Soy consciente de que la fortaleza electoral de Podemos no se edifica sobre la solidez conceptual y la factibilidad de sus propuestas, sino sobre un caldo de cultivo emocional muy diferente que, queramos o no, guste o disguste, convierte a esas propuestas en un indiferente a la hora de emocionalmente decidir votar a esa formación. Ni siquiera las acusaciones de populismo, izquierdismo radical, marxismo, y otras de idéntico corte, al margen de que contengan mas o menos dosis de verdad, afectan a la intención de voto que no cesa de subir, impulsada, esto sí, por la diaria aparición de escándalos de todo tipo en los que se involucran, de un modo tan lacerante como vergonzoso, algunas partidas de la clase política que constituye el Sistema
Pero con todo y eso, al menos en la última Asamblea, parece que la formación quiere buscar un catálogo de propuestas que sean mas o menos asumibles y no se instalen en la pura y dura utopía o en la mas absoluta irrealidad por desconocimiento de como funciona el mundo. Y una de sus propuestas ha consistido en negar la primera posición de rechazo al pago de la deuda por otra mas sensata consistente en solicitar la reestructuración ordenada. Y en esto no se puede decir que sean locos, ignorantes o utópicos.
Acabo de leer un magnifico estudio del catedrático Antonio Torrero, titulado “España una recesión de balance”. Ese término fue acuñado por RC KOO para explicar lo sucedido, y lo que sigue ocurriendo, con la economía japonesa. El asunto es el siguiente: lo que explica lo que ocurre es el exceso de endeudamiento de las economías mundiales, singularmente la japonesa y de modo particular la española. El endeudamiento de familias y empresas ha alcanzado cotas tan excesivas que ha provocado esa llamada recesión de balance. “Entre 2001 y 2007 la deuda de las familias subió un 80% en EEUU, el 87% en Reino Unido, en España el 168%….El endeudamiento de las familias en relación a la renta disponible se sitúa para España en 2008 en el 130%, por encima de los países europeos”.
Por tanto, la clave es conseguir un descenso del endeudamiento porque lastra el crecimiento. Pero aquí viene lo malo: “La reducción del endeudamiento en el sector privado es un proceso inherentemente deflacionista difícil de detener. ..fuerza a empresas y familias a diferir su gasto ante la expectativa de precios en descenso lo que acentúa la tendencia. Las empresas recortan costes para proteger sus márgenes debilitando el empleo y la renta…”
Bien, entonces, ¿cómo se reduce el endeudamiento? Las propuestas son crecimiento económico, ajuste fiscal/austeridad, default o reestructuración, inflación por sorpresa y dosis continuada de represión financiera. Todas ellas tienes costes asociados y algunas como el crecimiento económico son técnicamente muy difíciles en un entorno en el que las familias y empresas quieren como prioridad reducir deuda y en eso emplean sus fondos. Por eso dice Reinhardt: “De esta forma de alto endeudamiento de la Primera Guerra Mundial y la deuda subsiguiente asociada a la Gran Depresión de los años 1930s se resolvió principalmente a través de default y reestructuración. Ni el crecimiento económico ni la inflación contribuyeron mucho·”.
Pregunta: ¿está España en recesión de balance? Respuesta de Torrero: “en España estamos sufriendo una recesión de balance”. ¿Podemos arreglar la situación con crecimiento económico combinado con Ajuste Fiscal Austeridad? Pues —dice Torrero— es la opción ideal, pero el problema es como puede producirse esa opción en un proceso de desapalancamiento que emite estímulos negativos” Y aquí viene entonces la posibilidad de un default o reestructuración de la deuda. Dice con razón Torrero que entramos en un terreno pantanoso La reestructuración de la deuda exigiría la comprensión y la tolerancia de la UE pero podría tener efectos impensados en el sistema financiero mundial. De acuerdo, pero…
Con esto quiero decir que la idea de Podemos de reestructuración de la deuda no es una simple boutade. Será mas o menos difícil, pero si de verdad surge la idea de la comprensión de que en España estamos en una recesión de balance, entonces se sita dentro de un debate que los principales economistas están manteniendo en la actualidad.