaderas razones por las cuales estamos como estamos. Podemos ha aparecido recientemente aprovechando medios y financiación extraordinarios, pero no por eso olvidaremos que hace ya muchos años había una crítica al sistema, racional y positiva, pues proponía soluciones adecuadas que resultarán siempre mejores para España que las nefastas consecuencias de una revolución comunista. A partir de estos matices, es necesario reenfocar los discursos de ciertos ámbitos políticos y mediáticos que aspiran a reconstruir un espacio para el patriotismo, la libertad y los principios de muchos españoles que hoy no tienen representación.

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