En la televisión estatal rusa, la presidente de RT, Margarita Simonova Simonian, ha declarado tan alegremente, que de todos modos vamos a morir y, que está muy en la psicología de su sanguinario (lo de sanguinario no lo dijo, si lo hubiera dicho no sólo no la habría condecorado como lo hizo Putin hace poco, sino que la hubiera envenenado como hace con los opositores) jefe Vladimir Putin lo de lanzar los cohetes nucleares. Que total, de cualquier modo, todos vamos a morir, ha reiterado, y que ellos morirán de forma gloriosa, y nosotros croando como ranas. Eso ha dicho una periodista, jefa de la televisión estatal de un país. Las amenazas se reiteraron días después, en otro programa, con otros periodistas presentes, que hicieron gala y hasta burlas de que ellos podrían desaparecer París en 200 segundos y Londres en 202.
Por otro lado, aquí tienen a Nina Jankowicz, acaba de ser nombrada responsable del «Ministerio de la Verdad» de la administración Biden, por el propio presidente. Cuéntenme después de ver este vídeo qué les parece la camarada investida con la tarea de imponer la mentira como verdad, tal como lo describió magistralmente George Orwell en su magna obra 1984.
¿En qué se diferencia Margarita Simonova Simonian de Nina Jankowicz? Pienso que en muy poco, el nivel de propósito, de locura y de hijoeputez es el mismo. Ninguna diferencia las determina como seres sensibles. Son dos responsables de la información y de la verdad en dos potencias mundiales, que se encargan de desinformar, entretener con mala fe, amenazar y mentir. Una en Rusia y otra en Estados Unidos. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Permitiendo que esa izquierda irracional, y que el comunismo: su partido, trepen y caminen por encima de nuestras ideas y de nuestro poder de decisión.
«¿Qué desastre arrebató la razón la razón a los hombres? ¿Qué látigo los azotó hasta caer de rodillas con vergüenza y sumisión?»
Pero lo que es peor, ¿en qué se diferencian estas dos de todos esos periodistas izquierdosos que padece Occidente? ¿En qué se diferencian de esos profesionales de la información que aparecen en una foto sonrientes y arrobados frente a una terrorista de ETA mutada en congresista con cinco cadáveres de niñas a sus espaldas?
¿En qué se diferencian de Julia Otero intentando argumentar sin argumentos que VOX quiere a sus votantes mujeres encerradas en sus casas? Y sin cortarse un pelo al expresarlo, difama de cada uno de los votantes de la tercera fuerza política de España, siendo periodista y sabiendo que VOX es el partido precisamente de las mujeres libres, el que más mujeres políticas valientes tiene, y el que más diputadas dignas posee.
¿En qué se diferencian la rusa y la estadounidense de Carme Chaparro, quien ha manifestado que siente mucho que un violador sea apresado porque de tal modo gana VOX?
¿En qué se diferencian? En nada. Y sí mucho que tienen en común: ser espantosamente comunistas, corderas del comunismo y del izquierdismo.
Y, allá, en Cuba ¿se les olvidó Granma y hasta el supuesto blog de oposición y su directora Yoani Sánchez dando el beneficio de la duda a favor del régimen cuando Castro asesinó a Payá y a Harold?
Eso sí, no lo duden, Margarita Simonova Simonian deberá ser juzgada si esta guerra entre Rusia y Ucrania, con Rusia amenazando al mundo con el exterminio, termina del lado de la justicia. Como Joe Biden debiera también ser juzgado, después de que su hijo lo sea, y su mujer también lo sea, por abusadora y cómplice. ¿Pero y las demás, y el resto?
He vuelto a releer a Ayn Rand, su novela breve ‘Himno’. Hacia al final escribe este párrafo: “¿Qué lo llevó al pasado? ¿Qué desastre arrebató la razón la razón a los hombres? ¿Qué látigo los azotó hasta caer de rodillas con vergüenza y sumisión? La adoración de la palabra “Nosotros”.” Y esa adoración se llama Totalitarismo.
