«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

Un año

7 de octubre de 2024

Un año ya de dolor y de ausencias. Un año de afrenta contra la opinión de unos medios vendidos y vencidos, un año de propaganda nefasta, un año de guerra indómita, y así y todo precavida. Una guerra en defensa de un pueblo, en defensa del mundo. Una guerra atroz como todas las guerras, pero en las que se toman precauciones, se avisa, se espera… Israel sigue estando ahí, irredenta, es necesario que esté y que estemos todos por los rehenes, por sus hijos, los hijos de Israel, y por Occidente.

Desde que empezó la guerra en Ucrania, invadida por un oligarca criminal, que tirotea a periodistas, envenena a opositores, apenas se duerme en Europa; sin darnos cuenta la alerta, el sobresalto, pasó a formar parte de lo cotidiano. Pero, desde hace un año esa alerta se ha duplicado, el sobresalto ha hecho un pozo muy dentro, pendientes de la vuelta de los rehenes. Todos, vivos o muertos; desgraciadamente algunos muertos. Y a la espera de dos caritas, de las de Kfir y Ariel Bibas, con sus padres.

Que a un año el presidente francés Emmanuel Macron haya pronunciado la infamia de una rendición en nombre de todos, me parece inadmisible. De ahí que aplauda la inmediata respuesta de Benjamín Netanyahu. De lo que dijo el tecnócrata nadie se acordará, pero las palabras de Netanyahu resonarán: «Israel está defendiéndose hoy en siete frentes contra los enemigos de la civilización… Todos los países civilizados deberían apoyarnos… Israel ganará con ellos o sin ellos»… Palabras de un hombre que, guste o no, lidera y defiende a su país, por encima de titubeos y miedos. Palabras y acciones, lo demás es ruido. El ruido miserable de los timoratos contra sus propios países, contra sus pueblos, y a favor de lo obscuro.

Pudiera referirme a Emmanuel Macron en extenso, no lo haré, aunque sólo brevemente; me referiré a él como el que ha destrozado los sueños de numerosos franceses que le votaron, como quien aplastó los míos de exiliada, viniendo de una dictadura totalitaria, de entre las dos más antiguas en el planeta, después de la de Corea del Norte. Varias veces le escribí para ofrecerle una visión distinta de lo que sucede en Cuba, sólo respondió una vez sin hacer alusión al tema principal: una vía sensata para variar o romper relaciones y terminar todo tipo de ayuda a esa tiranía comunista que es nutrida cada año por el Club de París, y el ingreso de millones como condonación de una deuda infinita.

Emmanuel Macron es un lâche —eso leí recientemente en cientos de comentarios en las redes sociales—. Comentarios que desgraciadamente llevan razón. El presidente es un cobarde. Con todo respeto se lo digo, con el mismo respeto con el que le escribí esperanzada; hay que admitirlo, su condición de títere le ha llevado a extremos vergonzosos.

Todo es irrespetuosidad, desde modernizar los vitrales la catedral Notre Dame, de cuyo fuego y semidestrucción todavía nadie ha entregado un informe convincente, pasando por el incendio de varias iglesias y catedrales cuya fiebre pirómana resulta más que sospechosa, hasta las muertes insoportables casi a diario de niños, adolescentes, adultos, todos inocentes, a golpes y a cuchilladas, sin más explicación posible que la evidente barbarie.

Nos sorprendimos cuando decidió no protagonizar la primera marcha solidaria con Israel tras el progrom del 7 de Octubre… No obstante, a mí ya no me tomó por sorpresa cuando después de viajar a Israel la actitud de Macron fue la de un tibio. Deshonraba a Francia y la deshonra ahora que su presidente, entonces, y a un año, de semejante masacre, exprese tanta cobardía; de nada vale que lluevan luego los comunicados. Lo dicho está dicho, no son tiempos para demorados comunicados.

Un año ya del horror que nos transformó, que cambió nuestras vidas… Sin embargo, desde hacía mucho más tiempo Israel vivía asediado, bombardeado por cohetes desde distintas partes, desde Gaza, desde el Líbano, por Hamas y Hezbollah, y el mundo impávido, callado. Porque el mundo sólo salta y se enerva cuando Israel ataca en defensa propia, que es en defensa nuestra también, de todos. La vergüenza frente a tanto latrocinio asfixia, obliga a actuar con firmeza.

Reprochar la guerra a Israel y comportarse de forma indiferente, oportunista e ignorante delante del origen de esa guerra no sólo resulta inaceptable, es indecente. Pero el mundo es ya de una indecencia escabrosa, de la que sospecho no habrá retorno.

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